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Diamantino: Entre el Caos y el Amor

Una película que intenta responder las dudas más apremiantes de nuestra sociedad
Diamantino: Entre el Caos y el Amor
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Diamantino es un viaje surreal que pretende dar una respuesta a los conflictos más complicados de nuestros tiempos.

 

El mundo está loco loco

Vivimos tiempos extraños. Entre la gran incertidumbre derivada de las grandes crisis económicas, los políticos dictatoriales y el cambio climático, pareciera que el arte en general, y especialmente el cine, está más interesado en contar historias crudas que nos recuerden nuestra terrible realidad. Por eso, cosas como Diamantino (2019), que optan por dar un giro optimista a nuestros tiempos, se vuelven experimentos realmente innovadores.

A riesgo de ser recordada como “la película con los perritos peludos gigantes”, la película cuenta la historia de Diamantino (Carloto Cotta), un exitoso futbolista portugués cuya carrera se va a pique después de fallar un penal en la Copa del Mundo.

Diamantino

Diamantino: Entre la ignorancia y la ambición

Diamantino representa a toda esa sociedad ignorante, pero bondadosa. Él no es una mala persona, simplemente no conoce nada más allá del fútbol y sus privilegios. Está completamente alejado de la realidad política y social que vive Portugal, no la entiende y no le importa. Por eso le causa tanta impresión ver un bote de refugiados a la deriva, sin sentido ni dirección.

Ése es el primer encuentro que Diamantino tiene con la realidad, pero no será el último. A partir de entonces, los directores Gabriel Abrantes y Daniel Schmidt decidieron contar una historia surreal y estrambótica, llena de subtramas que van del drama pasional a las películas de espías.

Todo está enfocado en retratar la complicada relación del individuo con la sociedad y sus procesos, y lo difícil que es mantener la compostura en un mundo corrupto que te presiona constantemente a doblegar la voluntad y destruir la inocencia. La película opta por creer en la generosidad intrínseca del ser humano, planteando que, en su mayoría, la gente simplemente no entiende lo que ocurre ni las catastróficas consecuencias que puede tener un sistema político rapaz.

Diamantino es demasiado ingenuo para evadir impuestos, pero sus ambiciosas hermanas, Sonia y Natasha, harían lo necesario para conseguir un dinero extra, incluso obligarlo a someterse a extraños experimentos gubernamentales con el fin de clonarlo y crear al equipo de fútbol perfecto. Todo con el objetivo de exacerbar los ánimos nacionales y que los civiles voten por salir de la Unión Europea.

Así, Diamantino de repente se vuelve la cara de un movimiento neo-fascista que busca construir muros y eliminar derechos humanos. Las villanas, quienes someten al pobre futbolista a crueles experimentos, parecen salidas de una caricatura. Pero ése es el punto.

Diamantino-Villanos

El Mal está en todos lados

Para la película, los verdaderos peligros son aquellos que habitan y conviven con nosotros, tienen rostros familiares, inofensivos. Sus acciones parecen extrañas, sin sentido, aleatorias, pero sus objetivos son muy claros. Tanto, que les resulta muy fácil manipular y someter a mentes ingenuas ensimismadas en su pequeño mundo, igual que Diamantino, e igual que nosotros.

En medio de todo este caos extraño, Diamantino se encuentra con Aisha (Cleo Tavares), una agente especial que decide hacerse pasar por un refugiado para investigar las transacciones bancarias del futbolista.

Gracias a ella, Diamantino no sólo aprende a hacerle frente a la realidad, sino también a preguntarse los límites el género y del deseo sexual. Y creo que uno de los mejores aciertos que tiene esta cinta es representar la fluidez de género no sólo con normalidad, también como una forma de liberación. Una verdadera arma en contra del rígido orden que el mundo quiere imponer, una herramienta eficiente para romper las ataduras sociales.

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Sólo el Amor nos Salvará

Al final, Diamantino hace un llamado al amor. A ese amor que atraviesa las barreras del género, de la idiosincrasia y la raza. La película muestra al amor como la única forma de hacerle frente a esta caótica realidad, la única manera de poder ver el verdadero rostro de nuestro día a día y luchar. Luchar por un mundo mejor, por un lugar más feliz, por conservar nuestra inocencia.

¿Una película muy utópica? Tal vez. Pero a veces lo que necesitamos es recordar que podemos lograrlo, y con esa misión llega Diamantino a las salas de cine.

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