La controversia de Rachel Zegler con los Oscars 2022 podría tratarse de una campaña de marketing. ¿Logrará ser exitosa?
El portal de noticias The Hollywood Reporter dio a conocer que Rachel Zegler, actriz que hizo su debut como actriz con el papel estelar de María en el aclamado remake de West Side Story, fue invitada a participar como presentadora en la entrega N.º 94 de los Premios de la Academia.
Pero lejos de sentirse como una celebración o una sorpresa, la noticia se sintió como una disculpa. Y es que días antes de que La Academia confirmara la participación de Zegler como presentadora, el pasado domingo, la actriz subió una serie de imágenes a su cuenta de Instagram celebrando eventos que formaron parte de su 2021, donde uno de sus seguidores comentó: «¡No puedo esperar a ver qué [atuendo] usarás la noche de los Oscars!» A lo que Zegler respondío: «No fui invitada, así que pantalones deportivos y la franela de mi novio».
Aunque la controversia terminó con un final feliz, es imposible negar que todo huele a que es una estrategia de marketing para generar más interés en La Ceremonia. ¿Qué tan buena estrategia resultó? ¡Aquí lo vamos a analizar!
Causa Revuelo en Redes Sociales
Esto desató la ira de los seguidores y fans de la ganadora al Globo de Oro, a quienes les parecía ilógico que la protagonista de una de las películas con el mayor número de nominaciones de la ceremonia, incluyendo Mejor Película, no fuese invitada al evento junto al resto del equipo, a pesar de que ella en particular no compite por ninguna categoría en la premiación.
La polémica escaló aún más cuando la Academia reveló un listado de celebridades invitadas a presentar diversos premios en esta ceremonia. Aunque la lista incluía a actores y actrices como Bill Murray y Stephanie Beatriz (voz de Mirabel Madrigal en Encanto, una de las apuestas de Disney en la categoría de Mejor Película Animada), el listado también incluía a múltiples figuras cuyas carreras no forman parte de la industria del cine, como el productor musical DJ Khaled y los deportistas extremos Tony Hawk, Kelly Slater y Shaun White.
Después de la apasionada respuesta por parte de sus seguidores, Zegler respondió a la controversia por medio de un Tweet:
«¡Santo cielo, amigos! Aprecio todo el apoyo, de verdad. Vivimos en tiempos sin precedentes, y mucho trabajo va hacia la realización de la magia del cine. Eso aplica para producciones de una película (como la que tengo suerte de estar participando en Londres en estos momentos) y ceremonias de premios, por igual. Hay que, todos, simplemente respetar el proceso y yo dejaré mi teléfono».
Rachel Zegler vía Twitter
Un esfuerzo colectivo
A pesar de las palabras de Rachel Zegler, sus fans se movilizaron en redes sociales a lo largo de estos últimos días, exigiendo que la actriz fuese invitada la ceremonia. Esto dio resultados, puesto que el día de ayer la Academia diera a conocer que Zegler sí formará parte de la velada para presentar a los ganadores de una de las preciadas estatuillas.
También se dio a conocer que, para poder estar presente junto al resto del equipo del más reciente largometraje de Steven Spielberg, los productores de la ceremonia tuvieron que llegar a un acuerdo con Disney, para que le dieran permiso a Zegler de viajar a Los Ángeles y dejar unos días el set del remake live-action de Blanca Nieves, que actualmente se encuentra en Londres:
«El absolutamente increíble equipo de Disney y nuestros productores en Blanca Nieves realizaron magia en la vida real, y estoy emocionado de poder celebrar junto a mi familia de West Side Story en los Oscars. No ignoro que el filmar una película del tamaño de Blanca Nieves en tiempos de COVID no es sencillo, y cualquier ajuste a nuestro itinerario [de filmación] no es ningún sacrificio pequeño […]»
Rachel Zegler vía Twitter
¿Una estrategia para conseguir ratings?
A pesar de que todo el mundo está feliz con el resultado, han habido quejas sobre que toda esta situación fue una estrategia mercadotécnica planeada por los productores de la ceremonia para llamar la atención y generar más ratings para su transmisión televisiva, que ha estado en crisis desde hace varios años.
La ceremonia del 2021 obtuvo los ratings más bajos de su historia, consiguiendo una audiencia de 10.4 millones de televidentes, lo cual representó un descenso del 56% en comparación a la ceremonia del 2020. Esto ha contribuido a la idea que el público ha perdido interés en la entrega y los Oscars están siendo olvidados.
Por esa razón, La Academia ha buscado de muchas maneras modificar su ceremonia para atraer el interés del público. Uno de los cambios implementados este año fue la inclusión de la nueva categoría de Oscars Fan Favorite (sucesora de la polémica categoría propuesta para Mejor Película Popular), la participación de celebridades como DJ Khaled y Tony Hawk, la presentación en vivo del hit de Disney No Se Habla de Bruno (a pesar de no estar nominada a Mejor Canción Original), y ahora, esta situación con Rachel Zegler.
Sin olvidar también que, con el afán de agilizar la ceremonia y por amenaza de la cadena de televisión ABC, los Óscars de este año entregarán el premio de 8 categorías durante la alfromba roja, antes de que comience la ceremonia tiular. Esta medida ha sido severamente criticada y artistas como Guillermo del Toro y Steven Spielberg han pedido que se revierta la decisión, pero todo indica que el show experimentará con esa dinámica.
Cómo podría dar resultados
Lo más sorprendente de todo esto es que, de realmente ser la intención de la Academia, podría resultar ser una de sus estrategias más exitosas. La actriz de 20 años ha acumulado un enorme seguimiento en redes sociales, con casi 1 millón de seguidores a lo largo de diferentes plataformas, en las cuales ha generado un enorme nivel de alcance con el demográfico de la Generación Z.
Si lo vemos de una perspectiva de ventas y marketing, esto podría significar miles de potenciales televidentes, pertenecientes al tan codiciado demográfico de entre 16 y 24 años de edad, que podrían estar sintonizando la ceremonia en apoyo a Rachel Zegler, trayendo consigo un potencial (y muy necesitado) aumento a los decadentes ratings de la Academia.