Las Idols, son un vehículo para olvidar. Un espejismo que les recuerda su niñez. Un cristal, bastante caro, en el que ven reflejados sueños rotos y fracasos
Un pequeño auditorio, en lo que parece ser un modesto salón de fiestas, es el marco de una morbosa escena. Harajuku Story, una banda de “Idols” japonesas bailan y cantan en un apretado escenario. Las jóvenes integrantes del grupo no rebasan los quince años de edad; La audiencia está compuesta principalmente por señores que doblan su edad, bien podrían ser su padres. Al terminar el concierto, el ambiente se torna un poco mas retorcido. Tras bambalinas, en un pequeño cuarto, los seguidores gritan, aplauden y sonríen; Las pequeñas Idols comienzan a desfilar y posar en inocentes disfraces. El evento ha finalizado, los fanáticos forman una fila para saludar y platicar con las pequeñas estrellas. A cambio de una módica cantidad, los asistentes pueden saludar, platicar y tomarse una foto con las Idols. Todo esta perfectamente cronometrado, su dinero les garantiza solo algunos segundos con cada una de las integrantes.
Tokyo Idols es un documental que explora este fenómeno cultural conocido como Idols; Impulsado por una obsesión con la sexualidad femenina adolescente y la creciente desconexión entre hombre y mujeres en la sociedad moderna.
Kyoko Miyake retrata casi a la perfección lo que hay detrás de este colorido y popular fenómeno cultural japonés; Presentándonos una perspectiva un tanto mas obscura y retorcida de esta fracción del J-POP. El documental se enfoca en Rio Hiiragi, una talentosa Idol que constantemente batalla para abrirse camino en esta insaciable industria. Sin dejar de lado a su club de fans: Rio Brothers y su líder Koji Yoshida.
La intención de este documental, que puedes disfrutar en Netflix, es clara: exponer un matiz distinto de esta industria. Las llamadas Idols son, en su mayoría, inocentes jovencitas que tratan de alcanzar la fama y el estrellato. Sin embargo la industria de la que forman parte es una maquiavélica maquinaria bien calibrada y aceitada. Ellas son simplemente objetos del deseo desechables. Simples y virginales jovencitas que al cumplir mas de veinte años ya no son rentables. Instrumentos para el desahogo de la relegada depresión y creciente soledad en la sociedad nipona.
Resulta imposible no retorcerse al observar varias de las historias de estos fans u otakus como comúnmente se les conoce. La vida de varios de estos entusiastas literalmente gira al rededor de sus Idols favoritas. Su dinero, sus energías y su tiempo están enfocados al cien por ciento en las jóvenes estrellas. Muchos de ellos abandonan todo, trabajos, familias, parejas, con el firme propósito de apoyar en lo que sea a su Idol predilecta.
Sin embargo son precisamente estos relatos y vivencias los que finalmente contradicen, en parte, el propósito del documental. Si bien la industria idol se especializa en complacer a su público mediante fantasías e ilusiones; El trasfondo real del problema resulta ser la situación económica y social por la que atraviesa Japón. Como varios de los entrevistados lo exponen; Las Idols, son un vehículo para olvidar. Un espejismo que les recuerda su niñez. Un cristal, bastante caro, en el que ven reflejados sueños rotos y fracasos; Pero sobre todas las cosas, al formar parte de este grupo de otakus, los integrantes son felices. Una felicidad pasajera, si, pero honesta. En estos grupos el estrato social no tiene importancia.
A pesar de ciertas premisas contradictorias y una que otra pregunta inconclusa; Kyoko Miyake entrega un poderoso documental. Un gran reportaje que te erizará la piel y te recordará la banalidad, perversión y soledad de la sociedad moderna. Tokyo Idols podrá abordar temas culturales lejanos y ajenos a la cultura occidental. Sin embargo en una época marcada por la alza de las redes sociales y la fama espontánea, este documental retumba mas fuerte que nunca.
Track Recomendado: BANZAI! BANZAI! – Rio Hiiragi
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