Una lista con diez bailes de película imperdibles, que trascienden la historia, que todo amante del séptimo arte debe conocer sí o sí
Las escenas de baile dentro de una película pueden provocar un efecto interesante, sorpresivo y de alegría, sobre todo si el argumento no gira entorno a lo musical, en donde sabemos que la música y el baile son el eje central dentro de la historia.
Es por ello que cuando un par de pasos de baile son introducidos dentro de un filme en el cual no los esperamos, estos trascienden más allá de la convencional barrera temporal de la taquilla y cartelera para quedarse en la historia del cine mundial y dentro de la cultura popular. En donde a lo largo de los años, otras series, películas, libros, etc., les harán guiños.
Así que, a continuación les presentamos diez escenas de bailes de películas para que repliques en tu sala, baño, comedor o techo. Sobre todo en estos días de tragos de amargo licor, en donde llevamos meses encerrados, acumulando estrés, frustración e impaciencia. Por lo que con estos bailes, hay que recordar que no importa cuán negra sea la noche, siempre podremos bailar. Es lo único que nadie nos puede quitar. Debemos bailar y dejar salir todo aquello que nos hace sentir mal.
Por último, cabe resaltar nuevamente que, no incluimos películas musicales, donde el baile y la música son un recurso vital, sino películas con momentos de jubilo musical que utilizan esto como un puente para contar algo de los personajes y su historia.
Jojo Rabbit
El lente de Taika Waititi sigue a Jojo Betzler (Roman Griffin Davis), un niño que vive en la Alemania Nazi de la Segunda Guerra Mundial. Entrena en las filas de las juventudes hitlerianas y además, su amigo imaginario es el propio Adolfo Hitler. Jojo se esmera en seguir al pie de la letra la ideología antisemita, pero todo se voltea cuando descubre que su madre (Scarlett Johansson) esconde a una joven judía (Thomasin McKenzie) en la casa.
El camino desde el descubrimiento de Elsa (la niña judía) en casa, hasta el final de la película, es un trayecto de cuestionamientos del propio Jojo sobre los mensajes de propaganda que emite el Tercer Reich, aún con la presencia del Hitler, quien es la representación infantil del mundo que ve Jojo.
En algún momento de la película, vemos el brote de cariño y amistad entre Jojo y Elsa, en donde ella confiesa que lo primero que hará al terminar la guerra, será bailar. Acción que es momentáneamente olvidada por los posteriores acontecimientos que impactan a los personajes y al propio espectador, pero que para el final de la cinta, y de la guerra (alerta de spoiler), se retoma y recuerda la relevancia del añoro de Elsa.
La acción de bailar dentro de ese contexto representa, con los factores que le acompañan, el desahogo y la libertad. El ser una joven judía, que vivió en un rincón escondida, temerosa de que la encontraran, y ahora salir a la calle, a plena luz del día, vistiendo como desea, y haciendo lo que le place, es la emancipación del personaje y un agarramiento de la mano de la libertad, y alegría. Emoción que contagia a Jojo, que desde la sutileza hacia lo extrovertido, acompaña a Elsa en su celebración con la canción Heroes de David Bowie en el trasfondo musical.
Como acotación, la fotografía, vestuario y paleta de colores aportan su grano de arena, para que esta escena sea inolvidable para toda aquella persona que la vea
Napoleon dynamite
Tenemos ahora uno de los ejemplos de cine independiente más exitosos, de los cuales podemos aprender, pues esta cinta, que también es considerada como cine doméstico, llegó a recaudar más de $46.14 millones de dólares tras su estreno general, cuando contó con únicamente $400 mil dólares de presupuesto. Cantidad que hablando de cine estadounidense, es realmente muy poco dinero.
La dirigida por Jared Hess, nos ubica en medio de Preston, Idaho, Estados Unidos, con Napoleon Dynamite. Un estudiante de preparatoria que vive con su abuela, su hermano Kip de 32 años, y su llama mascota.
