Después de 30 años, Eddie Murphy regresa a interpretar a uno de sus personajes más icónicos en Coming to America 2.
Quizá el nombre de Eddie Murphy nos remita a sus grandes éxitos logrados hacía finales de los 90’s e inicios de los 2000’s: desde cintas live action enfocadas en la comedia como Dr. Dolittle o La guardería de papá, hasta su labor en el doblaje animado en filmes como Mulán -donde daría vida a Mushu- o Sherk -interpretando a Burro-.
Sin embargo el primer largometraje que catapultaría al interprete estadounidense a la fama, sería Un Príncipe en New York: una historia centrada en Akeem, el príncipe de un reino africano ficticio que lleva por nombre Zamunda, quien como dictan las tradiciones al cumplir los 21 años, se le presentará a la mujer con quien deberá casarse.
Pero harto de sentir que cada aspecto de su vida se encuentra predefinido, el se niega aceptar el matrimonio preacordado por sus padres, y junto a su amigo Semmi (Arsenio Hall) decide ir en búsqueda del verdadero amor, propósito que los llevará a viajar a Estados Unidos, específicamente al distrito de Queens en New York.
Lugar donde conocerá a Lisa McDowell (Shari Headley), una mujer independiente, bondadosa e inteligente, de quien inmediatamente caerá enamorado e intentará conquistar sin revelar su verdadera identidad.
En la conferencia de prensa suscitada en torno a la secuela, Eddie Murphy rememora como dicho filme fue la “primera película exitosa en todo el mundo, donde el cast estaba repleto de personas pertenecientes a la comunidad negra”. Y no se equivoca, pues además de tener un éxito rotundo en taquilla, la obra fue nominada a la categoría de Mejor Diseño de Vestuario y Mejor Maquillaje para la edición de 1989 de los Premios Óscar.
Louie Anderson quien da vida a Maurice en la primera entrega, ejemplificó como este impacto del público se ha visto reflejado en aspectos como la creación de un restaurante idéntico al McDowell’s, además de las incesantes preguntas que durante años le han realizado sobre si existiría una segunda entrega.
Y finalmente, después de 30 años y tres borradores de guión, el próximo 5 de Marzo mediante la plataforma streaming de Amazon Prime Video, podremos disfrutar la segunda parte de Un Príncipe en Nueva York.
La importancia de la representación
En la conferencia dividida en tres paneles, donde participaron desde viejos/as conocidas/os como Shari Headley o Arsenio Hall, hasta nuevas caras como el mismísimo Wesley Snipes o KiKi Layne, las risas y el sentimiento de comunidad fue una constante evocada en cada una de las ponencias.
Aunque por momentos los/as involucradas/os hacían referencia a las experiencias vividas durante la primera filmación, o recordaban cuales eran sus escenas favoritas -donde unas de las más mencionadas fueron aquellas suscitadas en la barbería-, los principales temas de conversación giraron en torno a las novedades del segundo filme.
Quizá el más resonado entre las voces femeninas fue el poder que se le otorgó a las mismas desde el guión hasta la filmación, donde desde su perspectiva a través de la trama se buscó y logró enviar un mensaje de empoderamiento, pues la hija de Akeem: Meeka (Kiki Layne), cuestionará las tradiciones de Zamunda que dictan que una mujer no puede gobernar el país.
Además que constantemente se mencionó con júbilo la escena final: la cual por lo mencionado se desarrolla una enorme fiesta, donde se hizo gala de elegantes vestuarios dignos de la realeza.
Representación que para la interprete KiKi Layne, le impresionó desde la cinta de 1988, pues fue la primera imagen en que ella observó una “realeza negra” en televisión, situación que recuerda haberla empoderado, al igual que hace uno años realizó Black Panther.
Por cierto, se les escapó que en esta última secuencia, así como Samuel L. Jackson fungiría como el invitado estrella de la primera entrega, en esta la aparición especial residirá en la figura de Morgan Freeman.
Continuando bajo la temática previa a este último paréntesis, actrices como Garcelle Beauvais destacaron la experiencia de filmar en los estudios de Tyler Perry, conocidos como el Black Hollywood, pues fue emocionante reflexionar como la cultura afroamericana ha dado grandes pasos en su incursión en la industria del entretenimiento cinematográfico, lo que permite hablar de un antes y después en la lucha por los derechos de la comunidad negra en Estados Unidos: “Este es un nuevo mundo y eso es bueno” expresó.
A pesar de esto último, Murphy expuso que su intención mediante estas clase de relatos y representación, es de subvertir la dinámica de narrativas a las que se ha encasillado al grupo susodicho, donde se les suele enfocar en tragedias, sin embargo: “también tenemos el derecho de contar otras historias, donde nos veamos como la realeza o hablemos sobre el amor.”
Finalmente, se mencionó que Eddie tiene en mente una tercera entrega y que la realización de esta secuela se realizó con mucho amor, por lo que esperan que el público sienta lo mismo.