En este artículo:
- El director de Zona de Interés, Jonathan Glazer, explicó por qué decidió añadir un salto de tiempo en su película, a pesar de que casi toda transcurre en el marco de la Alemania Nazi.
- Según él, era una forma de retar a la audiencia e impedir que generara distancia con la historia, pues quería hacer una cinta “que se sintiera en tiempo presente”.
- En últimas fechas, el mundo ha sido testigo de varios conflictos bélicos que sí han impactado de diferentes maneras la industria del cine, por lo que Zona de Interés es una buena representación del puente que hay entre la política y el arte.
La Zona de Interés es, más que una película situada en un periodo de la historia específico, es un ejercicio que nos obliga a pensar qué tan diferente es el pasado del presente en realidad, o si solo son herramientas que los humanos utilizan para esconder su naturaleza violenta desinteresada.
. Protagonizada por Sandra Hüller y Christian Fiedler, la película nos cuenta el día a día de una familia de clase alta en Alemania durante el gobierno de Hitler. La historia es tal cual una exploración costumbrista de los personajes. El esposo sale de viaje, la esposa organiza los detalles de la casa, sus hijos juegan y pelean.
Lo aterrador es que su riqueza viene de el hecho de que su padre es un general Nazi de alto rango encargado de diseñar maneras más eficientes de utilizar las chimenas en Auschwitz, lugar en donde el gobierno de Hitler exterminó a más de un millón de personas.
Es inquietante ver la naturalidad con la que estos personajes mejoran su jardinera, toman el sol y van de día de campo teniendo al lado uno de los lugares donde se llevó a cabo uno de los más crueles genocidios en la historia.
Pero lo más interesante es que, en un momento, la historia da un salto de tiempo y nos muestra el mismo lugar en el presente, convertido en el monumento y museo cuya misión es recordar la tragedia que se vivió.
Con eso, la denuncia del director Jonathan Glazer se hace evidente, pero recientemente explicó mejor la idea que tenía con Zona de Interés y por qué era importante hacer ese salto de tiempo.
Zona de Interés: ¿La sociedad realmente no ha cambiado?
Si algo tiene de especial Zona de Interés, es que logra algo muy difícil, pone a personajes con ideologías y actitudes horribles en el centro de la historia sin romantizarlos ni hacerles ver desde una luz empática. Lejos de solamente pedirnos que entendamos su vida, quiere que entendamos cómo la brutalidad, la indiferencia y la violencia se pueden convertir en algo “normal” si se disfrutan de privilegios desmedidos dentro de un sistema social.
Esto se hace evidente justo al final de la película. Justo después de que al comandante Rudolf Höss lo vimos celebrando que su nuevo invento fue aprobado y funciona, Zona de Interés nos lleva al presente para mostrarnos tomas del Museo estatal de Auschwitz-Birkenau en la época actual.
En los lugares donde vimos a la familia Höss celebrar en piscinas, sembrar hermosas flores, dormir y trabajar, ahora hay estantes llenos de devastadores artículos que nos recuerdan las horribles estadísticas que dejó el campo de concentración.
Y de acuerdo con Jonathan Glazer, la idea de “desdibujar la línea entre el ayer y el ahora, el aquí y el allá” era un elemento primordial para Zona de Interés. Pues, en vista de que actualmente se están librando dos guerras cuyas raíces tienen también motivos étnicos, para el director era importante hacer una película que no nos permitiera generar una distancia entre los horribles eventos del holocausto y la mundaneidad de los personajes. “Es algo que todavía sigue en nuestro mundo y dentro de nosotros como seres humanos. No es una anomalía o un evento que pasó una vez y no se va a repetir”.
Jonathan Glazer estuvo presente durante una proyección especial que se llevó a cabo en el museo. Ahí, dijo que de inmediato supo que la historia tenía que filmarse en ese lugar, pues su importancia y peso histórico es «una foma de conmemorar las atrocidades que siguen ocurriendo en el mundo.
“Desde que llegué aquí supe que Zona de Interés tenía que ser sobre este lugar. tenía ser una película se sintiera en tiempo presente, no algo de lo que podemos tomar distancia porque fue un evento que ocurrió hace mucho tiempo”.
Jonathan Glazer, Variety
La nueva forma de revisionismo en Hollywood
Zona de Interés, gracias irónicamente a la distancia histórica en donde se sitúa, la convierte en una película que puede introducirnos a tener charlas sobre lo que está ocurriendo actualmente, y hasta muestra cómo el cine puede ser una herramienta de denuncia y protestas.
En últimas fechas, las repercusiones que han vivido figuras de Hollywood, como Melissa Barrera o Noah Schnapp, que han expresado de manera controversial sus opiniones sobre el nuevo conflicto de Israel-Hamas han sido gran tema de debate en redes sociales y una exploración de cómo figuras de renombre pueden responder a la propaganda política.
Actualmente, el Festival Internacional de Berlín fue objeto de controversia por haber invitado a figuras de ultraderecha a la ceremonia de inauguración, incitando protestas y obligando al festival a comprometerse a luchar por la democracia a través de la plataforma que tiene el evento.
También está la lucha de cineastas rusos/as y ucranianos/as que, a través de festivales y apoyos internacionales, siguen produciendo películas que hablen los factores lingüísticos, sociales y étnicos que dieron pie a la guerra y la ocupación de Donbás.
Zona de Interés es la muestra de que el cine está intrínsecamente ligado a los problemas sociales y que las narrativas que vemos en la pantalla importan. Y gracias al salto en el tiempo, Jonathan Glazer parece que denuncia la indiferencia y normalidad con la que vemos ciertos eventos que están ocurriendo. ¿Esperaremos a construir más museos como el de Auschwitz? ¿Cuánto tiempo tiene que pasar para que reconozcamos las atrocidades que suceden y que consideramos normales? Ese es el tipo de preguntas que el director quiere causar con su película.