Quebecine es uno de los festivales más importantes que se lleva a cabo en México. Con una curada selección de filmes, la celebración pone a nuestra disposición cintas de producciones canadienses que no veríamos en otro lugar o a las que sería sumamente difícil acceder sin la ayuda de propuestas como esta.
“El espacio que tenemos aquí, y lo veo desde hace 8 años, es que se ha hecho más grande. Hay más interés del público mexicano, más apoyo. Cada año tenemos más socios y más organismos interesados en Quebecine” nos comentó Caroline Galipeau, la directora del festival que desde hace 8 años y que siempre busca que las películas que presenta sean diversas, entretenidas y muy diferentes.
Fuera de Foco no sólo tuvo la oportunidad de platicar con Galipeau, sino también con las cineastas Zayne Akyol y Laurence Turcotte-Fraser, directoras que presentan en el festival las películas de Rojek y Babysitter, y pudimos conversar sobre la importancia de festivales como Quebecine para el cine internacional.
¿Una forma de competir con Hollywood?
Cuando hablamos de cine, parece que siempre hablamos de dos realidades distintas: está el cine que produce Hollywood, o los grandes blockbusters de Estados Unidos, y el cine independiente que se produce fuera de los grandes estudios y en otras partes del mundo. Y es una lucha constante que se pierde entre los grandes engranajes económicos que maneja el cine Blockbuster.
Tan sólo en México, la diferencia es abismal: de las 110 asistentes que recibió el cine en México en 2022, solamente 4.9 millones (el 4%) asistió a ver una película mexicana. Pero ese al parecer no es exclusivo del cine nacional, de acuerdo con Turcotte-Fraser, es algo con lo que se batalla alrededor del mundo.
“Lo interesante es que ahora vivimos la misma situación. También en Quebec es cada vez más difícil ver películas que vienen de otro lado que no sea Hollywood. Entonces creo que un festival como Quebecine da una oportunidad para que las películas viajen y crea interés y entusiasmo por otro tipo de cine”.
Laurence Turcotte-Fraser, Fuera de Foco
Por eso, para Galipeau muy importante seguir expandiendo el alcance del festival. De hecho, uno de los grandes logros de este año es que las 10 películas que se presentan en Quebecine pasarán luego por ciudades de Argentina, Colombia y Uruguay.
Y es que para la cineasta Zayne Akyol, uno de los grandes problemas que enfrentan la industria del cine mundial es un tema de marketing, ya que es difícil acercar a que el público vea otro tipo de cine: “por más que nosotros resistamos a Hollywood y tratemos de hacer un cine diferente, si no hay gente que lo res que reciba nuestro cine, ¿qué podemos hacer?”.
Akyol opina entonces que festivales como Quebecine son una herramienta de promoción muy importante: “las películas que no tienen los recursos para hacer mucha promoción se benefician de este tipo de festivales, pero hay que empujar y seguir empujando”.
El cine es Universal
Zayne Akyol entrevistó a varios ex-miembros del Estado Islámico con acusaciones de terrorismo y confabulación para crear el documental Rojek y brindar una perspectiva diferente sobre lo que se vive con la guerra yihadista. “Y esta película creo que no sólo impacta a México, muchas comunidades en Canadá no conocen esta historia y les es muy ajena, no conocen todo lo que hay detrás de oriente medio”.
Y es que, además de intentar acercar al público a diferentes historias, uno de los objetivos de Quebecine también es construir puentes para que diferentes naciones discutan lo que se puede lograr en términos de consciencia internacional. “Tenemos que escoger solamente 10, pero revisamos más de 60 películas muy buenas, y parte de lo que buscamos es que pueda extender la conversación, los debates, es una forma de concientizar sobre los problemas mundiales”.
En contraposición, Laurence Turcotte-Fraser creó con Babysitter una comedia 100% feminista. “Yo sé que es un privilegio hacer una comedia sobre estos temas, porque la lucha feminista no ha avanzado igual en el resto del mundo, pero me interesa ver cómo México reacciona a mi película”.
Según nos cuenta, ella quiso “explorar posiciones muy contradictorias” entre sí, por lo que le emociona ver como “grupos de personas que consideran el tema desde una perspectiva mucho más seria, se acerquen a él desde otro lenguaje, como la comedia. Porque aunque la historia sea tremendamente personal para mi, entiendo que es sólo una parte de la visión que puede tener”.
Galipeau nos asegura que Quebecine seguirá creciendo y pronto “seguirá expandiendo la forma en la que entendemos y vemos el cine, pues es un compromiso cultural muy grande que se lleva a cabo gracias a un esfuerzo internacional descomunal”.
