La revelación de un testimonio en manos del Tribunal podría desestimar la sentencia a 50 años de prisión contra Roman Polanski.
Uno de los casos en la industria del cine que sin duda ha sacudido al mundo entero, es el ya conocido juicio a Roman Polanski, iniciado en 1977 y vigente hasta la fecha. Pues más allá de la sentencia dictada en su momento, movimientos como #MeToo y las nuevas demandas por justicia ante casos de abuso en Hollywood, llevan de vuelta a la superficie la conversación alrededor de los crímenes de Polanski.
Hace 45 años, el director fue arrestado por abusar sexualmente de Samantha Geimer, quien entonces tenía 13 años. Durante el juicio, el equipo fiscal de Polanski aceptó un acuerdo de culpabilidad para desestimar cinco de los cargos más graves —incluida la violación por uso de drogas— a cambio de declararse culpable de tener relaciones sexuales con una menor.
Los términos del acuerdo permitían a Polanski viajar a Europa para completar la filmación de un proyecto, además de que los abogados esperaban que su cliente no tuviera que cumplir ningún tiempo en prisión, apelando por su libertad condicional.
Sin embargo, el juez a cargo del caso, Laurence Rittenband, se retractó y sentenció a Polanski hasta por 50 años en prisión, motivo por el cual, ha permanecido en Francia desde entonces.
Un tecnicismo que podría cambiarlo todo
Polanski ha afirmado que el juez —fallecido en 1993— fue influenciado indebidamente por un fiscal, por la prensa y por temor a una reacción violenta por parte del público al haber dictado una sentencia indulgente previamente. Si bien, es un argumento que se ha dado desde hace bastante tiempo, el Tribunal se mantenía firme, considerando de mayor importancia el proteger la integridad del sistema judicial.
No obstante, la Oficina del Fiscal de los Ángeles ha decidido no oponerse más a revelar las transcripciones del testimonio del fiscal original que manejaba el caso, Roger Gunson. Pues es esta la grabación que de acuerdo a Polanski revelaría la mala conducta del juez, lo que desestimaría el caso en su contra.
Adicionalmente, el fiscal George Gascón compartió con The Hollywood Reporter que en efecto, el caso contaba con varias irregularidades, partiendo de una mala práctica del lado del juez Rittenband.
De salir a su favor, el testimonio podría llevar a que a Polanski se le permita regresar a los Estados Unidos sin cumplir una pena de prisión por el caso, si se determina que, en efecto, el tribunal incumplió el acuerdo de culpabilidad. Sin embargo, aún entraría en juicio una sentencia por huir del país.
La solicitud no es de Polanski
Gascón añadió que la solicitud de revisión al testimonio no se dio del lado de Polanski, sino de los periodistas independientes Sam Wasson y William Rempel, quienes dicen que su intención es examinar la integridad de los tribunales.
Previamente, Samantha Geimer se había pronunciado también contra el jurado, argumentando que la forma en que el Tribunal le trató fue incluso peor que su experiencia con Polanski.
Mi familia había intentado proteger mi identidad, que no saliera mi nombre en los periódicos. La atención ponía en riesgo a mi mamá y su trabajo. Pero al juez Rittenband no le importaba la reputación de las víctimas, hizo vaciar la sala de juicio para montar una rueda de prensa sobre el caso, le gustaba estar bajo el reflector.
Samantha Geimer.
Añadió además que las decisiones de Rittenband habían sido cuestionables, argumento que el documental de 2008 Roman Polanski: Wanted and Desired (dir. Marina Zenovich), donde el fiscal David Wells afirma haber influido en Rittenband, empujó a los periodistas Wasson y Rempel a buscar respuestas con la nueva solicitud.
Geimer no se opone a la revelación del testimonio, pues considera que la justicia se mantiene a través de la verdad. Respecto a si considera que debería existir un nuevo juicio hacia Polanski, afirma que lo ideal sería una sentencia a tiempo cumplido, que es lo que originalmente debió haberse hecho y lo que el Tribunal le había prometido.
Finalmente, fiscales y miembros del Tribunal de los Estados Unido admiten que no es un caso fácil, pues a pesar de que la ley se encuentra del lado de Polanski dada la conducta de Rittenband, la opinión popular y la certeza moral de los crímenes cometidos por el acusado apuntan a que una sentencia más dura debería aplicarse contra el director.