- El mexicano Rodrigo Prieto trabajó como director de fotografía junto a Martin Scorsese en la ambiciosa cinta Killers of the Flower Moon.
- Durante una mesa redonda donde participó Fuera de Foco, Rodrigo Prieto explicó cómo elementos mexicanos y latinos se reflejan en Killers of the Flower Moon, y en particular, la historia de violencia contra los pueblos indígenas.
- Rodrigo Prieto señaló cómo la indiferencia hacia la violencia sistémica ha vuelto a los mexicanos extranjeros de sus propios orígenes.
Killers of the Flower Moon de Martin Scorsese sitúa a la audiencia en medio de la ola de asesinatos perpetrados en contra de la Nación Osage en Oklahoma en 1920. El caso, cuya novela original retrata desde el punto de vista de los elementos del FBI que investigan el crimen, es abordado desde los ojos de William King Hale (Robert DeNiro), Ernest Burkhart (Leonardo DiCaprio) y Mollie (Lily Gladstone) en la película.
Por tal motivo, el director y su equipo, entre los que se cuenta al mexicano Rodrigo Prieto como director de fotografía, pusieron especial énfasis en contar la historia desde la comunidad Osage, con el fin de representar a gran escala los crímenes vividos en la región y no sólo desde la trinchera de los investigadores.
Durante una mesa redonda en la que Fuera de Foco tuvo la oportunidad de participar, Rodrigo Prieto explicó más sobre dicho acercamiento a Killers of the Flower Moon y como su historia, hace eco a siglos de violencia en contra de los pueblos indígenas en México y otros países latinoamericanos.
¿La violencia en Killers of the Flower Moon es muy cercana a México?
En la visita a México de Martin Scorsese para presentar Killers of the Flower Moon, el director de fotografía Rodrigo Prieto, abordó de lleno los elementos latinos que hacen de la cinta una historia global, pero especialmente cercana a regiones donde se ha vivido una gran violencia contra las comunidades indígenas.
“Es una experiencia que mexicanos, latinoamericanos y muchas otras culturas han vivido” señaló, indicando que si bien, el fin de Killers of the Flower Moon es destacar y dar visibilidad a la comunidad Osage, los eventos enfrentados por dicho pueblo se comparten a través de regiones conquistadas por países como Reino Unido y España.
“Estas vivencias son resultados de la invasión de una cultura europea, en nuestro caso, una colonización, conquista y dominación de la cultura indígena” destacó.
“El trauma que viven los Osage en Killers of the Flower Moon, y el trauma que vivieron los indígenas nativos de México es algo duro y difícil de encarar. Y lo más doloroso, es que probablemente nosotros no estaríamos aquí, ni habríamos nacido de no ser por ese mestizaje.
Somos el resultado de una violencia que inevitablemente causa fricción en nuestros corazones”.
Rodrigo Prieto.
Por ello, Prieto destacó que Killers of the Flower Moon también tiene como objetivo explorar dichas temáticas, especialmente ante el planteamiento de la cinta, donde a través de un ritual, la comunidad “se vuelve consciente de que sus hijos serán mezclas y olvidarán su propio idioma”.
“Decir “las siguientes generaciones no mantendrán nuestra cultura” es algo traumático y un dolor muy fuerte” destacó.
¿No somos tan ajenos a la violencia?
Más adelante, Rodrigo Prieto explicó que conforme la sociedad mexicana y otras culturas en otros países han evolucionado, por educación o por la misma globalización “hay cada vez una desconexión más profunda” entre lo que somos hoy y quiénes habitaban nuestras ciudades hace siglos; pero también entre comunidades.
“Como mexicano, me pasa que cuando estoy cerca de una cultura indígena me siento extrajnero y eso me duele” señaló el fotógrafo, añadiendo que resolver dicha conexión “requiere trabajo y entender que a fin de cuenta todos somos seres humanos que comparten un solo planeta”.
Por ello, Prieto hizo un llamado a contar más historias de dichas comunidades desde sus voces, pues “es necesario quitar esas barreras y poder conectar de corazón a corazón”.
Sobre la misma línea, Rodrigo Prieto comentó que la producción de Killers of the Flower Moon pudo estudiar y conocer de lleno a la cultura Osage desde el interior, algo que describió como “un gran privilegio, y algo muy inspirador”.
“Gran parte de la historia que se ha contado previamente, es desde la perspectiva de hombres blancos, y por eso la cultura Osage tenía que ser foco de la película y que se pusiera en la pantalla la gran crueldad que enfrentaron hace 100 años” determinó.