Vestidos Icónicos en la Historia del Cine

En la industria cinematográfica rara vez ocurre algo por casualidad; pues cada detalle suele estar minuciosamente pensado.

Gilles Lipovetsky, en su libro El imperio de lo Efímero, explica que la moda se encuentra en todas partes; pero que es juzgada antes de tratar de explicar su funcionamiento en las sociedades modernas. La moda puede llegar a tener un gran impacto en distintas esferas de la vida cotidiana. Esta se encuentra en todos lados: en la calle, en la industria y en los medios de comunicación. Más allá de ser parte de las pasiones vanidosas, dice Gilles, es una realidad socio-histórica característica de Occidente y de la propia modernidad. La moda ya no es solo un placer en la vida colectiva, se ha postrado al mando de las sociedades.

Cada prenda o accesorio tiene un contexto histórico y esto también quiere decir que tiene un proceso y explicación histórica. Se puede saber bastante de una época sector social o incluso del género con un análisis bien realizado en la vestimenta.

En la industria cinematográfica rara vez ocurre algo por casualidad. Cada detalle suele estar minuciosamente pensado, tal es el caso de la indumentaria. Es sumamente interesante, ya que en ocasiones la moda o el vestuario en las películas adquiere otro significado hasta convertirse en una herramienta visual que funciona como un imán atrayendo los ojos del público. O también puede servir como representación de lo visualmente bello en la época que fue realizada la película.

En algunas ocasiones, el vestuario elaborado para determinadas producciones ha destacado de una manera tan particular en la historia del cine, que el público ya no concibe únicamente a la película; también alberga un lugar en su memoria para ciertas prendas que vistieron sus personajes favoritos en ciertas escenas particulares. Tal es el caso de dos mujeres, muy diferentes entre sí, que marcaron su lugar en la historia del cine; Audrey Hepburn y Marilyn Monroe.

My Fair Lady, 1964.


O Mi Bella Dama, como es conocida en Latinoamérica, es una película musical de 1964 dirigida por George Cukor; protagonizada por Rex Harrison y Audrey Hepburn. Adaptación del musical teatral del mismo título de Alan Jay Lerner y Frederick Loewe.

Un musical de estilo clásico y con una ambientación de la Inglaterra de 1914 hasta el último detalle; My Fair Lady consiguió el Oscar de 1964 al mejor filme, y 7 más, incluyendo el de vestuario.

Sin duda uno de los vestidos más recordados en la historia del cine es el diseño que Eliza (Hepburn) luce el día del Black Ascot, una celebración que involucra las carreras de caballos. Black Ascot es el nombre que se le dio a este evento después de la muerte del rey Eduardo VII; donde todas las damas iban de negro o de blanco en señal de luto.

El conjunto fue diseñado por Cecil Beaton; y se compone por un vestido ceñido al cuerpo de encaje blanco, guantes con holanes y moños elaborados a partir de textiles a rayas blanco con negro. La pieza finalmente se subastó en 2011.

The Seven Year Itch, 1955.


La Tentación Vive Arriba es una comedia dirigida por Billy Wilder, basada en la obra teatral de 1952, de George Axelrod. Es protagonizada por Marilyn Monroe y Tom Ewell.

Norma Jeane Mortenson quien nació el 1 de junio de 1926, se convirtió en Marilyn Monroe tras firmar un contrato en 1946 con el prominente estudio 20th Century Fox. Marilyn es un personaje a la cual la historia la ha envuelto de fascinación y misterio; este texto se queda corto al decir que fue una notable figura del siglo XX, o un símbolo sexual. El nombre de Marilyn ha quedado grabado en la mente de varias generaciones, representando la inocencia salvajemente resguardada por la astucia de la picardía que emanaba su ser.

Una de las escenas que solemos recordar al pensar en Marilyn, es cuando se detiene encima de las rejillas del metro con unas zapatillas blancas a esperar el viento que expulsan estas. Y así, preparada y segura intenta contener el vuelo de su vestido blanco.

Breakfast at Tiffany’s (1961)


Diamantes Para el Desayuno es una comedia romántica, dirigida por Blake Edwards, escrita por George Axelrod y adaptada de la novela del mismo título escrita por Truman Capote. Protagonizada por Audrey Hepburn y George Peppard.

Hepburn es una mujer que ha ocupado un lugar muy especial en la memoria y nostalgia del cine. Un rostro que destilaba ternura y bondad cubierto por la delicadeza y elegancia característicos de esta preciosa mujer.

En la primer escena de Breakfast at Tiffany’s, nos permite ver el diseño de Hubert de Givenchy. “Little Black Dress”, acompañado por un collar de perlas, unas gafas negras y unos elegantes guantes negros que terminan a la altura de los codos. Con éste, es que la actriz se impuso como uno de los estandartes más sólidos y duraderos del mundo de la moda.