Top Gun: Maverick parece que rinde homenaje a toda la carrera de Tom Cruise en una historia digna de un blockbuster de verano
Después de más de 3 años de retrasos, en parte debido a la filmación de sus complejas secuencias aéreas pero mayoritariamente al impacto de la pandemia del COVID-19 en la industria del cine, Top Gun: Maverick, la secuela a una de las cintas más icónicas de los 80’s y que lanzó a su estrella Tom Cruise al estrellato, está a punto de llegar a las salas de cine del mundo.
La secuela al legado de Tom Cruise
Como era de esperarse, esta es una nueva entrega en el creciente panteón de uno de los trends favoritos del Hollywood actual: las «secuelas legado». Al más puro estilo de lo hecho con cintas como la trilogía de secuelas de Star Wars, Creed o más recientemente Scream, Top Gun: Maverick busca utilizar el amor y la nostalgia del público por el largometraje de 1986 para cautivar a la audiencia nuevamente, así como también la tendencia por recrear todo lo que tenga que ver con la década de los 80.
Este se trata de un auténtico blockbuster moderno, con toda la adrenalina, tecnología de punta e impresionantes acrobacias a las que ya nos ha acostumbrado el protagonista de Misión: Imposible a lo largo de su carrera, casi perfectamente unido a la sensibilidad más relajada e intencionalmente cursi del clásico de Tony Scott.
Acción y emoción de primer nivel
Top Gun: Maverick es diferente a muchos blockbusters, secuelas y reboots actuales ya que, en lugar de buscar crear un épico más grande que la vida misma donde cada escena sea superior a la siguiente para darle al público la sensación de que están viendo algo clave para un universo cinematográfico, nos remonta a la época donde el principal cometido de una cinta como esta era el de entretener al espectador a lo grande.
Las secuencias de vuelo y combate aéreo son un verdadero espectáculo digno de contemplarse en la pantalla más grande y con el mejor sonido posible, con cada movimiento de los jets haciendo vibrar la sala entera y la combustión de sus motores tienen un impacto tan claro que puedes llegar hasta sentirlo en el estómago. Pero la acción nos mantiene al filo del asiento en cada segundo, gracias a que su director Joseph Kosinski le da tanta prioridad a estas secuencias como al hacer que nos encariñemos de sus personajes.
Uno de los elementos más importantes en lograr que Top Gun fuera el fenómeno mundial que fue, fueron sus personajes, los tan memorables pilotos como Iceman, Goose, Viper y, por supuesto, Maverick. Y aquí nos muestran a nueva generación de «lo mejor de los mejores», cuya camaradería y química es palpable y contagiosa, por lo que las secuencias donde los vemos jugar futbol americano en la playa son tan divertidas de ver como las secuencias de combate.
Captura el espíritu ochentero
Como ya mencioné, no cabe duda que esta es una cinta hecha para su consumo y disfrute en pleno 2022, que utiliza la más alta tecnología de punta para deslumbrar y apantallar al espectador moderno, pero también logra ser una lección de cómo el capturar el espíritu y el alma de una cinta ochentera puede ser hasta más efectiva que el recrear el estilo del cine de aquella época.
Sin llegar a intentar replicar una estética retro, Top Gun: Maverick opta en su lugar por capturar el sentimiento de aquellas cintas con las secuencias del equipo en la playa, su música enérgitica rayando en lo pop (compuesta en colaboración entre Harold Faltermayer, Lady Gaga, Hans Zimmer y Lorne Balfe), el buscar asombrar a su público con tomas panorámicas bellísimas y las secuencias aéreas, un entrañable romance donde brilla la química entre Cruise y Jennifer Connelly, y el regreso de las power ballads (baladas de poder) con el fenomenal uso de Hold My Hand, la cual tiene de todas para convertirse en la Take My Breath Away de esta generación.
Lágrimas aseguradas
Si bien la cinta es perfectamente disfrutable para quienes nunca han visto la primera, queda de más decir que Top Gun: Maverick cuenta con varios momentos y sorpresas que los harán brincar de la emoción y tiene casi asegurado el causarles un nudo en la garganta e incluso hasta un par de lágrimas.
Y esto no es por decir que la cinta únicamente abuse de la nostalgia, ya que el corazón de la cinta yace totalmente en su personaje titular, funcionando brillantemente como una exploración y disección a la carrera de Cruise y su legado como estrella de acción. Por medio de esto, Cruise entrega una de las mejores actuaciones de su carrera, y también destaca el desarrollo de su complicada relación con Rooster, el hijo de su fallecido compañero Goose, interpretado brillantemente por un Miles Teller que casi se roba la película.
El espectáculo a vencer este verano
Aunque en ocasiones la cinta pareciera tropezar con lo complicada que puede llegar a ser su trama, en contraste de lo relativamente simple que fue su antecesora, Top Gun: Maverick más que lo compensa con su impecable dirección técnica y emocional, su elenco de primer nivel e impresionantes escenas de acción logrando así ser el nuevo estándar a vencer para el resto de los grandes estrenos de la temporada veraniega.