Trigal, la ópera prima de Anabel Caso que se estrenó por primera vez en el marco del Festival Internacional de Cine de Morelia en 2022, es una película que no suele aparecer en las salas de cine en México. Con el objetivo de explorar la sexualidad femenina a través de los ojos de sus jóvenes protagonistas, la cinta también es una denuncia a la violencia de género y a las dinámicas de poder que se dan en las relaciones sexuales, por lo que da mucho de qué hablar.
Al situar toda su historia en Sonora, la película también nos muestra cómo es la vida en las zonas rurales del país desde la perspectiva de dos adolescentes: Sofía y Cristina, dos primas que se enamoran de JC, un jornalero que 20 años más grande que ellas y que las hará vivir situaciones que les harán cambiar su perspectiva de la vida.
En Fuera de Foco tuvimos la oportunidad de platicar con el elenco de Trigal: Anabel Caso, Emilia Berjón Ramírez, Abril Michel y Alberto Guerra sobre la importancia de hablar sobre el consentimiento y la sexualidad femenina para innovar el cine mexicano.
Trigal: ¿Una película sobre consentimiento?
Trigal, aunque es un drama coming-of age, es una historia interesante porque pone en perspectiva el riesgo que corren las mujeres en el país. De hecho, para Alberto Guerra, esa fue una noción que la película le ayudó a entender: “Es difícil darse cuenta que, desde que se puede decir que una persona pasa de ser niña a ser mujer, tu vida corre riesgo”.
Su personaje, JC, es muy complejo. Les abre a Sofia y Cristina un mundo que no conocen y que no saben que quieren, y aunque claramente está dispuesto a abusar de ellas, ver cómo de cierta manera están cautivadas y tienen dudas con respecto a lo que les hace sentir, es parte importante de la trama. “Gran parte de esa reflexión de que estas niñas quieren algo y están buscando algo y están experimentando a sí mismas y tienen este deseo así, este hombre, y eso es un hecho” nos comentó Anabel Caso.
Para la directora, la esencia de Trigal radica en que ellas “no saben bien lo que quieren, mientras que el hombre sí lo sabe y lo va a buscar, abusando de que están confundidas, y no tiene que pasar una tragedia grande para que eso se quede contigo por siempre. Un trauma no tiene que ser algo bueno o malo, es algo que te marca de por vida”.
Trigal, entonces, se vuelve una exploración sobre los matices del consentimiento y las líneas entre el abuso y la manipulación. Alberto Guerra nos comentó que le costó mucho entender y hacer al personaje porque “no quería hacerlo, me parecía un monstruo”, pero su trabajo fue “intentar entenderlo, y mostrar cómo la manipulación intelectual y emocional se puede dar en cualquier tipo de situaciones, sin que la otra persona esté consciente del daño que está haciendo, porque casi no se habla de ello”.
Según Anabel Caso, para lograr esto, “era importante que la película fuera una pequeña sociedad” por lo que nos asegura que cada personaje “tiene una razón, representa algo, dice algo sobre nuestra dinámicas de género, sobre cómo vivimos y entendemos la violencia”.
¿Una película que vale la pena ver más veces?
Abril Michel nos comentó que “el tema del consentimiento ya se ha tocado múltiples veces en el mundo entero. Pero siento que en México no se habla tanto” por lo que espera que Trigal pueda “abrir un debate” me gustaría que justamente que la gente vea y que empiecen a abordar estas temáticas en en este país”.
Por su parte, su coprotagonista, Emilia Berjón Ramírez complementó señalando que la frase “no vamos a hacer nada que tú no quieras” está muy presente en la película. “Eso es algo muy fuerte, porque lo escuchamos mucho cuando hablamos de historias de violencia y abuso. La película como que quiere preguntarse qué significa esta frase”.
Michel nos comentó que “el proceso fue lento” por la logística de mudarse a Sonora y la llegada de la pandemia, pero que es “bueno ver la historia plasmada en la pantalla” y que sea algo que espera que inspire a más generaciones de cineastas a romper tabúes sobre estos temas.
Para Anabel Caso, “lo más enriquecedor de trigal ha sido ver todas las Sofías, todas las cristianas que se han acercado a contar su historia después de ver Trigal” ya que espera que su nueva película también sea “un reflejo de lo que significa ser mujer y crecer en un país como México, que enriquece mucho con sus historias, y que se pueden abordar desde diferentes perspectivas» e invita a las personas a verla varias veces, porque «descubrirán que la película toca muchos temas y puedes ponerle atención a líneas completamente diferentes».