El joven excéntrico Napoleon de pocos amigos, ve su cuadrada vida cambiada cuando su abuela se accidenta en un viaje, por lo que su tío Rico llega a cuidarlos a él y a su hermano. A su vez, un nuevo estudiante llega a la escuela, Pedro Sánchez, de quien Napoleon se hace amigo, y apoya cuando se postula a presidente de la clase.
Hacia casi el final de la película vemos la pegajosa y entretenida escena de baile, cuando tras el discurso que los candidatos a presidente de la clase dan al estudiantado, estos deben bailar en frente de todos. Pedro desconociendo este dato, se pone nervioso al no tener nada preparado, pero su amigo Napoleon sale al escenario para salvarlo con sus impactantes pasos de baile al ritmo de la canción Canned Heat de Jamiroquai.
La secuencia de baile es importante ya que representa la culminación de varios eventos que vemos planteados desde el inicio y mitad del argumento de Napoleon Dynamite, mismos que cierran en una manera beneficiosa para algunos, y negativa para otros personajes.
Además, es la liberación del personaje Napoleon tras todo el estrés, maltrato psicológico y físico que sufrió el personaje a lo largo de la película por parte de compañeros de la escuela, pretendientes y mismos familiares. El atrevido sube a escena para coronarse a sí mismo como el mejor bailarín de toda la escuela, ayudando de paso, claro, a su amigo Pedro en las elecciones.
Beetlejuice
Una de las obras más reconocidas del director Tim Burton, y un clásico del siglo pasado, nos trae la historia de una joven pareja casada, que muere en un trágico accidente de coche. Sin embargo, ellos continúan viviendo en la casa donde habitaban, dándose cuenta que murieron hasta tiempo después.
Aferrados al inmueble, son testigos de cómo los nuevos dueños redecoran a su gusto la casa que ellos apreciaban, por lo que tomarán todas las medidas para echarlos mediante sustos desde el más allá. Incluso acudirán a un poco ortodoxo fantasma llamado Beetlejuice (Michael Keaton), del cual no han escuchado más que advertencias para evitar solicitarle sus servicios.
La inmortalizada escena de baile viene un poco a la mitad de la película, cuando la pareja de fantasmas, interpretados por Geena Davis (es Barbara Maitland) y Alec Badwin (es Adam Maitland) comienzan a montar todo tipo de trampas de sustos alrededor de la casa para conseguir ahuyentar a los actuales dueños.
La nueva familia, que es interpretada por Catherine O’Hara (es Deila Deetz), Jeffrey Jone (es Charles Deetz), y una joven Winona Ryder (es Lydia Deetz), son los anfitriones de una velada donde Deila Deetz pretende impresionar a reconocidos críticos de arte para que hablen bien de ella en periódicos y revistas.
En medio de la incómoda velada con toques de discusiones familiares, Bárbara y Alec toman posesión de los cuerpos de todos los presentes, a excepción de Lydia, para hacerlos bailar una de las canciones preferidas de Alec: Banana Boat Song del cantante Day-o.
Terrorífica resulta la experiencia para los poseídos, que no pueden evitar cantar, alzar manteles al aire, bailar y toda clase de movimientos en contra de su voluntad. Aun así, resulta hilarante para Lydia, y para el espectador que observa más allá de la cuarta pared.
El significado de la escena es importante, porque tras varios intentos fallidos de espantar a los nuevos dueños de la casa, por fin consiguen controlar sus poderes fantasmagóricos para hacerse notar por primera vez ante los padres sobre todo, y de paso a los invitados y representante de Deila. No obstante, ese evento sería un arma de doble filo, ya que más que aterrorizar, despierta diversos tipos de interés por los fallecidos huéspedes del ático, que los vivos podrían usar para su beneficio.
Risky Business
Presentando la clásica historia de cine estadounidense en donde un adolescente se queda solo en casa un fin de semana cuando sus padres salen de viaje, tenemos a Risky Bussines, Negocios riesgosos o Negocios arriesgados (depende del país), con una de los primeros papeles conocidos de Tom Cruise, quien da vida a Joel Goodsen. Un indeciso niño bueno de familia, que nunca ha hecho nada malo en su vida.
