Unas veces, es el clásico whodunit («¿quién lo ha hecho?») el que protagoniza el arranque de una serie detectivesca: hubo un crimen y debemos encontrar al culpable. En cambio, en otras, las cosas toman una perspectiva diferente y apuestan por otra manera de contar los sucesos. Esa forma de manejar el relato es justamente el cimiento para tener el excelente resultado que es The Sinner, es decir un whydunit («¿por qué lo ha hecho?»).
En esta serie, que va por su segunda temporada, conocemos al asesino y sus acciones desde el primer episodio, pero ni nosotros ni los personajes tenemos idea de qué fue lo que lo llevó a cometer un crimen tan atroz. Allí es cuando con cada episodio obtendremos información relevante para resolver el caso.
Un nuevo y perturbador crimen
Dicen que las razones detrás de un crimen son la mejor clave para poder entenderlo. En esta ocasión conocemos a Julian (Elisha Henig), un niño de 12 años que viaja junto a sus padres rumbo a las cataratas del Niagara. Deciden pasar la noche en un motel para poder descansar un poco, desayunar al día siguiente y seguir con el camino que les espera. Lo que nadie se imagina es que presenciaremos cómo el pequeño Julian envenena a sus padres y los contempla morir en la habitación donde se hospedaban.
Ése es el arranque del crimen, y a partir de ahí se tejen gran cantidad de conspiraciones, secretos y giros de guión que no darán respiro hasta los minutos finales. Literalmente en la temporada 2 de The Sinner nada es lo que parece y a veces las cosas se ponen más locas y llenas de misterio que en la primera temporada. Quedan advertidos.
El detective Ambrose (Bill Pullman) se dirige a su pueblo natal, que irónicamente es el lugar donde se cometió el crimen, para ayudar a la policía local. Dada su nueva fama de resolver casos complejos, es él y nadie más que él la mejor opción que alguien puede tener para explicar los asesinatos cometidos por Julian. Las cosas no se ponen tan fáciles gracias a la aparición de Vera (una sublime Carrie Coon), la verdadera madre de Julian, quien se opondrá a muchas de las decisiones de las autoridades.
Red de secretos y conspiraciones
Sin embargo, si les contaba que The Sinner es más una especie de whydunit, en la segunda temporada nos cambian todo el escenario cuando se descubre el entramado en el que el niño y todo el pueblo está envuelto. Porque sí, el envenenamiento es sólo una capa dentro del verdadero infierno que es el lugar. La inquietante Vera oculta más de lo que creíamos y no precisamente tiene que ver con el crimen del inicio. Muy pronto descubrimos una secta donde sus simpatizantes llevan un estilo de vida no muy común.
Harry Ambrose deja el sadomasoquismo a un lado y en su subtrama nos adentra en sus traumas del pasado, haciendo juego con las mentes torturadas que se conocerán más adelante. Aunque esta parte de la serie se siente forzada, buscando coincidir en todo momento con lo que está pasando con Julian, no por eso deja de ser interesante. Ese estereotipo de policía con traumas confirma que The Sinner no está exenta de clichés, pero es su forma de engarzar los acontecimientos la que consigue que siempre se sienta como una producción fresca.
Más virtudes que defectos
Como pasó en su primera historia, se vuelven a usar paletas de colores fríos, planos largos y silencios incómodos que nos hacen cómplices de los personajes y de esa aura de misterio que se consigue de forma efectiva. Claro que no todo puede ser perfecto, porque The Sinner a veces no sabe jugar con sus subtramas, y si no hubieran exagerado el despiste, hubiese logrado una narración más rotunda.
Hay muchas virtudes que la serie conserva a lo largo de sus ocho episodios, pero la forma en que termina por atar algunos es muy liviana, de narración muy discreta, que podría no gustar. Pese a esto, continúan las buenas actuaciones y los episodios muy bien dirigidos que engancharán fácilmente al espectador, aunque el relato sea menos redondo.
De seguro habrá nueva temporada
Suspenso y ambición se esconden en el crimen que The Sinner ha decidido contarnos en su nueva temporada, jugando bien sus cartas al continuar como una antología. Por eso, esta serie es un interesantísimo concepto que vale la pena seguir y acompañar en su exploración del lado siniestro de la humanidad.