En este artículo:
- Megan Fox reflexionó sobre la libertad creativa y de expresión personal que tienen los actores, dado las “limitaciones” que impone la industria de Hollywood.
- Ella opina que “pocos actores tienen el talento” para expresarse por completo dentro de esos límites, y ella no lo tiene.
- También reflexionó sobre el legado de Jennifer’s Body, la película que poco a poco ha ido construyendo un fuerte legado en el género de horror.
Megan Fox se ha ido convirtiendo en una estrella un poco controvertida. A principios de 2010, ella comenzó a criticar la forma en la que Hollywood y la prensa la catalogaba como una sex symbol, cosa que la llevó a enfrentar una ola de quejas e insultos por parte el equipo de producción de Transformers, quienes públicamente dijeron que ella era “difícil, arrogante y malagradecida”.
Mucho tiempo ha pasado, y con el tiempo Megan Fox ha ido construyendo su carrera fuera de los grandes blockbusters. Además de producir algunas series, ella sigue presente en películas indies, en su mayoría thrillers y películas de horror, alejándose de los reflectores y los estereotipos con los que tuvo que luchar durante años.
Y en una reciente entrevista, Megan Fox reflexionó sobre las dificultades de ser intérprete, diciendo que en general tienen poca libertad creativa para expresarse.
Megan Fox cree que es difícil encontrar libertad creativa como actriz
En una reciente entrevista con WWD para promocionar su libro de poemas Pretty Boys are Poisonous, Megan Fox reveló que se sentía “frustrada” con el poco control que tenía sobre el proceso creativo de sus interpretaciones, pues creía que “había una imagen de lo que se suponía que ella debía ser” que no se podía quitar.
Por eso, “rechazó ser famosa durante mucho tiempo”, ya que le frustraba la poca libertad creativa que sentía en el desarrollo de sus producciones.
“Sí, puedes llevar tu creatividad y expresar algo desde esta caja muy limitada.
Creo que muy pocos actores son lo suficientemente talentosos para expresarse en su totalidad dentro de los límites de lo que de verdad significa ser actor. Y no soy una de ellas”.
Megan Fox, WWD
En 2009, Megan Fox dijo en una entrevista que Michael Bay “era como Napoleón, y quiere construirse está loca reputación de hombre loco […] Quiere ser como Hitler en el set, y sí lo es”. Este comentario causó una enorme cantidad de controversia, al grado en que fue despedida de Transformers: The Dark Side of the Moon.
A esa controversia, le siguió el pésimo desempeño que tuvieron Jennifer’s Body y Revenge of the Fallen, cosa que provocó que la prensa y la opinión pública catalogaran las habilidades de Megan Fox como “inferiores”. Y también tuvo que sufrir severos ataques que aseguraban que ella había logrado alcanzar la fama mundial por su físico, no por su talento.
En años recientes, Megan Fox ha hablado sobre que su físico haya estado tan expuesto en internet, las experiencias machistas que ha vivido en los sets de filmación y ha hablado sobre la evolución del movimiento feminista en Hollywood.
Con la evolución que ha tenido la figura de Megan Fox en la opinión pública, la cinta de Jennifer’s Body, una historia de horror en donde la actriz interpreta a una hermosa porrista que en realidad es una súcubo, también ha sido analizada y valorada por sus comentarios sobre los estereotipos de género, convirtiéndola en una cinta de culto.
Megan Fox se identifica con Jennifer
En la misma entrevista, Megan Fox habló que poco a poco “ha ido reencontrando la forma de expresar [con la moda] quién es ella misma”, ya que en aras de separarse de los estereotipos que sentía impuestos por la prensa y la opinión pública, “rechazaba la moda y la imagen que le habían impuesto”. Pero ahora está en un lugar donde se puede preguntar “qué cosas me gusta usar y cómo pueden expresar lo que quiero decir o sentir en ese momento”.
Eso la llevó a reflexionar sobre Jennifer, que es un personaje que “ella era una chica típica que resulta ser una hechicera demoniaca. Yo soy ambas cosas”.
En Jennifer’s Body, la historia se centra en la amistad de Jennifer con Anita (Amanda Seyfried). Su complicada relación, que roza en lo romántico, explora también las expectativas sociales, sexuales y morales que experimentan las mujeres conforme su cuerpo se desarrolla.
Pero para Megan Fox, el personaje es mucho más personal, ya que insinúa que es una representación de la evolución que ha tenido su imagen en la cultura pop.
“Antes de que se convirtiera en un demonio y en este ícono gótico, era esta bonita y típica porrista.
Creo que esa es una buena representación de cómo soy. Soy esas dos cosas. Siempre lo he sido”.
Megan Fox, WWD