El joven personaje de Joel Godsen, está en sus últimos años de preparatoria, tiene un gran futuro por delante. Deja atrás nada más que un impecable expediente académico con cero inasistencias, y actividades extracurriculares como un concurso de jóvenes empresarios.
Previo al viaje de sus padres, y durante esos días, uno de los amigos de Joel, Miles Dalby, comienza a sonsacarle su moral y valores para que aproveche su casa sola, al punto de acordar una cita con una prostituta. Evento que desencadenará una serie de desastres que pondrán en peligro la carrera académica, la reputación y hasta la vida misma de Joel y su familia.
La inolvidable escena de baile en la cinta de Paul Brickman, viene durante los primeros minutos de libertad de Joel en la casa sola. En donde tras cenar comida pre-cocinada, con una cuba bien fría, Joel se desliza en nada más que camisa, calzoncillos, calcetines y unos lentes de sol hacia la sala, rompiendo en baile por toda la habitación al ritmo de la canción Old Time Rock and Roll del cantante Bob Seger.
El momento es importante por dos razones, una es que representa como hubieran sido todas sus tranquilas noches si su amigo Miles no le hubiera tentado con la prostituta, y además es una muestra del viejo Joel; aquel niño bueno que no se mete en problemas. Joel deja de existir a lo largo de la película mediante cada decisión voluntaria e involuntaria que no hacen más que empeorar la situación.
CLIMAX
Al inicio señalé que no incluiríamos musicales, pero haremos una excepción con este caso, ya que lo amerita, pues hablamos de la adictiva cinta dirigida por Gaspar Noé nos habla de una compañía juvenil de baile francesa, que en la noche previa del comienzo de su gira por Europa y Estados Unidos, deciden celebrar con una fiesta, que se sale de control debido a la sangría que alguien de entre los compañeros adulteró con LSD.
Tras un vistazo introductorio en donde vimos entrevistas con los bailarines, se abre el verdadero telón con el anonadado baile, que aunque parezca que la intención de la secuencia sea presentarnos un poco de lo que la compañía expondría a lo largo de la gira, el verdadero plan es hipnotizarnos con los pies, manos, atuendos y movimientos al aire de todos y cada uno de los miembros, para que no notemos que la persona culpable de adulterar la sangría, es señalada hasta con reflector, bombo y platillo desde los primeros momentos de la psicodélica fiesta.
Descubrir a la persona responsable de echarle piquete a la bebida, es uno de los dilemas secundarios del argumento de Climax, ya que ésta en sí es una critica a los diferentes tipos de personas de la Francia clásica y contemporánea.
Por otro lado, esta secuencia introductoria de baile es un vitral en donde todos y cada unos de los personajes revelan quienes son en realidad mediante sus bailes, a quienes ven, a quienes tocan, como los tocan, a quienes le aplauden, etc.
Ahora, sería un pecado no mencionar la segunda escena de baile de Climax, al menos como un galardón de honor. Ya que, si en la primera, se puede observar quién es quién, y qué persona está interesada en otra, aquí se subraya con marcatextos. De hecho, es una excelente decisión, ya que cada personaje tiene su tiempo individual en pantalla para identificarlo mejor.
Hablamos de una secuencia de casi diez minutos de duración con breves cortes a negros, que constantemente están aventando y aventando tomas de los personajes entrando en éxtasis por el LSD en mitad de la pista. Es por ello que hacia la segunda parte de la escena, la cámara comienza a girar, demostrando la pérdida de control por el mareo de los bailarines dopados.
Aunado a lo anterior, vemos una soberbia inserción de créditos de película justo en medio de una escena. Sin aviso previo, sin razón, pero que en realidad quedan a la perfección, por lo que harían falta en caso de ver la escena sin estos, por lo cual no hay críticas o dudas por presentar al respecto de esta decisión autoral.
Joker
Una de las cintas más esperadas y resonadas durante el año 2019, en donde Todd Phillips y Scott Silver, nos retratan en un close-up, la adaptación de un realista Joker o Guasón, previo a su metamorfosis a la faceta por la que se le conoce en la cultura popular.
