- Presentada en Feratum 2023, No Quiero Ser Polvo de Iván Löwenberg aborda el fin del mundo desde un punto de vista aterradoramente cercano.
- Löwenberg retoma la paranoia colectiva alrededor del apocalipsis y lo transforma en una historia sobre el nido vacío, la depresión y la soledad, de una manera única.
- Con el debut de Bego Sainz, No Quiero Ser Polvo es una de las propuestas más interesantes del cine de ciencia ficción de los últimos años.
¿Qué pasaría si todas las profecías que se han dicho sobre el fin del mundo son reales? ¿Realmente las creeríamos? En un mundo y una realidad que por años se ha enfrentado a las falsas especulaciones sobre los días de oscuridad, el fin del milenio, el 2012, y otras falsas alarmas sobre la muerte de la humanidad cada vez es menos común preguntar, “¿y si sí sucede?”
A partir de dicha idea es que Iván Löwenberg crea una historia que va más allá del mero concepto del posible apocalipsis, sino que nos arrastra a una cotidianeidad tan agobiante, que el fin del mundo de pronto parece una idea entusiasta, un propósito y una solución.
¡Aquí todo lo que el director de No Quiero Ser Polvo nos contó en el Festival Feratum!
No Quiero Ser Polvo: ¿Queremos que el mundo acabe?
No Quiero Ser Polvo sigue a Bego, —la debutante Bego Sainz quien también es madre de Löwenberg—, una mujer quien ha dado toda su vida para criar a su hijo y servir a su esposo, y quien inevitablemente, se encuentra atrapada en un ciclo donde no es vista ni por su familia, ni por otras personas a su alrededor.
Bego sigue la misma rutina sin punto todos los días: se levanta, scrollea en redes sociales, asiste a una escuela de meditación, va al zoológico y regresa a casa con su desconectada familia. Su vida es espejo de muchas otras realidades vividas en México, y por ello, lo que le sucede a continuación es también sumamente cercano.
Se acercan los temidos Días de Oscuridad, donde la humanidad pasará tres días sin sol, donde los aparatos electrónicos dejarán de funcionar y desastres naturales azotarán a la Tierra. Ella responde a tal mensaje, el cual naturalmente, es abordado por el mundo como una cosa absurda y una gran estafa de grupos espirituales.
No obstante, aunque una muy posible farsa, la idea del fin del mundo le da a Bego un propósito, algo que su director definió como “volverse una entusiasta del apocalipsis”.
“Fue en los noventas cuando escuché por primera vez lo de “los días de oscuridad”, y no pasó nada. Luego estas profecías regresaron una y otra vez, y siempre habían quieres se denominaban expertos” señaló el director.
“Sin saberlo, muchos se convirtieron en entusiastas del fin del mundo.” puntualizó, “Tenían todo listo para cuando llegaran los días de oscuridad, y pensé, ¿qué historia podemos contar allí? En eso que hemos esperado desde chiquitos“
Un nuevo propósito
Si bien, No Quiero Ser Polvo parte de una idea centrada alrededor del fin del mundo, lo que la hace una cinta realmente sólida es la experiencia de Bego, su manera de ver el mundo y la dinámica que comparte con su familia. Un “pretexto perfecto” para explorar un personaje al que Iván le generaba gran curiosidad.
“Pensé mucho en la generación de mi mamá” explicó Löwenberg después de la proyección de la cinta, “esta historia es también el reflejo de ella, de sus amigos y el efecto del “nido vacío””, sentenció.
En No Quiero Ser Polvo, Löwenberg traza a su protagonista a partir de un “¿y ahora qué?”, ¿qué hacer después de dedicarle una vida a una familia que ya no le necesita? ¿a qué dedicarle tiempo, esfuerzo y atención?
A la par, tal pregunta se espejea en el posible fin del mundo: ¿si pasan los días de oscuridad, qué procede? Si no, ¿cómo seguir con una vida común? Por ello mismo, dentro de sí Bego también tiene un gran debate moral: ¿quiere que el fin del mundo suceda para que su familia abra los ojos y ella recobre un propósito? ¿O lo teme?
“Hay un tema gigante con la depresión en las familias cuando se pierde el propósito” explicó Löwenberg, señalando que definitivamente “una figura materna es la vía correcta para contar este viaje, lo hace sincero”.