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Estación Once: ¿El nuevo éxito de HBO?

Estación Once es la nueva serie limitada de HBO, ¿continúa la estela de éxito de la plataforma?
Estación Once: ¿El nuevo éxito de HBO?
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Estación Once es la nueva serie limitada de HBO, ¿continúa la estela de éxito de la plataforma? 

Algo que me encanta de HBO es que cada una de sus producciones originales es una arriesgada apuesta artística, puede que como audiencia me termine gustando más o menos, pero siempre que me aproximo a una de sus series sé que estoy apunto de encontrarme con una propuesta única y una excelente calidad técnica. 

Estación Once no es una excepción de esto último, pues nos cuenta una historia que sigue a un grupo de personas en los últimos días de la civilización tal y como la conocemos, y les vemos afrontado la vida en un futuro apocalíptico causado por una pandemia mundial.

¿Reminiscencia de la pandemia?

Si bien esta premisa tiene ecos con la situación actual experimentada en torno al Covid-19, la novela en que se basa la serie fue escrita hace 7 años por la canadiense Emily St. John Mandel, quien inmediatamente recibió elogios de la comunidad lectora de Reino Unido, quien le entregó el Premio Arthur C. Clarke: el cual se le otorga anualmente al mejor escrito de ciencia ficción.

Inclusive George R. R. Martin -creador de Juegos de Tronos– la calificó como la mejor publicación que leyó en el 2014, mencionando que “es un libro que recordaré durante mucho tiempo y que volveré a leer”.

No sabemos si el susodicho autor revisitó Estación Once, pero lo que es una realidad es que 1.5 millones de personas compraron la novela durante el 2020, muy probablemente motivados/as por la pandemia que se suscita a sus alrededores, y quizá esto sea la razón por la cual muchas más personas se acercarán a su adaptación a la pantalla de chica. 

Un relato con muchas ramas

Al respecto, la audiencia que decida darle una oportunidad a esta producción se encontrará con un relato complejo en su estructura pero muy emocional, el cual definitivamente les provocará diversas reflexiones existencialistas a nivel personal y social. 

Detallando el primer punto, el guión de Patrick Somerville que adapta la novela ya descrita, aborda diversas líneas narrativas que constantemente se intercalan entre sus protagonistas y la temporalidad, las cuales no confundirán al espectador/a gracias a que los episodios se toman el tiempo para presentarnos a cada uno de los grupos de supervivientes, y la ambientación nos deja claro en que momento del relato nos encontramos. 

Evaluación de la narrativa

A pesar de lo anterior hay personajes y arcos argumentales mucho más interesantes que otros, lo que provoca un interés irregular en la producción: personalmente la línea narrativa que me parece mejor construida y atractiva es la que engloba a Jeevan (Himesh Patel), su hermano Frank (Nabhaan Rizwan) y Kristen (Matilda LawlerMackenzie Davis).

Lo anterior se debe a que su núcleo familiar nos es cercano y por lo tanto es fácil empatizar, además las interpretaciones de Matilda Lawler y Mackenzie Davis son sublimes, pues a partir de detalles corporales y faciales recorren una amplia gama de tonalidades, y otorgan tridimensionalidad a cada una de las escenas en que participan.

Por el contrario la historia de Miranda (Danielle Deadwyler) me parece la más floja de todas, el misterio en torno su figura te aleja de ella, y su relación con el personaje de Gael García Bernal es inverosímil porque nunca entiendes la química entre ellos, ¿cuáles son las cualidades que les hacen atraerse el uno al otro?. 

Y por último nos encontramos con la línea argumental del aeropuerto, la cual nos entrega un resultado dispar: por un lado hay un conflicto muy interesante que parte del ego y la perdida entre el personaje interpretado por Joe Pingue y aquel al cual da vida Dyan Taylor, pero el paso de este último por un camino oscuro y su redención se percibe bastante atropellado y apresurado. 

Estación Once

Brillante en lo técnico

Aún con lo anterior, la narrativa logra dos cosas con la intercalación de temporalidades y personajes mediante el montaje, la primera es sembrar curiosidad en la audiencia, pues bajo este formato hasta los episodios finales conocemos todo el trasfondo de nuestros/as protagonistas, y lo segundo: resignificar el presente de los protagonistas, el porqué de sus actitudes, frases y pensamientos. 

Y no sólo el montaje brilla dentro de la producción, sino también la fotografía naturalista de Steve Cosens Christian Sprenger, además de la construcción sonora con la capacidad de transitar entre ambientes pácificos y arturdidores. 

Un relato con muchas ramas

Pero más allá de lo técnico es probable que Estación Once resuene en sus espectadores/as en lo emocional, ya que la serie explora desde un punto de vista esperanzador un momento complejo para la humanidad, pues curiosamente aunque sus protagonistas se encuentran de cara frente a inmensa adversidad, hallan la manera de su resignificar su existencia.

Algunos/as logran esto último mediante la catarsis del arte, otros/as a través de la apertura de sus cicatrices emocionales, el aprender a pedir perdón y perdonar, mientras que otros encuentran el sentido de su vida en el amor a una pareja, un hermano, o amigo/a, y en la ayuda a los/as demás. Y tras los tiempos pandémicos es probable que nos identifiquemos con alguna de estas reflexiones.

Estación Once
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