¿Qué hay después de la vida? ¿Qué pasa cuando morimos? ¿Existe un dios allá en el cielo? Preguntas existenciales que seguro te has planteado en algún momento de tu vida han intentado ser resueltas por mentes creativas del cine y la tv. Tim Burton lo hizo con Beetlejuice, Gaspar Noé se dio el gusto de reflexionar en Enter the Void e incluso Coco de Pixar fantasea con el mundo de los muertos.
Michael Schur, un hombre en cuyo currículum figuran títulos como The Office, Parks and Recreation y Brooklyn Nine-Nine, hizo su aporte a estas preguntas en una de las comedias televisivas más divertidas e innovadoras del último tiempo. Schur nos plantea un mundo donde los seres humanos son calificados por todas las acciones que realizan en la vida: si tu puntaje no es lo suficientemente alto, estarás condenado a vivir en “the bad place”, un lugar donde serás torturado por toda la eternidad y donde seguramente sólo se pueden ver películas de Adam Sandler y la saga de 50 sombras de Grey en modo loop.
The Good Place llega a su fin tras cuatro temporadas y con cinco nominaciones a los próximos premios Emmy, entre ellos Mejor Comedia y Mejor Actor. En esta nota te damos las razones de por qué es uno de los shows que deberías ver antes de que termine.
¿De qué va?
Sin entrar en spóilers, la historia comienza con Eleanor (Kristen Bell, la queridísima Veronica Mars), quien muere trágicamente y descubre que el mas allá es un lugar sorprendente, repleto de buenas personas y almas gemelas. El único problema, es que Eleanor no fue ninguna santa en su paso por la Tierra. Es más, fue una persona egoísta e insoportable y que llegó al paraíso por un error de cálculos. Allá, deberá engañar a Michael (Ted Danson), el arquitecto del lugar, e intentar convertirse en una buena persona para que no la deporten al infierno o «bad place».
Si sigues la serie al día, sabrás que esta sinopsis queda totalmente obsoleta porque el show está cargado de giros y vueltas de tuercas muy inteligentes que no te ves venir y eso es lo que la hace diferente.
¿Por qué hay que verla?
The Good Place es un oasis en la parrilla televisiva norteamericana, porque te hace reír y es algo que últimamente pocas sitcoms logran. Sin risas forzadas, con chistes y gags que te sacarán más de una carcajada y con un guión que te llevará de las narices todo el tiempo, la serie cumple con su cometido.
Pero, sin duda, el punto más fuerte de la comedia está en sus protagonistas, que no pudieron haber sido mejor seleccionados. La química entre Eleanor y Chidi (William Jackson Harper) fluye de manera muy natural, y la relación casi paternal que tienen con Michael es extraordinaria. A eso, hay que sumarle un abanico de personajes secundarios tan torpes como adorables, especialmente una brillante Janet (D’Arcy Carden), que se roba varias escenas memorables.
La primera temporada va de menos a más para terminar un cliffhanger que te volará la cabeza. La segunda es perfecta, redonda por donde se le mire. Y la tercera tiene algunos puntos flacos, pero aún así se ubica por encima de la media. Y de esta cuarta y última temporada sólo resta esperar lo mejor.
This is the end
Si bien deseamos con fuerza seguir siendo testigos de lo que le pasa a estos seres tan adorables, sabemos que a veces menos es más y que es preferible que termine en su punto más alto, en lugar de ver cómo se desgasta el show temporada tras temporada (pienso en The Walking Dead).
La decisión de su final no es de la cadena, ni por una baja audiencia, es por exclusivo fallo de sus creadores que así lo quisieron. En una entrevista para The Hollywood Reporter, Schur dijo que “el programa simplemente se mueve demasiado rápido y, en cierto punto, no hay tantos movimientos más que podamos hacer que sean interesantes y nos estaríamos repitiendo y no queríamos correr en el lugar”. Hacen bien.
The Good Place se despide en medio de una oleada de shows que tocan temas como la ética, la moral y que hablan sobre la existencia del ser humano. Desde las geniales Russian Doll y After Life en Netflix, pasando por la pequeña pero muy efectiva Miracle Workers, que pueden ver en TNT, con Daniel Radcliffe y Steve Buscemi como dios, hasta Good Omens de Amazon Prime basada en la novela de Neil Gaiman.
Si aún no la empezaron, es su oportunidad de disfrutar de una serie divertida, emotiva y con un cast que la descose. Si la llevas al día, sabrás de lo que hablamos y que, aunque duela, la decisión sobre su final es acertada.
La cuarta temporada de The Good Place se estrena el 26 de septiembre en NBC y un día más tarde se podrá ver en Netflix para toda Latinoamérica.
¿Ustedes ven The Good Place, cinéfilas y cinéfilos? ¡Cuéntenos qué les parece!