Antes llamado Arthur Fleck (Joaquín Phoenix), es un hombre aspirante a comediante de stand up que padece de risa patológica. Una condición que genera risa incontrolable e involuntaria en momentos de nerviosismo. Arthur además vive con su madre Penny (Frances Conroy), en un apartamento de la podrida Ciudad Gótica, en donde él toma notoriedad tras cometer un asesinato.
Existen dos escenas que traspasaron la barrera cinematográfica, para quedarse por siempre en la memoria colectiva. Una la podríamos definir como una generación de capullo, y la otra como el rompimiento de esa capa para la liberación de un verdadero ser.
En primer lugar, tenemos la escena de danza en el baño. Ahí Arthur acaba de cometer un asesinato múltiple. Acción que fue producto de la frustración y traumas de años de ser pisoteado por diferentes miembros de la sociedad. Por lo que, decide finalmente tomar acción frente a un grupo de hombres que acosaban a una mujer, y a él posteriormente por defenderla.
Arthur tras ver lo que ha hecho, huye hacia un baño público desocupado. En donde se encierra y entonces inicia una danza de jazz ligero, que no más es una representación física de la generación del capullo previo a la metamorfosis del personaje, hacia lo que se conocerá como Joker.
Más adelante en la película, tras liberarse de la mayor figura de daño y opresión que ha tenido en su vida, Arthur cambia su muda, se tiñe el pelo de verde y se maquilla el rostro de blanco, rojo y azul. Para después bajar bailando hacia la locura por esas escaleras que tanto le pesaban no sólo subir, sino que bajar de igual forma, día tras día.
Finalmente se eliminan los grilletes psicológicos que se formaron por las figuras autoritarias que le bloqueaban la acción de conductas antisociales, para aceptarlas bajando escalón a escalón con un inmortal baile que presenta al Joker en un escenario para la sociedad. Baile que miles de personas replicaron en la vida real.
Tiempos modernos
Una cinta importantísima e imprescindible para toda aquella persona amante del séptimo arte, no sólo por el ámbito cinematográfico, sino por el contexto político, económico y cultural en que fue rodada, que influyen en la trama y en la carrera de Charles Chaplin y del protagonista Charlot.
El argumento sigue con su cámara a Charlot (Charlie Chaplin) un trabajador de fábrica que aprieta tuercas en una línea de producción, en medio de la reciente industrialización y gran depresión de Estados Unidos, factores que lo terminan sacando de sus casillas, por lo que es recluido a rehabilitación.
Tras su exitosa salida del programa de rehabilitación, descubre que la fábrica donde laboraba está cerrada debido a una huelga de trabajadores. Desde entonces, Charlot se ve envuelto en varios sucesos cómicos que lo harán entrar y salir de la cárcel, así como obtener y ser despedido de empleos por mera obra de la casualidad. Pero en medio de todo lo anterior, su voluntad se verá alentada gracias al amor, que encuentra en una joven huérfana (Paulette Goddard).
Charlot, en una de sus salidas de prisión es recibido por su amada, quien recientemente consiguió trabajo de bailarina en un restaurante. Ella lo recomienda con su jefe, quien le da un tiempo de prueba para comprobar lo que puede hacer.
Después de un irrisorio y paupérrimo servicio como mesero, Charlot debe cantar y bailar en frente de todos los comensales. Debido a que no sabe ninguna canción, su amada le escribe la letra en unos papeles que Charlot esconde en sus muñecas. Sin embargo, durante la introducción de su danza, los pequeños trozos de papel salen volando en un movimiento, dejando a Charlot sin letra.
En medio de los abucheos y el nerviosismo, Charlot sigue bailando y opta por improvisar una canción que no quiere decir nada. Esta es conocida como la “Nonsense Song” o Canción sin sentido. En la cual Charlot utiliza palabras aleatorias del francés, italiano y el inglés, dando como resultado una letra cómoda al oído, pero carente de sentido semántico.
Tal escena es de gran relevancia dentro de la historia del cine mundial. En primer lugar, porque la película en sí, que es un híbrido entre película silente y cine sonoro. Demostrando el final de una era de lenguaje cinematográfico dependiente cien por ciento de acciones de actores y de los intertítulos para contar una historia.
