Hay veces que el cine nos ayuda a recuperar la confianza en el mundo. Y Palmer, la nueva película estelarizada por Justin Timberlake, llega justo en el momento en el que más lo necesitábamos.
Palmer llega a la plataforma de Apple TV+ a inicios de un año que es sumamente incierto. Y entre la vorágine de información y malas noticias que recibimos todos los días, el director Fisher Stevens apostó por traernos una historia diferente, enfocada en celebrar las diferencias y las familias que vamos formando en el camino.
Para esta película, tuvimos la oportunidad de platicar con el director Fisher Stevens y el actor Ryder Allen sobre cómo lograron hacer una película sencilla, enternecedora y sumamente original.
¿Qué ofrece diferente Palmer?
Justin Timberlake da vida en esta historia a Eddie Palmer, un hombre que pasó 12 años en prisión, perdiendo así su beca deportiva y destruyendo todos los sueños del futuro. Y a pesar de que encuentra un hogar en la antigua casa de su abuela Vivian (June Squibb) en el pueblo donde creció, los demás habitantes del pueblo no están listos para darle una segunda oportunidad a un exconvicto.
Esta es una historia muy similar a otras películas del género que narran la vida y las vicisitudes de los estadounidenses que viven alrededor de los montes Apalaches. Películas como Historia Americana X, The Devil All The Time, Hillbilly Elegy y hasta Green Room, la historia sobre los límites de la ultraderecha estadunidense que estelariza Patrick Stewart, retratan la vida de esta demografía tan específica. Marcados por la pobreza, la drogadicción y la violencia, estas películas buscan, en su mayoría, explorar su realidad a través de dramas que nos adentran a las más grandes profundidades de sus problemas.
Y eso es justamente lo que quería evitar en Stevens. Cuando platicamos con él, nos mencionó que “estaba muy consciente del tipo de demografía que quería retratar. Pero yo no quería hacer un drama que solamente retratara lo malo, quería hacer una historia que fuera honesta, pero esperanzadora. Justo, quería hacer una historia que provocara empatía”.
Y gracias a su increíble manejo como director y al compromiso que Justin Timberlake tuvo con el personaje (Palmer tal vez es su mejor papel a la fecha), lo logró. En lugar de simplemente mostrarnos a un hombre roto por un sistema que no sirve, decide centrarse en los esfuerzos de este hombre por mejorar, por dejar sus errores en el pasado y evitar recaer en sus viejos vicios. Si bien podemos entender el enojo que siente el personaje y lo difícil que es para él, la película tiene a bien retratar también la forma en la que los vínculos familiares fuertes pueden cambiar vidas.
Por eso, Palmer parece presentar una crítica bastante dura a los sistemas judiciales y de guardia para la niñez estadounidenses, aunque el director no pensó mucho en eso. “Más que una crítica a estos sistemas, que sí tienen muchos problemas, particularmente el sistema de resguardo infantil, quería hacer una historia que pusiera en el centro la importancia del amor y las relaciones en la vida de las personas”.
La importancia de la Familia
Por eso, los problemas de ira de Eddie se ven contrastados con el tierno Sam, interpretado maravillosamente por el actor primerizo Ryder Allen, un pequeño niño de 7 años que no se conforma con los estándares de género asociados con los varones de su edad Esto, en una comunidad tan cerrada y pequeña, le trae una serie de problemas que, sumados con la drogadicción y abuso de su madre Shelly (Juno Temple), podrían ser el apocalipsis de su salud emocional y mental.
Eddie y Sam hacen una mancuerna enternecedora, y la confianza y naturalidad del pequeño hace casi imposible que los prejuicios permeen su relación. Pero eso no le quita que tratar el tema de la no-conformidad sea fácil, de hecho, Ryder Allen nos platicó que, durante el proceso de casting: “No sabía si lo había hecho mal, ya que me preguntaron si yo jugaba con muñecas y les dije que no, a pesar de que sí lo hacía. Así que no sabía si eso afectaría”.
Fue un trabajo retador y la historia de Sam también es retadora, ya que Palmer nos muestra nuevamente la importancia de tener lazos sanos que ayuden a los niños a desarrollarse en plenitud, ya sea a través de una maestra que se viste como profesor en Halloween, o de la mirada dura y reaccionaria de Palmer que le dice que a veces es necesario pelear de regreso. Todo esto puede parecer muy denso para un joven actor, pero afortunadamente, Allen recibió una gran ayuda: “Yo hablaba con Justin Timberlake todo el tiempo. Y me ayudó mucho, porque a veces yo quería llamarlo JT y él me decía que lo llamara Palmer, así nos fuimos metiendo más y más en los papeles y no fue tan difícil”.
Una Representación más Diversa
Lo interesante de la cinta es que Sam no está ahí para sanar a Palmer y Palmer tampoco está para solucionar los problemas de Sam. “Se necesitan el uno al otro, realmente”, como nos dijo Fisher Stevens. Y eso se nota claramente en la cinta, al decidir tratar los temas más difíciles de manera tangencial, podemos explorar y adentrarnos a la evolución gradual de su relación y concentrarnos en lo importante. “Yo no quería hacer una historia sobre etiquetas, quería dejar fuera las etiquetas para centrarnos en una historia de amor, empatía y perdón. El chiste era ver cómo ellos dos se encontraban y se sanaban el uno al otro. Sí, la mamá de Sam tiene problemas con las drogas y él enfrenta sus propios problemas. Palmer es un exconvicto con problemas de ira. Pero eso no son todo lo que son, también sueñan y sienten, y juntos se dan cuenta de eso”.
Esta película sin duda es una gran representación LGBTTTIQA, y en palabras de Allen: “estoy muy emocionado de que la gente la vea y se inspire con esta historia. Este fue mi papel de ensueño y espero poder seguir haciendo más, pero sí creo que podría brindar algo más esta historia”. Seguramente lo logrará, y es un gran alivio que podamos ver cada vez más diversidad de género puestos de una manera tan natural como lo hicieron en esta cinta.
Palmer estrena este viernes en Apple TV+ y es una gran opción para ver y recobrar un poco la esperanza en la humanidad y nos invita a creer en las segundas oportunidades.