¡Cruella, la gran promesa de Disney, finalmente llegó a cines!
La excéntrica Cruella de Vil obsesionada con los dálmatas es una de las villanas más legendarias de Disney. Y en una película que funge como historia de origen, el director Craig Gillespie (Yo, Tonya) ha buscado ir más allá de la caricatura (como lo vimos con la interpretación de Genn Close en su también icónica versión de 1996) explorando los orígenes del exuberante personaje, en una película de acción en vivo que a la vez es divertida y dramática.
La joven Stella (Emma Stone) sueña con convertirse en diseñadora, pero la vida parece decidida a hacérselo imposible. Después de la muerte de su madre, la adolescente se encuentra sin un centavo en las calles de Londres. Su camino se cruza con el de dos jóvenes ladrones, Horace y Jasper, quienes se convierten en sus mejores amigos y socios en el crimen.
Stella no ha renunciado a sus ambiciones de convertirse en dedicarse a la moda y cuando la famosa diseñadora La Baronesa (Emma Thompson), le ofrece la oportunidad de trabajar para ella, ve cómo sus ambiciones se vuelven cada vez más accesibles. Pero, cuando descubra los oscuros secretos de su nueva jefa, se volverá en su contra y hará todo lo posible para ofrecerle una feroz competencia bajo la apariencia de Cruella.
Disney ha estado trabajando duro durante algunos años para actualizar sus clásicos. Una de las formas más redituables que encontró fue mostrar a sus villanos legendarios para ofrecerles su propia película. La malvada de la Bella Durmiente, Maléfica, recibió ese tratamiento en 2014 y ahora es el turno de Cruella de Vil para ser celebrada. Por supuesto, Cruella sigue siendo mala, pero conocer sus viaje, sus victorias y sus fracasos, nos lleva a considerarla de otra manera.
El choque de dos mundos
Todas las referencias al clásico animado 101 Dálmatas y la película live action protagonizada por Glenn Close están ahí: como el auto característico de la villana, los perros dálmatas y los dos compinches, Horace y Jasper, aliados de Cruella, que son parte integral de la historia. Los personajes son interpretados con gran humor y delicadeza por Paul Walter Hauser (Yo, Tonya) y Joel Fry (Yesterday).
Los perros de los tres cómplices son divertidos y hacen que se relaje el ambiente en muchos momentos. Pero eso no significa que sea una película para todos los miembros de la familia. Algunos elementos no son adecuados para un público joven.
Craig Gillespie incorpora hábilmente bromas en medio de escenas intensas y ofrece una producción más oscura de lo que cabría esperar de una película de Disney. Le gusta usar canciones conocidas (no necesariamente de la década de 1970 o de bandas británicas) para crear la atmósfera deseada.
La importancia de la moda
La moda ocupa un lugar primordial en la película. Se crearon más de 277 trajes y Emma Stone hace 47 cambios de atuendo, mientras que Emma Thompson realiza 33. Todo los diseños fueron realizados por la ganadora del Oscar, Jenny Beavan, famosa por A Room with a View y Mad Max: Fury Road. El equipo basó al personaje principal en la escena punk de Londres de los años setenta, que combinan vestuarios muy expresivos y oscuros.
Por otro lado, nadie puede negar que Cruella es un éxito desde el punto de vista estético. Los fanáticos de la moda quedarán fascinados con la película, que ha puesto mucho empeño en diseñar vestuario, maquillaje, peinados y decoraciones. Hay looks que probablemente pasarán a la historia del cine, comenzando con este vestido hecho con materiales reciclados y restos de un camión de basura. La dirección artística del largometraje de Disney merece elogios y se espera que el próximo año los Oscar lo conmemoren.
El final de Cruella De Vil
Cruella De Vil sigue siendo una criminal, pero ya no es una caricatura exagerada. Por ejemplo, en un guiño a la historia original, cuando su cómplice desconcertado le pregunta si la capa que lleva es realmente piel de dálmata, ella explica que no, y que a veces la gente solo necesita una persona para odiar. Con eso en mente, terminamos con una antiheroína, al mostrar sus defectos incluso más que sus virtudes.
En este sentido, Emma Stone, entrega al inicio del tercer acto un potente monólogo donde lo reivindica y lo asume todo, incluido su «toque de locura». En definitiva, estamos ante un personaje con una dualidad real y fascinante. Y es agradable ver a la protagonista elegir a “Cruella De Vil”, después de haberse obligado a ser “Stella la chica buena”.
Por otro lado, la Baronesa von Hellman, sí es retratada como una psicópata narcisista con la que es difícil empatizar. No obstante, Emma Thompson, se encarga perfectamente del personaje y logra que se perciba maquiavélica combinado con un ritmo cómico que da buenos resultados.