Cuando se estrenó en 2009, The Vampire Diaries rápidamente se convirtió en uno de los mayores fenómenos televisivos de la década. Adaptada de la saga literaria de L. J. Smith, la serie mezclaba romance adolescente, acción sobrenatural y un toque oscuro que conquistó a millones de fanáticos en todo el mundo.
En su momento más alto, fue uno de los títulos más vistos de The CW, marcando a toda una generación que creció siguiendo las aventuras de los hermanos vampiros Stefan y Damon Salvatore.
Uno de los pilares de ese éxito fue Ian Somerhalder, quien dio vida al enigmático y seductor Damon.
Su interpretación convirtió al personaje en uno de los más queridos y complejos de la televisión, al mismo tiempo que consolidó a Somerhalder como una estrella internacional. Sin embargo, recientemente el actor reveló que estuvo a punto de abandonar la serie en su tercera temporada, justo cuando la historia vivía su auge.
La confesión, publicada en el libro I Was Feeling Epic: An Oral History of The Vampire Diaries, resulta impactante porque muestra el lado menos glamuroso de formar parte de una producción exitosa: la tensión creativa, la presión de la fama y el miedo de quedar encasillado en un solo tipo de papel.

¿Por qué Ian Somerhalder quería abandonar The Vampire Diaries?
De acuerdo con Somerhalder, durante la tercera temporada se sintió frustrado con la dirección que estaba tomando su personaje. Damon, presentado inicialmente como un villano carismático y peligroso, comenzó a desarrollar una relación romántica con Elena Gilbert (interpretada por Nina Dobrev), lo que al actor le generó serias dudas sobre el futuro de su rol en la trama.
«Estaba tan molesto por la trayectoria de Damon que, en un momento, me senté frente a Julie [Plec] casi al borde de las lágrimas y pedí salir del show», confesó el actor en el libro. «Veía lo que estaba por venir. Damon se estaba convirtiendo en el interés amoroso».
En ese entonces, Somerhalder tenía poco más de treinta años y temía que su papel lo transformara en lo que él llamó “un personaje cursi”, perdiendo el filo oscuro que lo hacía especial. «Pensaba: ‘Tengo esta atención gracias al show, estoy seguro de que podría encontrar algo más oscuro y arriesgado’», recordó.
La conversación con Julie Plec, co-creadora de la serie, fue crucial. Ella no solo le recordó que estaba comprometido contractualmente por seis años, sino que lo convenció de que debía confiar en el plan narrativo a largo plazo. «Damon no puede ser un personaje plano», le aseguró Plec. «Este es un arco de cien episodios, habrá momentos en los que será el villano y otros en los que será el héroe».
Finalmente, Somerhalder decidió quedarse, y con el tiempo reconoció que Plec tenía razón. Damon no solo se convirtió en el favorito de millones de fans, sino que evolucionó de manera inesperada, mostrando diferentes capas de vulnerabilidad, humor y redención.

El final de The Vampire Diaries y su legado
Ian Somerhalder permaneció en The Vampire Diaries hasta el episodio final en 2017, tras ocho exitosas temporadas. Para entonces, la serie se había consolidado como una de las producciones más populares de The CW, generando spin-offs como The Originals y Legacies, y construyendo un extenso universo televisivo alrededor de los vampiros, brujas y hombres lobo de Mystic Falls.
Al despedirse del proyecto, el actor compartió un emotivo mensaje en redes sociales: «Hace cinco años terminamos de grabar The Vampire Diaries para siempre. Este viaje ha sido verdaderamente increíble. Y ahora miren lo que hemos podido construir junto a todos ustedes».
El tiempo ha demostrado que su decisión de quedarse fue acertada. Damon Salvatore no solo se convirtió en uno de los personajes más icónicos de la televisión moderna, sino que también le permitió a Somerhalder dejar una huella imborrable en la cultura pop. Aunque hoy en día el actor ha decidido alejarse del foco de Hollywood para enfocarse en su familia junto a Nikki Reed y sus hijos, sigue siendo recordado con cariño por los fans de la serie.
«The Vampire Diaries se convirtió en uno de los shows más vistos en la historia de la televisión. Estoy conmovido. Fue una locura lo que logramos juntos».
El legado de la serie es innegable: no solo impulsó las carreras de Somerhalder, Dobrev y Paul Wesley, sino que también definió una época en la televisión juvenil, mezclando romance y oscuridad en una fórmula que muchas producciones han intentado replicar sin el mismo éxito.
Y aunque Ian Somerhalder estuvo a punto de abandonar su papel más importante, terminó encontrando en Damon Salvatore el personaje que lo marcó de por vida.
