En este artículo:
- Jun Arai, animador de títulos como Sword Art Online, asegura que la industria de anime “está atrapada en un círculo vicioso” de precarización laboral.
- Según él, los estudios de anime no tienen dinero para financiar más proyectos y pagarle mejor a sus artistas, además de que tampoco se benefician del pago de regalías.
- Las cosas están cambiando, especialmente por el crecimiento que ha tenido la industria de anime en el mundo.
El anime ha tenido un boom sin precedentes en la última década. La longevidad de historias como Dragon Ball, One Piece, Naruto, la forma en la que plataformas como CrunchyRoll y experimentos cinematográficos como el estreno de Demon Slayer sin duda han hecho que el medio artístico cobre más fuerza alrededor del mundo.
Pero esto no necesariamente es verdad. Según Jun Arai, quien ha trabajado como animador en historias como One Piece y Sword Art Online, asegura que los/as animadores de anime no pueden encontrar estabilidad laboral en la industria.
¿La industria de anime precariza a sus trabajadores?
Jun Arai publicó un largo hilo en Twitter/X donde explicaba cuál era el problema con los estudios de anime. Según él, “el equipo de animadores están estancados en un ciclo donde no se puede financiar la producción de títulos nuevos a menos que haya costos de producción, los estudios no pueden pagar un salario mensual a sus empleados/as”.
El director y animador lamentó que “muchas personas no pueden vivir de su arte ni tener estabilidad laboral”. Según los datos de la Asociación de creadores de animación japonesa, solamente el 40.5% de las personas que trabajan en la industria de anime se consideran empleados/as permanentes, mientras que 47.3% aseguró que trabajaban de manera freelance.
El 8% de las personas encuestadas, en su mayoría animadores de series de anime, aseguraron que tienen un contrato fijo, que puede o no ser renovado cuando termine su fecha.
Los comentarios de Arai dan luz a los grandes problemas que tiene la industria de anime y manga. Se sabe que los sistemas de producción usualmente son sumamente intensos, y los/as animadores tienen que pasar largas jornadas laborales para terminar los episodios y los capítulos a tiempo.
Usualmente, los/as animadores reciben un pago por la cantidad de cuadros que terminaron. Sin embargo, se ha reportado que, en promedio, un animador gana menos de 16 mil dólares al año, y una persona reveló en 2023 que le pagaban apenas 1.47 dólares por cuadro.
La presión y el pago precarizado se suman a los problemas de copyright que enfrentan los estudios de anime. Como todavía no hay un sistema de Copyright, los estudios no ganan dinero por la distribución de DVDs, Blu-Rays o mercancía. Así que, los estudios no tienen más dinero para pagar mejor a sus trabajadores, pero exigen mucho y pagan muy poco.
¿Las Cosas están cambiando?
Dado los comentarios de Arai, se vuelve todavía más importantes los esfuerzos de MAPPA, el estudio detrás de populares series de anime como Chainsaw Man y Campfire Cooking in Another World With My Absurd Skill, que recientemente consiguió las licencias de estos títulos.
Por otro lado, Pierrot Studio, empresa detrás de animes como Naruto y Bleach, recientemente tomó un préstamo masivo poniendo sus propiedades intelectuales como colateral. Y aunque esa es una estrategia peligrosa, pues podría perderlo todo si no paga sus deudas, la popularidad de sus series de anime seguramente le beneficiarán económicamente.
La necesidad de crear un sistema de copyright ya lleva años. La Asociación de Creadores de Animación Japonesa ha propuesto algunas ideas, como que los estudios mantengan el control de un título durante 10 años, y con eso poder crear reservas para invertir más en anime y pagar mejor a sus artistas.
Lo mucho que ha crecido la presencia del anime a nivel mundial sin duda ha despertado el interés por encontrar maneras de hacer su negocio más rentable, pues ya están conociendo cuál es el potencial que tienen estos títulos en el mercado internacional.