En este artículo:
- El cierre de Berlinale estuvo lleno de controversias políticas, al grado en que la ceremonia fue catalogada como “antisemita” por medios de comunicación y figuras políticas alemanas.
- Esto ocurrió debido a algunos discursos que dieron ganadores del festival, pero también porque las redes sociales del evento fueron hackeadas por un grupo pro-palestino.
- Berlinale ya está tomando acciones sobre el caso del hackeo, pero aumenta los problemas sobre el tema de libertad de expresión política en espacios artísticos importantes.
La edición número 74 del Festival internacional de cine de Berlín (Berlinale) estuvo plagada de controversia. Entre demandas por haber invitado a representantes de ultraderecha y críticas por no posicionarse abiertamente sobre el tema de Israel y Palestina, el festival ha tenido una de sus ediciones más políticas en su historia.
La intensa controversia persiguió a Berlinale hasta el final, ya que hackearon su cuenta de Instagram para publicar contenido a favor de Palestina, con símbolos e imágenes que podían ser considerados antisemitas.
¿Qué pasó en Berlinale y por que fue tan controversial? ¿Se podrían tomar acciones legales? ¡Les contamos tod el problema aquí!
¿Qué pasó con las redes sociales y el cierre de Berlinale?
Durante la ceremonia de cierre de Berlinale, se publicó una infografía en su cuenta de Instagram en donde se publicó una serie de imágenes que se posicionaba a favor de Palestina, pero su comunicación fue sumamente controversial.
Para empezar, las imágenes tenían el eslogan de “from the river to the sea” (Desde el río hasta el mar), una frase que es considerada antisemita por parte de algunas figuras nacionalistas de Israel, pues se puede entender que se busca desmantelar el estado judío. Melissa Barrera recientemente fue fuertemente criticada por utilizar el canto durante una protesta pro-Palestina en el Festival de Sundance.
El posteo también aseguraba que “Alemania siempre había estado del lado incorrecto de la historia” haciendo alusión a su pasado Nazi y criticando el silencio por parte de las autoridades alemanas sobre el tema.
El festival borró la publicación poco tiempo después y mandaron un posicionamiento oficial asegurando que “esas imágenes no representaban las ideas ni los posicionamientos reales de Berlinale.
Pero las controversias no pararon ahí. Una serie de ganadores también causaron revuelo por sus posicionamientos durante la ceremonia de clausura. Por ejemplo, Ben Russell, quien compitió con el documental Direct Action, se presentó en el escenario usando una Kufiya, una pieza de ropa que se entiende como una de las muestras de apoyo al nacionalismo palestino.
La cineasta Eliza Hitman, quien ganó el Oso de Plata en 2020, pidió un cese al fuego y dijo que “cualquier persona que diga que es sólo una guerra está incurriendo en un acto grotesco de autoengaño”.
Pero la controversia aumentó cuando Yuval Abraham, Basel Adra, Hamdan Ballal, y Rachel Szor, directores del documental No Other Land que ganó en su categoría como Mejor Documental, subió a recibir su premio.
Abraham, un cineasta judío israelí, comparó cómo se diferencian sus derechos y experiencias con respecto a los que tiene Basel Adra, cineasta palestino que vive en la zona ocupada de la franja de Gaza. “Aunque nuestras casas están a 30 minutos de distancia, nuestras experiencias y derechos varían enormemente”.
La película precisamente retrata la lucha de Basel Adra y de su pueblo en contra de la ocupación de la Franja de Gaza, y como sus hogares y derechos han disminuido con el paso del tiempo debido a las actividades de las fuerzas israelíes en la región.
¿Qué consecuencias enfrenta Berlinale?
El discurso de los directores de No Other Land causaron que muchas figuras políticas llamaran a la ceremonia anti-semita. E incluso, el gobernador de Berlín, Kai Wegner utilizó sus redes sociales para decir que “La ciudad tiene una postura muy clara a favor de Israel”, por lo que pidió que Berlinale mejore sus protocolos para evitar que se den despliegues como los de la ceremonia de clausura se repitan, ya que el festival “es financiado por el estado”.
De acuerdo con el director de No Other Land, desde que los medios alemanes comenzaron a catalogar su discurso como “antisemita”, ha recibido amenazas de muerte.
Después de la controversia, Berlinale confirmó de manera oficial que buscará “presentar cargos” en contra de las personas que hackearon sus redes sociales y las autoridades ya empezaron a investigar el caso.
Sobre los posicionamientos políticos de sus ganadores, Berlinale fue claro al decir que “fueron una muestra de una opinión personal y que no reflejan los valores o pensamientos del festival”.
La posición de Berlinale, aunque entendible, es muy diferente a la que tuvieron los Spirit Awards, ya que aunque la ceremonia también fue interrumpida por protestantes que pedían la liberación de Palestina, la host del evento Aidy Bryant aseguró que eran “personas ejerciendo su derecho a la libre expresión”.
El tema del conflicto entre Hamas e Israel ha causado revuelo en la esfera cinematográfica mundial, y ninguna industria ha sabido bien balancear el problema de la creación de discursos de odio con la opinión personal de figuras con grandes plataformas, y el caso de Berlinale es uno que ejemplifica la gran problemática que se enfrenta en vista de una guerra que lleva meses en curso.