Además, al ser una combinación de ambos, se apoya en su parte la postura del hombre orquesta Charles Chaplin sobre su rotunda oposición del salto al cine sonoro, que al final del día, tuvo que aceptar, por lo que esta fue la última cinta silente de la filmografía de Chaplin, y de la historia. De hecho, Chaplin continuaba rodando películas silentes cuando el cine sonoro ya era un hecho de años.
Por otro lado, es una despedida y desconstrucción forzada al personaje icónico de Charlot como lo conocemos. Ya que después de su vasta filmografía dentro del cine silente, en donde este se comunicaba con nosotros solamente por su lenguaje corporal, este habla por primera vez. Aunque sean oraciones sin sentido, se rompió una de las principales características del personaje, debido a los -tiempos modernos- que afectó la vida del hombre orquesta, tanto detrás de la cámara en la vida real, como delante de la misma, dentro del mundo de la ficción.
Bande à part
Una de las cintas que todo cinéfilo debe ver cuando está comenzado a ver cine, es sin duda Banda aparte (Jean-Luc Godard, 1964), una de las películas más representativas de la nueva ola francesa, y del mencionado director.
Los focos se centran con Franz (Sami Frey) y Arthur (Claude Brasseur), dos inadaptados sociales y ladrones aficionados que un día conocen a Odile (Anna Karina) en una clase de inglés. Ella les revela que vive en la casa de una tía con mucho dinero.
El par de amateurs, tentados por la montaña de billetes que les cuenta Odile que tiene su tía, comienzan a cortejar y sonsacar a Odile para que sea su cómplice en el robo de la casa de su propia tía.
La escena de baile es mundialmente conocida como “el baile del café Madison”, en donde el ahora trío de inadaptados van y deciden montar un número de baile a mitad de la sala de café, al ritmo de un suave jazz con aplausos de los protagonistas.
El baile del café Madison trascendió hasta los cineastas de todas generaciones, al punto de verse influenciados en su trabajo. Uno de ellos es Quentin Tarantino para la icónica Pulp Fiction (a parte de las películas que se mencionan a continuación).
El baile en sí representa una revelación de los verdaderos “yo” de cada uno de los personajes en el número musical (de hecho es descrito por el narrador de la película). Arthur se encuentra mirando al suelo, pero sus pensamientos están en cómo sería un beso romántico de la boca de Odile.
Odile por su cuenta, a la vez que se concentra en la secuencia de pasos a son de uno, dos, tres, cuatro, se pregunta si sus amigos notan que sus pechos se mueven cuando baila. Por último Franz comienza a divagar sobre si se encuentra soñando, o si la realidad es un sueño.
A parte de la narración reveladora de paréntesis, Franz y Arthur abandonan a Odile a mitad del baile, cansados por alguna razón. Algo que resalta la verdadera razón por la cual están con ella, que es obviamente el dinero, y en segundo lugar, el cortejo para buscar el afecto carnal, y por otra parte, que Odile simplemente desea compañía para pasarla bien.
La quimera del oro
Una de las películas más reconocidas de la leyenda del cine mundial Charles Chaplin, que nos muestra a su icónico personaje Charlot. Ahora en una aventura en medio de la fiebre del oro del Yukón, también llamada fiebre del oro de Alaska. Un evento real ocurrido a finales del siglo XIX a los alrededores del río Klondike, cerca de la ciudad de Dawnson City, Yukón, Canadá. En donde debido a un descubrimiento (de varias personas alrededor del tiempo), se supo que había grandes cantidades de oro acumuladas en esa zona.
En la película, Charlot (Charles Chaplin) es un vagabundo que en medio de la búsqueda por el oro, es importunado por una tormenta de nieve, por lo que se resguarda en una cabaña en medio de la nada, en donde coincide con un famoso asesino Black Larsen (Tom Murray), y otro aventurero perdido entre montañas blancas, Big Jim Mac Kay (Mack Swain).
El inusual trío de infortunados lucharan entre sí, tratarán de matarse y pasarán hambre al punto de optar por comerse sus propios zapatos.
