Gilmore Girls, después de 20 años, sigue siendo una de las series más exitosas y originales que nos hemos encontrado
En uno de sus viajes, la escritora Amy da con una posada alfombrada de otoño, donde los clientes se servían el té por sí mismos y todos parecían conocerse entre sí. “¿Quién ha montado todo este set de rodaje para mí?”, exclamó. Esa misma noche comenzó a escribir Gilmore Girls en una de las libretas de su hotel. A eso le siguió cientos de guiones más y la dirección de una de las series más aclamadas del presente milenio. El 17 de enero celebramos el cumpleaños de Amy Sherman Palladino, guionista y directora del tv show Gilmore Girls.
¿Cómo imaginan a la joven Amy? Su padre es nada menos que el comediante Don Sherman, y fue de sus viejos vinilos de The 2000 year old man, donde comenzó a empaparse de la comedia. Fue guionista de Roseanne y participó como bailarina en el musical Cats. Fue conocida por su obsesión a que cada palabra reproducida por los actores fuera idéntica al libreto, por rodar escenas de 10 páginas en una sola toma o escribir guiones de 80 páginas para producciones de 50. Una mujer excéntrica e ingeniosa, pero directa. Muy a lo Gilmore Girls.
Y es que si algo caracteriza esta serie, es efectivamente su ingenio y excentricidad. Pero, ¿cómo funciona? ¿Qué es lo que la convirtió en una de las series más destacadas de Estados Unidos? Acompáñanos a descubrirlo.
Guiones Inteligentes y Representación Generacional
Quizás la característica que define a Gilmore Girls más que ninguna otra cosa es su estilo de guion. Las situaciones planteadas son simples, muchas intrascendentes, pero los diálogos están dotados de un ingenio que sólo Amy nos ha ofrecido. Las charlas son lo que le da cuerpo a la serie, pero no es homogéneo. Cada personaje tiene personalidad propia:
Lorelai (Lauren Graham) es una mujer en sus 30 que, tras quedar embarazada a los 16, lucha por tener una estabilidad económica, escolar, social y por supuesto, de madre. El sarcasmo es lo que más la define, y no necesita ser sínico para funcionar. Por el contrario, está compuesto de simpleza pura. Los huevos del desayuno o la risa del vecino, este tipo de cosas son de las que está rodeado su característico ingenio. Dicho de otro modo, el sarcasmo va con el tono de la serie: es cotidiano y agradable.
A esto hay que agregar las innumerables referencias a música, películas, literatura y cultura pop en general que adopta la serie. Por ejemplo, además de los otros temas, un total de 300 libros son mencionados en las siete temporadas. Por supuesto, tiene la cualidad de hacerlo sin volverse agobiante para el espectador.
La inocencia y sinceridad de Rory (Alexis Bledel) la hacen diferente del típico personaje de la chica adolescente. A pesar de ser destacada en la serie por ser una chica estudiosa, que no busca problemas, cuyo mayor sueño es ir a la universidad de Harvard, no la vemos caer en el estereotipo de la nerd, la niña perfecta, o ninguna extensión de estos. En Rory también encontramos el sarcasmo de su madre, pero como es natural, dotado de más inocencia. Es a opinión, uno de los personajes femeninos adolescente más sinceros y reales que nos ha presentado la televisión.
Los abuelos: Emily y Richard Gilmore, que representan a la clase alta estadounidense en sus años más longevos. La serie representa tres generaciones (y su choque entre ellas): La de Rory con 16 años, Lorelai en sus 30 y los abuelos con más de 70. Por ello, Gilmore Girls parecería no tener un target definido. No parece centrarse en un aspecto juvenil o adulto específico, es una mezcla que equilibra ambas cosas a la perfección. Chicos y grandes se identifican con ella. Más que centrase en una etapa específica, el principal tema de Gilmore Girls es la familia en general. El crecimiento, las clases sociales, las aspiraciones, las congruencias y choques entre todo esto.
Estética Acogedora
Seguimos con lo cotidiano. Aceptémoslo, Gilmore Girls no sería Gilmore Girls sin su estética otoñal-invernal. Las estaciones son un factor importante en la serie, especialmente estas dos. Al inicio del intro vemos un arce con sus hojas coloradas. La paleta de colores está llena de amarillos, marrones y rojizos si se encuentran en otoño, o azules y blancos para los días nublados o el invierno. No solo hablamos de los escenarios, la naturaleza, las casas, las pintorescas tienditas del pueblo de Stars Hollow, también la vestimenta de los personajes.
El poder no está en las estaciones en sí, sino en las referencias que el imaginario cultural posee sobre estas. Yule, navidad, el nacimiento de distintos dioses, festejar el solsticio de invierno: los festejos decembrinos a través de las culturas siempre han sido un símbolo de unidad, convivencia. Entre los vikingos para sobrevivir al frío y atraer buenas cosechas. Los romanos celebraban el regreso del sol. Ahora es en la mayoría de los países la oportunidad para estar con los amigos y la familia.
El invierno siempre ha sido un símbolo de acogimiento y amor. Quedarse en casa, tomar café calientito, estar con los seres queridos. Esas referencias son las que nos trae Gilmore Girls con su estética. La vida en Stars Hollow parece transcurrir pacífica pero llena de pequeñas aventuras. Un sitio donde cualquiera de nosotros se detendría a beber café, a charlar con un desconocido o a observar alguna de sus festividades. En esta serie, el pueblo es un personaje más.
Cotidianidad y Hospitalidad
Al final, la cotidianidad y el acogimiento son las claves de Gilmore Girls. La paleta de colores, el sarcasmo, la vestimenta, el paisaje de Stars Hollow, la familia, los personajes. Todo gira en torno a estos dos elementos. Tan imprescindibles, universales y comprendidos por todo el mundo. Por ello se ha convertido en una serie de culto. Y he aquí la paradoja de Gilmore Girls: El tono que Amy Sherman Palladino le dio a su dirección y guion podría parecer excéntrico sí, pero el resultado es todo lo contrario: Una historia llena de simpleza, personajes entrañables y sinceros. Una prueba de que menos es más.