La mente es una herramienta muy poderosa que hace de todo para protegernos, especialmente cuando se trata de eventos traumáticos. Puede crear recovecos, lagunas, historias o justificaciones que nos ayudan a sobrellevar nuestras experiencias de vida.
Recuerdos de París, un intenso thriller/drama que se presenta en el marco del 27 Tour de Cine Francés, representa a la perfección estos difíciles procesos, e incluso logra hacer toda una exploración de cómo funciona la memoria y lo que necesitamos para poder vivir una vida tranquila.
Recuerdos de París no se tienta el corazón, y decide utilizar el marco de un atentado terrorista para adentrarnos en la psique de su protagonista, y les platicamos por qué el resultado es devastador.
Recuerdos de París y el Poder de la Memoria
A través de narrativas no lineales y cabos sueltos, Recuerdos de París nos presenta la lucha de Mia (Virginie Efira) para recordar cómo sobrevivió un ataque terrorista en un restaurante.
Para ella, recordar ese momento es esencial, pues aunque no puede describir ningún suceso, sí ha afectado su vida de manera muy profunda. Alguna vez fue una periodista cosmopolita que disfrutaba su vida al lado de su novio, pero ahora se siente desapegada de todo, frustrada y encasillada en un momento que no puede procesar.
Lo más interesante de Recuerdos de París es la forma en la que crea su atmósfera. A través de encuadres con colores fríos y una increíble actuación por parte de Efira, la cinta de verdad busca que entendamos el duro proceso que pasa Mia mientras conecta los pedazos de ese suceso.
La cinta no pretende dar una respuesta sólida sobre cómo se debe lidiar con un evento tan traumático, sino más bien explorar la forma en la que el ser humano continúa con su vida después de un suceso así. Y para profundizar en ello, Mia encuentra poco a poco a otros sobrevivientes.
Aunque hay personas que le reclaman sus acciones, como la mujer que la acusa de haber impedido que otras personas pudieran encontrar un lugar para esconderse, otras personas discuten con ellas cómo ha sido su vida después del atentado, y entre ellos logran encontrar poco a poco consuelo.
Recuerdos de París no busca juzgar, ni comparar, la forma en la que se desarrolla la historia y nos brinda más información sobre los sucesos siempre tiene una visión empática, pero que busca crear conversaciones sobre cómo la humanidad le da sentido a la vida.
Una película que aboga por las experiencias compartidas
La narrativa de Recuerdos de París es sumamente poderosa también porque no teme alejarse de su protagonista principal para centrarse en otras perspectivas, opiniones y experiencias de otros sobrevivientes. Este detalle, permite expandir todavía más su eje temático, pues el entendimiento que tenemos sobre el atentado constantemente cambia.
Al final, Recuerdos de París habla sobre un grupo de personas que, aunque pueden parecer muy diferentes, se unen para toda la vida por un mismo evento. Y además de mostrarnos de una forma muy interesante cómo cada persona construye su propia narrativa, la cinta por momentos también se vuelve una exploración de la cultura parisina.
Descubrir el misterio sobre la vida de Mia es fascinante por la forma en la que nos adentra en los hechos, pero también por el ejercicio de empatía y entendimiento que genera, sin miedo a tocar temas difíciles de manera clara. Recuerdos de París no necesita mostrar grandes escenas de violencia explícita para que el atentado sea aterrador y duro, cosa que ayuda a que su audiencia quede devastada.
Recuerdos de París es, entonces, una intensa exploración sobre la memoria colectiva, la forma en la que hacemos conexiones sociales, cómo creamos nuestras historias de vida y lo completa que es la mente. Sin duda, una de las mejores películas que pueden ver en el año.