Terminada la tormenta de nieve, viene un poco después el momento del baile. Antes de ello, Charlot sale de la cabaña, y llega a un cabaret donde conoce a una bella mujer, Georgia (Georgia Hale). Con quien vuelve a coincidir en la calle en medio de una batalla de bolas de nieve con sus amigas, quienes le prometen a Charlot cenar con él en la víspera de año nuevo.
El pobre Charlot quien pone todo su esmero en la apetitosa cena en la cabaña, espera largo tiempo a la llegada de Georgia y sus amigas, al punto de quedar dormido y soñar que el grupo de damas finalmente le visita para cenar el apetitoso banquete.
En el sueño, regocijante por la amena velada en compañía de las cuatro chicas, Charlot clava dos tenedores en un par de panecillos respectivamente, y comienza a moverlos a un son rítmico, con base en el usual recurso del slapstick, que se ve a lo largo del cine de Charles Chaplin.
Tal secuencia es importante, ya que revela el añoro más profundo del protagonista Charlot, que es el amor de Georgia, y el sentir la cálida compañía de la amistad, que en este caso brindarán las otras tres amigas, en medio de una ciudad acolchonada por la nieve. Entonces, cómo al conseguirlo, sería tan feliz que bailaría para celebrarlo.
De hecho, es ahí donde entra otro significado del nombre de la película (al menos en su traducción en español), en donde quimera, además de referirse a un monstruo cabeza de león, cuerpo de cabra y cola de dragón, significa un sueño que se persigue a pesar de las improbabilidades de obtenerlo.
Continuando con el baile, es uno de los más icónicos en la historia del cine mundial. Ha sido motivo de referencia en innumerables ocasiones dentro de la cultura popular, como en series y películas. Además es curioso que no se utilizaron piernas en el número de baile.
Pulp Fiction
Tiempos Violentos o Pulp Fiction es la segunda (o tercera) cinta entre la filmografía del legendario director Quentin Tarantino, y también es considerada su obra maestra. Además, por si fuera poco, contiene la escena de baile más memorable en la historia del cine.
La trama nos sitúa frente a tres historias que aparentemente no tienen nada en común, pero mediante que avanza la trama, nos damos cuenta que se entrelazan, y que los sucesos protagonizados por un par de sicarios, un boxeador y la esposa del jefe de la mafia están en desorden cronológico en la secuencia, dando un fresco estilo a la película.
En algún momento, uno de los sicarios, Vincent Vega (John Travolta), debe sacar a cenar a a Mia Wallace (Uma Thurman), la esposa de su jefe Marsellus Wallace (Ving Rhames), por sus propias órdenes, debido a que estará ausente de la ciudad por algunos días.
Vincent y Mia van a un restaurante con temática de la cultura pop estadounidense, es ahí cuando el animador del lugar convoca a los comensales a participar en el habitual concurso de baile. Ambos suben a la pista e inician con los rítmicos pasos que inmortalizaron la nombrada escena de baile más famosa en la historia del cine, aunque no es del todo original.
Como es bien conocido, la filmografía de Tarantino está conformada por infinidad de referencias al cine de diferentes géneros y épocas, por lo que Pulp Fiction no es la excepción.
Los pasos de baile de Vincent Vega y Mia Wallace se basan en otras dos escenas de bailes de dos películas de diferentes años, tramas y géneros. Hablamos de 8 ½ (Federico Fellini, 1964) y de Los Aristogatos (Wolfgang Reitherman, 1978). Además, parte de los movimientos de Vincent también están basados en un baile que el actor Adam West realizó cuando interpretó el papel de Batman en la serie televisiva de 1966.
Más allá de las influencias que llevaron a Tarantino conciente, o inconcientemente al montaje de esa escena, la misma es importante ya que es el inicio del desastre en que se verían envueltos Mia y Vincent. Ya que tras ganar el concurso de baile, se rompe el duro hielo entre ambos, y que mantenía la noche aburrida. Posterior a ello, entrarían en una confianza, y liberal noche de alcohol y drogas que por poco termina en un cuerpo muerto por sobredosis.