Deniz Gamze Ergüven sorprende y encanta con su ópera prima, Mustang, pues retrata el rol que juegan las mujeres en naciones de oriente medio. En este propósito esencial, la cinta cumple y brilla.
La condición actual del mundo permite a cualquier individuo, por más lejano que se encuentre a la fuente de la información, consultar eventos, aconteceres y situaciones socioculturales y políticas en las que se encuentra cualquier nación.
Debido a la globalización, han surgido nuevas nociones y maneras de comprender el mundo. En su mayoría de veces, estas formas se dan bajo la perspectiva y parámetros del hemisferio occidental. Por ello, es que se tiende a emitir opiniones, con base en prejuicios, sobre culturas que se encuentran alejadas por miles de kilómetros. Entonces, si se le quita el velo occidental a todo aquello que se desarrolle en lugares como el medio y lejano oriente; uno como espectador puede asimilar y apreciar de forma diferente tanto la cultura como los usos y costumbres de los otros pueblos. Sólo cuando dejemos de medir con la regla de la cultura norteamericana, adquiriremos una perspectiva crítica de lo que salga en pantalla.
Mustang
Mustang es una cinta co-producida por Turquía, Francia y Alemania y se estrenó en el año 2015 en el Festival de Cannes. Escrita por Alice Winocour y Deniz Gamze Ergüven (quien también funge como directora), narra la historia de cinco hermanas, adolescentes todas ellas, que viven en una provincia al norte de Turquía. Allí conoceremos su relación con las normas sociales establecidas, donde se les obliga a casarse desde muy jóvenes con hombres que no necesariamente son de su agrado. Se les fuerza, así, de manera tajante a cortar todos sus anhelos y planes de vida futuros, remplazándolos por los de la madre.
Bajo esta constante represión, común a todas las mujeres de dichas comunidades, se narra el trayecto de una vida a través de los ojos de la más pequeña de las cinco hermanas, Lale, interpretada por la joven actriz, desconocida hasta ese entonces, Gunes Sensoy; cuyo personaje, al ser el de menor edad, enfrenta el fin de su niñez y de los privilegios que ésta conlleva.
El detonante de toda la trama de Mustang no es más que un juego; decisión realmente paradójica e incomprensible, pues de nuevo vemos cómo la inocencia de realizar actividades comunes entre niños deja de serlo al cumplir cierta edad donde los factores socio-culturales sentencian ciertos comportamientos entre personas de sexos opuestos.
Posterior a la reprimenda ocasionada por dicha exhibición pública, Lale, junto a Sonay (İlayda Akdoğan), Nur (Doga Doguslu), Selma (Tuğba Sunguroğlu) y Ece (Elit İşcan); presencian el drástico cambio que surge en sus vidas; particularmente en su hogar que, con el paso del tiempo y el moverse de las situaciones, se transforma en una prisión de la que solo hay una manera de salir: el matrimonio. Unas lo aceptan con mayor voluntad, pero otras deciden que hay más posibilidades. Son estas encrucijadas de sus hermanas las que cambiarán la vida de la pequeña Lale en un solo verano.
EN CONCLUSIÓN…
Deniz Gamze Ergüven sorprende y encanta con su ópera prima, Mustang, pues retrata de una manera noble y eficaz el trato que reciben y el rol que juegan las mujeres en naciones de oriente medio, particularmente en Turquía, donde la directora nació. La misma Deniz lo expresa como sigue: “Quería retratar parte de mi infancia, atribuyéndole a los personajes decisiones que yo no tomé por falta de valor”.
Cintas con esta temática abundan, no en un nivel sobresaliente, pero sí en un balance razonable. En producciones de oriente medio, temas como la represión y el estatus de la mujer son algo común. Sin embargo, esta cinta aporta un retrato fresco y jovial de la condición de las niñas y las jóvenes, que tanto revuelo ha causado en décadas recientes. Muy a pesar de algunos errores en su desarrollo, como lo es el estereotipo de varios de sus personajes secundarios, la cinta brilla al cumplir con su propósito esencial.