En una época en donde los remakes ya son cosa de cada día, y aprovechando la escasa memoria a largo plazo de la mayoría de los espectadores actuales, este 2019 King repite en carteleras. Con la segunda parte de It estrenándose a finales del año, y las series de televisión Castle Rock y The Stand, sus adaptaciones siguen resurgiendo.
Hubo una época oscura, —incluida la fallida película dirigida por él mismo, Maximum Overdrive— en la cual su nombre ya no era una garantía de historias originales. Películas olvidables como Sleepwalkers o Dreamcatcher, fueron ampliamente superadas por las dirigidas por Brian De Palma (Carrie), Stanley Kubrick (El Resplandor) y David Cronenberg (La zona muerta).
Con el éxito en 2017 de la adaptación del director argentino Andy Muschietti de It, este año los directores Kevin Kölsch y Dennis Widmyer, mismos que ya habían demostrado oficio con Starry Eyes y la antología de historias de terror Holidays; son los encargados de llevar a la pantalla grande otra de las historias que hicieron famoso a King en los 80.
Pet Sematary
Pet Sematary trata sobre una antiguo cementerio ubicado en una zona rural del estado de Maine, lugar de nacimiento de King y escenario de la mayoría de sus libros. A 30 años del estreno de la película de Mary Lambert, esta versión toma un giro diferente, sobre todo en la última parte.
Inicialmente es muy similar a su predecesora: la familia Creed, proveniente de Chicago, se muda a la pequeña ciudad Ludlow. El cambio es difícil, ya que de vivir en una gran ciudad, ahora habitan cerca del bosque y cerca de una carretera en donde constantemente pasan camiones de carga en alta velocidad. Louis es el padre de familia, un médico que obtiene un trabajo como titular en la universidad local. Ahí es donde conoce a Victor Pascow, un estudiante que sufre un terrible accidente. Una diferencia con la original es que es mucho más explícito el maquillaje y el actor es afroamericano.
Pascow es la clave
Victor cumple las funciones de advertir sobre los riesgos que la familia se va a enfrentar en un futuro próximo. La casa de los Creed es parte de un terreno antiguo que les pertenecía a los indios Micmac, quienes creían que lo que se enterraba ahí, regresaba de una manera diferente. La maldición comienza cuando la mascota de la familia, el gato Church —llamado así como homenaje a Winston Churchill—, sufre un accidente en la carretera provocado por los camiones. A partir de ese momento, el Cementerio maldito se vuelve una profecía cumplida, y Pascow constantemente advierte sobre los peligros de ese camposanto.
¿Una nueva versión?
Se ha criticado a esta nueva versión por los jump scares, que son varios; pero, en su defensa, sí funcionan para crear un ambiente en el que ya no sabes cuando te tienes que tapar los oídos para evitar el siguiente sobresalto.
Existen varias diferencias con la original: en vez de ser el pequeño hijo Gage la siguiente víctima de la carretera, es la hija mayor Ellie quien muere y es enterrada en el cementerio por su padre. La película dirigida por el dueto Kölsch y Widmyer propone tmbién un final diferente, un poco más lógico para la conclusión de la historia.
Parece que Stephen King está resurgiendo en esta última década, como en los años 80. Esperemos que la segunda entrega de Andy Muschietti para finales de este año, cumpla con los objetivos que los fanáticos del cine de terror estamos esperando.
