La más reciente serie original de Netflix: Behind Her Eyes, ¿será un éxito más de la plataforma o se quedará en el camino?
Probablemente uno de los cambios más importantes que Netflix provocó en la industria cinematográfica, por lo menos en cuanto a términos de consumo se refiere, es la solidificación de las series como uno de los principales productos vistos y esperados por los diversos públicos.
Con los años, la plataforma de streaming ha estreno una gran variedad de títulos que se han implantado en el inconsciente colectivo, los cuales constantemente vemos referenciados en la iconografía pop: desde funkos hasta memes que guardan alguna conexión con La Casa de Papel, Stranger Things o The Umbrella Academy.
Las apuestas realizadas por Netflix han tenido resultados variopintos, brindándonos en algunas ocasiones, narrativas intrigantes tales como Dark o Gambito de Dama, reflexionando sobre la cultura patriarcal que implica la corona inglesa en The Crown, explorando nuestras preocupaciones existenciales en BoJack Horseman, o abordando mediante un coming of age como Sex Education, las inquietudes que experimentala juventud en sus primeros acercamientos a su sexualidad.
En su búsqueda por consolidar más títulos que le brinden reconocimiento a la marca, Behind Her Eyes surge como su apuesta más reciente, pero ¿se encuentra al nivel de las anteriores producciones? ¿o pasará de largo convirtiéndose en un producto más de un vasto catálogo?
Detrás de la puerta
El relato se centra en Louise (Simona Brown), una madre soltera que habita con su hijo en Londres. Tras una salida nocturna, la protagonista conoce a David (Tom Batemancon) con quien existe una inmediata atracción mutua. Pronto, ella se dará cuenta que el susodicho se trata de su nuevo jefe y además se encuentra casado, por lo que la inclusión de la ya mencionada en su matrimonio con Adele (Eve Hewson), provocará un triángulo amoroso que se irá complicando tras una serie de secretos que comenzarán a salir a la luz.
La historia logra construir el sentimiento de intriga en las personas espectadoras, quienes se ven atrapadas en un atmósfera que a pesar de mezclarse con instantes de romance y comedia, pueden percibir una sensación de extrañeza en el actuar de sus protagonistas.
Emoción que conforme va avanzado el relato se confirma y por lo tanto evoca curiosidad en las/os mismos/as, de manera que a la par de sus protagonistas deseamos adentramos más en lo sucedido hasta conocer los secretos.
Sin embargo fuera de este apartado, me parece una serie con diversos conflictos narrativos, y creo que ello se debe en su mayoría al trabajo realizado desde el guión por Steve Lightfoot y Sarah Pinborough, quienes constantemente pierden de vista el fondo y forma de su historia.
Si bien en la posmodernidad es común ver la mezcla de diversos géneros cinematográficos, se requiere de un amplio talento para transitar con soltura y naturalidad entre diversas atmósferas y elementos que componen a las mismas, Parasite por ejemplo es capaz de añadir fantasía para acabar en el drama, recrear una heist movie que se transformará en un thriller con guiños cómicos.
Pero la obra episódica en cuestión, intenta torpemente añadir secuencias de terror y fantasía, a un relato que en su mayoría se había planteado como thriller psicológico. La verosimilitud se ve quebrantada, cuando el escrito se vale de diversos deux ex machina para resolver / añadir misticismo al conflicto mediante el uso de viajes astrales.
Elementos que terminan de ser disonantes en la trama, pues mientras para las personas espectadoras son simplemente resoluciones ridículas, el relato continua tomándose enserio.
Además en su propósito de responder a la intriga del público, el guión tiene montones de giros de tuerca innecesarios, y a pesar de que intenta ponerse la careta de un relato profundo, ante una propuesta audiovisual genérica termina brindando todas las respuestas a partir de los diálogos.
Quizá lo mejor reside en las interpretaciones, donde Eve Hewson en su papel de Adele se roba el show mediante los diversos rangos que le exige su personaje, pero inclusive ella se percibe por momentos over the top, donde pareciera estar bajo la piel del Joker más que de alguien verosímil que padezca una enfermedad mental. Y ni que decir de su acompañante masculino Tom Bateman, quien ante toda situación pareciera reaccionar igual.
¿Una serie más?
Probablemente Behind Her Eyes se posicione entre los contenidos más vistos en la plataforma durante la semana, porque bueno, es Netflix y si quiere que veas algo probablemente te bombardeé con imágenes de dicho contenido hasta que lo termines viendo.
Sin embargo, dudo mucho que la serie se convierta en una de las producciones favoritas o en todo caso memorables del servicio de streaming, pues su narrativa confusa, irregular y que fácilmente podría haber sido un mail, la convierten en una serie del montón.