Knock at the Cabin es una cinta intrigante y estridente que trata de poner en perspectiva por qué vale la pena salvar un mundo hostil y homofóbico
Existe la creencia de que la historia original siempre será mejor que cualquier adaptación. Eso no es cierto en el caso de Knock at the Cabin (Llaman a la Puerta), la cinta adaptada de la obra The Cabin at the End of the World de Paul Tremblay, ya que el director M. Night Shyamalan logra profundizar mucho más en sus personajes y hacer una historia mucho más intrigante.
Y es que en la cinta, la pequeña Wen (Kristen Cui) está de vacaciones con sus padres: Andrew (Ben Aldridge) y Eric (Jonathan Groff). Pero realmente no disfrutarán su tiempo a solas, pues 4 personas: Leonard (Dave Bautista), Redmond (Rupert Grint), Sabrina (Nikki Amuka-Bird), y (Abby Quinn), llegan con la misión de evitar el apocalipsis.
Con comentarios e ideas que podrían pasar por delirios paranoicos, ponen a la familia en una encrucijada: si no deciden quién se sacrifica, el fin del mundo está asegurado. Y entonces comienza una intensa historia que nos harán dudar de nuestras creencias.
Tensión Cimentada en Personajes
En un principio, parece que Knock at the Cabin se conduce como un thriller convencional: los 4 invasores (con una clara referencia a los 4 jinetes del apocalipsis) irrumpen en su casa con armas y rápidamente atan a Eric y Andrew. Sin embargo, muy pronto el tira y afloja entre la pareja y los misionarios nos van dando perspectivas diferentes sobre lo que está ocurriendo.
Lo más inquietante sin duda es la amabilidad de los invasores. Sabrina, quien dice ser enfermera, trata de ayudar a la pareja cuando se lastima, Adriane es genuinamente amable con Wen y les cuenta detalles muy íntimos sobre su vida, y Leonard, aún con su imponente físico y desesperación, tiene una tranquilidad y amabilidad muy desconcertante.
Esa amabilidad hace muy difícil ver el extraño ritual que siguen día a día si la familia no decide quién se sacrificará. Uno a uno, poco a poco, también debe morir para desatar una nueva plaga. La tensión que se crea sobre la decisión es sumamente estresante, porque Shyamalan de verdad logra contener la desesperación de la familia en un solo espacio.
Mientras el tiempo avanza, Andrew comienza a hablar de teorías de conspiración y de alucinaciones compartidas. Para la pareja, el fin del mundo es la invasión a su hogar y que 4 extraños los estén obligando a tomar una decisión imposible. Una de las más grandes tragedias que podían pasar, ya pasó. Y Knock at the Cabin se esfuerza mucho por que la tensión se de entre las expectativas, creencias y prejuicios de sus personajes y de la audiencia.
¿Heroísmo en el sacrificio?
Conforme conocemos a los 4 jinetes en Knock at the Cabin, vemos que hay una división que también se forma entre Andrew y Eric. Andrew, un abogado traumatizado por un crimen de odio que lo llevó al hospital (y en realidad la película nos muestra a manera de flashbacks todas las veces que ellos sufrieron homofobia) realmente no le importa el fin de los tiempos, ni nada de lo que tengan qué decir.
Pero Eric, después de sufrir una contusión entre todo el caos, comienza a ver el otro lado de la moneda: si el escenario que plantean es verdad, ¿qué mundo dejarán para su hija? ¿La decisión correcta sería sacrificarse por ella? Knock at the Cabin, la película, trata de darnos respuestas a esta problemática, enfatizando la decisión de los padres por proteger a su hija.
M. Night Shyamalan encuentra la manera de cambiar momentos importantes del libro de Paul Tremblay para darnos una visión más esperanzadora sobre la paternidad y las decisiones que tomamos para proteger a nuestros hijos. Dándole un poco más de agencia a la pareja y mostrando por qué nos debería importar el fin del mundo, aún cuando es un lugar inhóspito y hostil.
Knock at the Cabin es una gran opción para quienes gusten de un suspenso que se construye poco a poco y busque discutir sobre qué tan útil es salvar al mundo, y aunque no se sienta como tal, el giro del final es tan dramático que ciertamente dará mucho de qué hablar.