Summertime del Cabos Film Festival, es un poemario en defensa del amor, en búsqueda en la nostalgia, y un escalón hacia el incierto, pero esperanzador futuro
En un autobús de la ciudad de Los Ángeles, una joven llamada Mila está cuidando a dos niños como su trabajo de niñera. Al frente, dos adorables ancianas escuchan con atención como Mila juega con los pequeños. Intercambian algunas palabras, y después las ancianas se dan caricias y besos. Algo que incomoda a uno de los pasajeros, que les llama la atención por realizar esas demostraciones de amor en público.
Mila entonces interviene confrontando al incomodo pasajero no con insultos, o grabandolo para hecerlo viral, sino recitándole un “improvisado” slam de poesía que habla de su propia homosexualidad.
Soy gay como si la abuela no lo entendiera,
no importa cuántas veces me pregunte por los chicos
y no le dé una respuesta concreta.
Soy gay como
cada vez que me llamo a mí misma gay
los hombres en mi vida
se encargan de enmendarse como
“¿Y qué hay de Ben?
¿Qué pasó con él?”
Después de recibir una “poetiza” de nocaut por parte de Mila, el incómodo joven desciende humillado de la unidad de transporte público.
Eso es en sí la esencia de la película Summertime del director mexicano Carlos López Estrada, y de los 25 guionistas poetas que colaboraron en el guion. Se estrenó durante la actual novena edición del Festival Internacional de Cine de Los Cabos, en una modalidad virtual.
Más de 25 poetas colaboraron en el guión
Summertime es una película que nos lleva de la mano por la vida de 25 jóvenes que viven en el distrito Venice de la ciudad de Los Ángeles, California. Cada uno de ellos viene de un contexto social, económico, étnico y laboral diferente. Sin embargo, a lo largo de la película estos irán coincidiendo en las calles, restaurantes, playas o en limusinas, a veces sin ser conscientes de que coinciden, o de que son conectados por otros de los personajes.
Por otra parte se podría decir que no son 25, sino 26, los jóvenes de los cuales López Estrada y los guionistas hablan en esta cinta, ya que el distrito de Venice y la ciudad de Los Ángeles en si misma es un personaje individual. Esto debido a que en el guion hay innumerables referencias a sitios del distrito, como restaurantes, personalidades, teatros, servicios de transporte privado, y demás elementos que forman parte de la vida de un joven residente de aquella ciudad.
No obstante, más allá de las profesiones de los personajes, siendo estas podcasters, raperos; o que se fotografíe a la ciudad como un epicentro de arte, multiculturalismo, música y oportunidades, en verdad Summertime habla de la nostalgia, en misión de recuperar lo perdido.
Miles de Voces, un Mismo Sueño
Con personajes como Tyurus Winter, un activo reseñador en aplicaciones de comida que se molesta al enterarse que su restaurante de hamburguesas favorito se convirtió en uno que sólo vende tapas de pan tostado con aceite de oliva, emprende un viaje a lo largo de la ciudad buscando dónde comer hamburguesas con queso, mientras deja malas reseñas en línea de todos esos lugares que ya no son lo que eran.
A su vez, otros personajes enfrentan esta búsqueda de lo perdido, que a su vez es una negación al cambio. Como una mujer que acosa a un interés amoroso por las calles, a una madre que no acepta que su hija ya creció, o a una joven que se guarda lo que piensa y siente, a pesar de ser humillada por otras personas.
Ahora, es aquí donde entra el slam de poesía que caracteriza esta historia de días de verano en Los Ángeles. Los versos retratados como una manera de defender lo que uno ama. Estrofas para buscar un camino de aquello que se dejó atrás, pero que seguimos buscando porque es ahí donde tuvimos ese pico de felicidad que no volverá. Además, rimas para liberarse finalmente en una catarsis de entendimiento. Y que a pesar de que nada volverá a ser igual, aun hay esperanza y sueños que nos tomarán de las manos para seguir adelante.