Au nom de ma fille

La incansable lucha de un padre en búsqueda de que se cumpla justicia por el asesinato de su hija.

Ambientada en los años 80´s,  En el nombre de mi hija  retrata con verosimilitud cada unos de los sentimientos y sufrimientos; por los que atraviesa un padre ante la frustración de no poder ver ejercida la justicia en favor de su hija.

Una de las frases más comunes que poco a poco ha ganado importancia; al grado de volverse una tesis para muchos realizadores, o incluso para los mismos escritores; es que “la realidad supera la ficción”.  Sin duda, es algo que de primer impacto genera desconcierto; y precisamente por esa razón es que cada año, grandes obras, sean estas literarias o cinematográficas; nos sorprenden con nuevas propuestas ficticias que nos pueden adentrar en viajes extraordinarios. Tales como recorrer el espacio a bordo de una nave o, por otra parte; retornarnos a eventos ocurridos en el planeta Tierra. En alguna ciudad de algún país, en donde acontecen situaciones tan desagradables y grotescas; que cuesta trabajo creer que dichos actos sean cometidos por humanos. Por ello es que tristemente; cada vez tienen un menor impacto en nosotros como sociedad las crueldades que como especie, somos capaces de realizar.

Estrenada originalmente en el año 2016, pero traída a México en el Tour de Cine Francés del 2017; llega la cinta Au nom de ma fille, traducida literalmente al español como En el nombre de mi hija. Dicha película fue escrita y dirigida por el francés Vincent Garenq, y nos cuenta la odisea por la que atraviesa un obstinado padre de familia; ante la incesante búsqueda de justicia hacía su hija quien murió 30 años atrás y cuyo caso no pudo ser resuelto por las autoridades francesas.

Ambientada a finales del siglo pasado, específicamente en los años 80´s; André Bamberski  (Daniel Auteuil) es un padre de familia que, después del divorcio de su esposa, mantiene la patria potestad de sus dos hijos; Kalinka de 14 años, y Pierre, el más pequeño. En un periodo vacacional, el par de hijos van a Alemania a visitar a  su madre en la casa de su nueva pareja, el Dr. Krombach (Sebastian Koch). Durante su estancia en el país, Kalinka muere repentina y sospechosamente por la noche; luego de un tranquilo día de estar en la piscina y jugando con sus familiares.

Poco tiempo después de la lamentable noticia, André recibe el informe de la autopsia hecha a el cuerpo de Kalinka; en la que se destacan anomalías, tanto en el evento que causó la muerte, como en los procedimientos que realizó su padrastro al intentar reanimarla. Dichas inconsistencias despertaron en el padre una natural curiosidad por esclarecer los hechos y saber lo que realmente ocurrió aquella fatídica noche.

Unos cuantos años después, André continúa en la búsqueda de que se aplique justicia ante el causante del deceso de su hija. Encontrando que, no solo morir fue lo más terrible que le sucedió a Kalinka poco antes de su trágico final. Por ello, y ante las contundentes pruebas encontradas luego de años de búsqueda y obsesiva perseverancia; André se enfrenta ante la burocracia no solo de las autoridades francesas, sino también lidia ante los impedimentos por parte de Alemania y Austria. Complicando así la promesa hecha por un furioso padre ante su hija recientemente fallecida.

La trama de En el nombre de mi hija, por si fuera poco, está basada en un evento real ocurrido en Francia. Sin embargo, no es por ello que cautiva al espectador; ni siquiera por la premisa de un padre en búsqueda de justicia, algo que ya se ha visto numerosas veces en pantallas de cine. La cualidad propia de esta cinta, está basada en la credibilidad misma que refleja en cada uno de los eventos ocurridos. Pues no se apoyan en historias previas con relativo éxito. Sino que retratan con verosimilitud cada unos de los sentimientos y sufrimientos por los que atraviesa un padre; ante la frustración de no poder ver ejercida la justicia en favor de su hija.

Por otra parte, a la par de la premisa de la cinta, se encuentran las interpretaciones de los actores encabezados por Daniel Auteuil; ofreciendo actuaciones correctas a la historia. No exagerando en sentimentalismos propios de cintas con semejantes tramas. Cosa que al final de todo, se agradece; pues permiten que los eventos por los que atraviesa André sobresalgan y entretengan más que el detonante del conflicto.

EN CONCLUSIÓN…

Au nom de ma fille es una película que logra su objetivo. Entretiene al mismo tiempo que el espectador se encuentra conmovido ante semejantes situaciones; en las que, una vez más, lo invita a preguntarse ¿En qué clase de sociedad vivimos?

Demostrando que, por más cruel y molesto que resulta, la realidad supera la ficción.