En este artículo:
- Stephanie Tyler Jones, modelo que sirvió para crear la imagen de Mary Jane en los juegos de Spider-Man, denunció que ha vivido situaciones de acoso por parte de fans.
- Ella pidió amablemente que no le llamen a su trabajo y que bloqueará a cualquier persona que la haga sentir incómoda.
- El caso de la actriz de Mary Jane no es único, sino que es una tendencia que lamentablemente se repite mucho en la industria de los videojuegos.
Stephanie Tyler Jones es una actriz y modelo que, aunque ha participado en cintas como Divergente, la segunda parte de Mockingjay y Fast and Furious 7, en realidad ha alcanzado mucha más popularidad por haber prestado su imagen para dar vida a Mary Jane Watson en los videojuegos de Spider-Man y Spider-Man 2 en PlayStation.
Como Tyler Jones también prestó su imagen para spin-offs y extensiones, la comunidad de fans de Spider-Man ya la considera una de las Mary Jane más icónicas de la franquicia. Sin embargo, la actriz acaba de denunciar que algunos grupos han llegado demasiado lejos, al grado en el que se ha sentido acosada.
Stephanie Tyler Jones pide a fans de Mary Jane que respeten su privacidad
A través de un posteo en Instagram, la actriz de Mary Jane confesó que aprecia mucho la popularidad de su versión y la cálida recepción que le han dado muchos/as fans de Spider-Man por su interpretación del personaje. Sin embargo, ella ya no trabaja como modelo ni como actriz, pues consiguió un trabajo en la industria del cuidado de la piel. Algunos rumores aseguran que decidió dejar su carrera debido precisamente al nivel de acoso que recibía en redes sociales, el cual estaba comenzando a afectar su vida diaria.
Pero algunas personas han encontrado las redes sociales de su trabajo e intentaron comunicarse con ella para saber sobre su futuro como Mary Jane en Spider-Man. Y aunque no detalló qué tipo de llamadas ha recibido, confesó que algunas le hicieron sentido insegura e incómoda. “Llegué al trabajo y de inmediato me sentí insegura al escuchar estos mensajes de voz”.
“En el fin de semana, algunas personas cruzaron mis límites. Una llegó al extremo de llamar a mi trabajo y dejó varios mensajes de voz pidiendo que yo le llamara de vuelta, lo cual es inaceptable y se considerada acoso.
Les pido de la manera más atenta que entiendan que soy un ser humano que intenta vivir con ustedes. Les bloquearé si me hacen sentir incómoda y pueden dejar de seguirme si esto les decepciona”.
Stephanie Tyler Jones, Instagram
¿Un problema general en la industria de videojuegos?
La actriz de Mary Jane no es la única que desafortunadamente ha tenido que lidiar con el acoso de fans en la industria de los videojuegos. El año pasado, por ejemplo, 2 streamers de Twitch denunciaron que se estaba creando pornografía de ellas utilizando inteligencia artificial. Y en 2017, la competidora profesional Sherry Nhan denunció que una persona le llamaba e intentaba contactarla constantemente, al punto en el que se volvió acoso.
En 2011, un estudio conducido por el Departamento de Prevención y control de Enfermedades, reveló que 18.3 millones de mujeres han experimentado algún tipo de acoso por parte de una persona. Los hombres también lo sufren, pero sólo a un tercio de lo que lo experimentan las mujeres.
Y como fue el caso de la actriz de Mary Jane, las cosas se complican en la industria de los videojuegos. Desde hace años, muchas personas han señalado a la empresa de Activion Blizzard por casos de violencia y acoso sexual, y durante años, desarrolladores, actrices y productores han denunciado el comportamiento violento de sus fans, especialmente cuando la comunidad no está de acuerdo con algún tipo de historia o algún personaje.
Como ejemplo, está también el caso de la secuela de The last of Us, la cual fue severamente criticada por la presencia de temáticas queer. Al grado en el que Laura Bailey, actriz que da vida al personaje de Abby, recibió amenazas de muerte porque los/as fans no estaban felices con el personaje.
Es lamentable que el caso de Stephanie Tyler Jones como Mary Jane no le permita seguir con su vida normal, pero es otra forma de denunciar las nocivas prácticas de la industria que deben cambiar.