En Fuera de Foco exponemos las razones que han llevado a Succession al éxito.
HBO anunció que Succession ha sido renovada para una cuarta temporada, esto después de que la premiere de la tercera entrega fuera el debut más visto de una serie en su plataforma streaming (HBO Max), donde contó con más de 1.4 millones de visualizaciones.
Además del éxito que la serie ha demostrado tener con el público, la misma también ha sido alabada por la crítica especializada, quienes la han calificado como uno de los mejores programas en la actualidad, lo cual la llevó a ganar el Emmy a Mejor Serie Dramática en 2020.
Pero, ¿qué es lo hace especial a esta serie? En Fuera de Foco explicamos algunas de las posibles razones.
Su reflexión temática
Succession surge de la creatividad de Jesse Armstrong: un guionista con un profundo talento para entretejer tramas políticas y a partir de las mismas provocar una reflexión que nos hace replantearnos lo ridículas que son sus prácticas y propósitos.
¿Por qué pensamos de la forma de lo que hacemos? ¿Cuál es el sentido de todo esto? Esas parecen ser las preguntas que el accionar de sus protagonistas genera en las audiencias que vemos su trabajo: desde los cuatro terroristas que planean un ataque en la hilarante Four Lions hasta la familia Roy en Succession.
No es ninguna sorpresa que conociendo esto la producción de HBO combine el thriller con la sátira, pues este último tono funge como un claro mensaje a su audiencia de lo ridículo que es el enfrentamiento que se suscita en torno a quién se queda con el conglomerado de medios de Logan Roy.
¿De qué sirve adquirir el poder cuándo la conservación del mismo simboliza un desgaste físico y emocional irreparable? Esto debido al constante enfrentamiento con los/as demás que también lo desean, y más importante: ¿de qué sirve la riqueza y el lujo si no hay nadie con quien compartirlo?
Succession nos plantea un dilema similar al del Padrino: donde el precepto de éxito en el capitalismo se caracteriza por la individualidad, lo cual deriva en que sus protagonistas terminan atrapados ante una soledad no deseada, ¿de qué sirve el poder si este nos impide experimentar lo más importante en la vida: el amor en su diferentes facetas?
Estos cuestionamientos nos alejan de la visión estereotipada del éxito, ¿queremos ser esos/as protagonistas con tintes sociópatas? y aún peor: ¿cómo es que la estabilidad económica de una industria y de miles de personas dependen de personas con dichos pensamientos y comportamientos?
El cast
Debido a la narrativa es imposible que ames a alguno/a de los/as protagonistas, aunque en ciertos momentos puedas empatizar con ellos/as, al final todos/as son horribles. Sin embargo, si algunas personas no entienden la metáfora de la historia probablemente la “culpa” resida en las buenas actuaciones de su elenco, y es que cada uno/a realiza un trabajo espectacular.
Entre todo el cast del programa particularmente brillan Brian Cox (Logan Roy), Kieran Culkin (Roman Roy), Sarah Snook (Shiv Roy) y Jeremy Strong (Kendall Roy), quienes su actuación constantemente transita entre la mesura y la explosión total, llevan el desgaste de la trama de lo interno a externo y viceversa, y cada interpretación posee un encanto enfermo que nos hace quererles un poquito.
La complejidad de sus personajes
El arco narrativo de los personajes en Succession es muy ambicioso al humanizar a personajes que se nos muestran como ejemplos a NO seguir. Por un lado la aspiración al poder inunda a todos/as y consigue despojarles de sus reglas y remordimientos, mientras que por otro los hermanos Roy no son sólo el resultado de los vicios sistemáticos, sino también de la educación brindada por su padre, de quien constantemente buscan su aprobación, la cual nunca tienen debido a la egolatría del mismo.
Todos los personajes tienen problemas y son extremadamente desagradables. Eso es lo que hace que el programa sea tan divertido, pero se necesita un poco de tiempo para explicar todas sus motivaciones y encariñarte con sus personalidades.
Similitudes con la realidad
La familia Roy tiene similitudes con otras grandes dinastías americanas como los Trump, los Hearst o los Redstone: son grupos que construyeron imperios y cuyos éxitos y errores tienen una enorme repercusión en los países.
Esta analogía se hace más evidente durante la segunda temporada de la serie, donde se nos sumerge en una narrativa donde conocemos como funcionan los medios de comunicación estadounidenses, y descubrimos la manera en que estos grupos sostienen una estrecha relación con los grupos de poder, quienes llevan sus luchas a una narrativa mediática donde buscan imponer su «verdad».
