El Esquema Fenicio: ¿Una nueva era para Wes Anderson?

El Esquema Fenicio es la película más "seria" y contemplativa de Wes Anderson, pero es una experiencia que los marcará por mucho tiempo.

Desde 1996, Wes Anderson ha hecho películas que no tienen igual. Y El Esquema Fenicio podría ser el comienzo de una nueva etapa para el autor.

Aunque sus películas se caracterizan por estar rodeadas de meticulosos colores pastel y escenarios armoniosos, Wes Anderson esconde mensajes muy oscuros:

Isla de Perros y el Gran Hotel Budapest son historias sobre el ascenso de líderes autocráticos que buscan atacar a un grupo de personas.

The French Dispatch parece un estudio sobre las limitaciones sociales y culturales de la sociedad europea y estadounidense.

En Life Acquatic, Steve Zissou (Bill Murray) explora con irreverencia y comedia el horror existencial de no poder huir de nuestra mediocridad.

Pero El Esquema Fenicio es diferente. Su mensaje es oscuro y sombrío es contundente:

Las acciones tienen consecuencias, por más que queramos negarlo, por más que parezcan lejanas, o se vean demasiado complicadas. Dejan huellas, a veces muy profundas.

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¿Qué Ofrece de diferente El Esquema Fenicio?

Como muchos padres ausentes en la filmografía de Wes Anderson, Anatole “Zsa-Zsa” Korda (Benicio del Toro) no trata de ocultar sus fallas.

Siendo un magnate que ha sobrevivido al menos a 6 intentos de homicidio, realmente no piensa mucho en su moralidad o la consecuencia de sus actos. Hasta que sí.

Después de sobrevivir su sexto accidente en avión, Zsa-Zsa decide dejarle toda su herencia a su única hija: Liesl (Mia Threapleton), una monja que, con dudas de que su padre asesinó a su madre, decide aceptar con la esperanza de dejar albo bueno por el mundo.

Zsa-Zsa guarda sus recuerdos en cajas de zapatos. En ellas, se encuentra el plan de Zsa-Zsa para construir un proyecto que podría revolucionar la zona más pobre de Fenicia, el país ficticio donde se sitúa la cinta.

Su proyecto incluye usar mano de obra esclava y negociar con sus familiares (todos extraños, alejados, y con rencores), pero Zsa-Zsa apenas está aprendiendo a hacer auto-análisis

Según lo que contó Wes Anderson en la conferencia de prensa de Cannes, la caja de zapatos tiene un significado muy personal:

“Mi suegro guardaba todo en cajas de zapatos, y un buen día se las dio a mi esposa, junto con una historia familiar mucho más compleja de lo que se imaginaba”.

Wes Anderson, conferencia de prensa en Cannes

Tal vez es la cercanía con la historia de una hija reconectando con su padre, quien apenas comienza a entender las consecuencias de sus actos, que hace a The Phoenician Scheme la película más directa y lineal de Wes Anderson, en donde se sabe exactamente hacia dónde van sus metáforas.

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La filosofía de El Esquema Fenicio

Pero no por eso es menos imaginativa o ambiciosa. El mundo de Fenicia es intenso, cuadrado e hipnótico.

Su ritmo tiene un frenesí que también se siente cansado y desgastado. Y no es que Wes Anderson haya descuidado su estética o que su trama sea débil, es que parece que toda la película carga con el peso de la complicada moral de su protagonista.

Zsa-Zsa tiene una serie de mantras que lo ayudan a seguir adelante: repetirse que se siente seguro (a pesar de que uno de sus 9 hijos siempre intenta matarlo), y “quiébrate, no te doblegues”, idea que lo lleva a tomar los peores tratos con tal de seguir adelante.

El Esquema Fenicio es una exploración de estas figuras que alguna vez fueron muy poderosas y parecían intocables, esas que parecen estar más allá del bien y el mal mundano.

Pero, ¿qué pasa cuando una persona así comienza a pensar en su propia mortalidad? ¿El amor filial es suficiente para expiar sus culpas? ¿Estos últimos actos “altruistas” hacen contrapeso en la balanza cósmica del karma y la muerte?

Ese es el viaje que todos los personajes enfrentan en El Esquema Fenicio. En el centro, por supuesto, está Liesl, quien poco a poco se va dando cuenta de que tiene mucho más en común con su padre de lo que le gustaría admitir.

Los matices de la moralidad, los pequeños momentos de paz. Esos destellos de sinceridad que hay entre familiares alejados es el motor que hace a El Esquema Fenicio un viaje hipnótico, pero también abrumador.

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¿No es para todos?

El cine de Wes Anderson siempre ha sido difícil. Y esta película no es la excepción. Entre visiones del cielo, intentos de asesinatos, espías escondidos y monjas que dudan de su hábito, hace que la hora con 40 minutos se sienta larga y pesada.

Pero la espera y la necesidad de prestar atención todo el tiempo (la cinta tiene diálogos y momentos que se te pueden escapar en un parpadeo) es muy satisfactoria.

No sólo porque tenemos una historia realmente conmovedora, que no endulza el abandono ni la negligencia, y que muestra también la humildad que genera la cercanía con la muerte.

Sus personajes de verdad son interesantes y muy hipnóticos. Se puede decir que es el mejor trabajo de Michael Cera por mucho, pues demuestra una versatilidad y habilidad para la comedia física que nadie había explotado antes.

El Esquema Fenicio no es fácil. Pero en un mundo donde ya no existe la verdad, donde la moral se debate en videos de máximo 90 segundos o hilos de Twitter, esta cinta invita a frenar por un momento el frenesí de seguir adelante, y sentarse a ver qué es lo que de verdad importa.

Al final de El Esquema Fenicio, Zsa-Zsa dice “no importa lo que planees, lo que importa es la sinceridad de tu devoción”.

Wes Anderson tiene una devoción resoluta al cine y a generar experiencias, y sin duda, El Esquema Fenicio es una de esas cintas que se quedan en la mente durante mucho tiempo.

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Poster El Esquema Fenicio
El Esquema Fenicio
Género(s)

Thriller, Comedia

Director(es)

Wes anderson

Reparto

Benicio del Toro, Mia Threapleton, Michael Cera, Riz Ahmed

Disponible en

Cine

Crítica | El Esquema Fenicio

El Esquema Fenicio es una película en donde Wes Anderson intenta alejarse de su estilo característico, y el resultado es una divertida crisis existencial.

Muy buena

3.5