En los últimos diez años la televisión vivió transformaciones rotundas, esencialmente en la forma de consumir contenidos. La televisión abierta vio cómo sus audiencias se desplomaban y cómo los programas en vivo cedían terreno al contenido on demand. La irrupción de las plataformas de streaming cambiaron para siempre el mapa de medios.
Netflix y su “bendito” algoritmo dieron inicio a una nueva forma de ver televisión, con temporadas completas estrenadas en un solo día, con maratones enfermizas, lejos de la clásica costumbre de los episodios semanales. Lo que se viene será una batalla de plataformas de streaming que buscarán ganar o, al menos no perder, suscriptores en medio de una avalancha de nuevos shows que promete ser histórica.
Desde el 2010 hasta el día de hoy, miles de series se estrenaron alrededor del mundo. Fue el inicio de las antologías de la mano de la popular American Horror Story, el boom de las docuseries (cuánto te debemos Making a murderer), de pasar de la risa al llanto con grandes dramedys, término que se volvió muy común y que hizo que la frontera de los géneros sea cada vez más difusa.
Elegir las diez mejores series de la década es una tarea titánica. El orden de los siguientes shows puede variar por gusto o capricho personal, pero no hay dudas de que fueron ficciones que marcaron el decenio.
El único parámetro del siguiente top es que el capítulo uno de la serie se debe haber estrenado posterior al 1 de enero de 2010. Esta condición deja afuera a producciones enormes como Breaking Bad, Mad Men, o Parks and Recreation que, de no ser por esta regla, seguramente encabezarían esta lista.
Ahora sí, he aquí lo mejor de la década. Gracias a los 2010s por tanto.
10. Fargo (FX, 2014 -)
Parecía una pésima idea llevar a la televisión un clásico de culto del cine como lo es la película de los hermanos Coen. Nadie daba dos pesos por esta serie antológica de FX, pero Noah Hawley nos cerró la boca con un show que amplía de forma ingeniosa y muy divertida, el mundo creado por los hermanos ganadores del Óscar. Mucho humor negro, sangre por doquier y situaciones tan inverosímiles que tranquilamente podrían suceder en estos tiempos que vivimos. Un elenco de lujo y una fotografía inolvidable hacen de Fargo una pieza esencial de la década.
9. Fleabag (BBC/Prime Video, 2016-2019)
Hablamos de ella un montón. Phoebe Waller-Bridge se consolidó gracias a esta serie como una de los showsrunner más codiciada del momento. Una coproducción de la BBC con Amazon Prime Video que se robó la mirada del público y la atención de la academia en la última entrega de Emmys. Phoebe escribe y protagoniza una comedia que tiene mucho de drama. La soledad, el sexo, las relaciones vinculares, todo desde la mirada de un personaje roto que rompe la cuarta pared como nadie y logra de forma eficaz que nosotros espectadores seamos un personaje más dentro de la trama.
8. Succession (HBO, 2018 -)
La primera temporada estuvo muy bien y tuvo sus grandes momentos, pero la segunda es el motivo por el cual esta serie de HBO ocupa un lugar destacado dentro de lo mejor de los últimos diez años. Una familia de la que no querrías ser parte, dueña de un monopolio mediático enorme. La clase alta con todos sus defectos, sus miserias y su ambición explotadas al máximo. Personajes desagradables que luchan por el honor, pero sobre todo por el poder. Clases magistrales de actuación y la canción del opening que te perseguirá hasta la ducha.
7. Better Call Saul (AMC, 2015 -)
En tiempos de remakes, secuelas, precuelas y reboots, el spin-off de Breaking Bad logra separarse de su serie madre y tener identidad propia. Bob Odenkirk vuelve a ponerse en la piel de uno de los abogados más famosos de la televisión para regalarnos un personaje emocionalmente complejo. Sin tantos asesinatos y sangre, con más dramas legales, la continuación de una de las mejores series de la historia, es tan buena como su progenitora. Gracias totales Vince Gilligan y Peter Gould.
6. Sherlock (BBC, 2010 -)
Cuando parecía que no había mas nada que contar sobre los históricos personajes creados por Arthur Conan Doyle, la BBC no regala frenéticos capítulos de 90 minutos de estos detectives, ahora protagonizados Benedict Cumberbatch y Martin Freeman. Inglaterra en su máximo potencial, un policial bien british con una gran fotografía y una banda sonora que amamos. Vueltas de tuerca a algunos clásicos, giros inteligentes que hacen que valga la pena esperar años entre cada temporada.
5. Bojack Horseman (Netflix, 2014-2020)
Desde el estreno de House of Cards y Orange Is The New Black, las primeras producciones originales de Netflix, la plataforma ha tenido varios aciertos y grandes fiascos o series para el olvido, pero sin dudas lo mejor que tiene la N roja en su catálogo es la serie animada de Raphael Bob-Waksberg. La madurez que alcanza Bojack Horseman llega a un punto tan alto, que es hasta envidiable por otros shows. Un hombre-caballo que en su momento fue una estrella de Holliwood (o Holliwoo) y que ahora está en la ruina emocional por actitudes egoístas que tuvo a lo largo de la vida. La soledad, el abandono, las relaciones padres-hijos, los vínculos amorosos, las adicciones, son algunos de los temas que toca la serie, que tiene tiempo para el humor, la parodia y la crítica al mismo Holliwood. Masterpiece.
4. Twin Peaks: The Return (Showtime, 2017)
David Lynch hizo lo que realmente se le dio la gana con esta continuación de la serie de principios de los 90 que se veía por la ABC. Surrealismo puro, episodios de lo más sorprendente e innovadores. Lynch en su estado más puro entregó algo más que un show televisivo, una experiencia que pone en duda todo lo conocido hasta el momento. No mas palabras Señor Juez.
3. Game of Thrones (HBO, 2011-2019)
Sin dudas la serie más popular de la década, probablemente el último gran tanque televisivo capaz de reunir a millones de espectadores todos los domingos para ver en vivo el ambicioso producto de HBO. Presupuestos millonarios, batallas épicas, personajes (y muertes) memorables. Pese a sus notables errores, Game of Thrones cambió la televisión para siempre y escribió su propio capitulo dentro de la historia del entretenimiento. Una trama imprevisible de una épica de fantasía que se sostuvo con un apartado técnico asombroso, con vestuarios y escenarios que no habían tenido lugar en la pantalla chica. El ejemplo mas claro de que “No es televisión, es HBO”.
2. The Americans (FX, 2013-2018)
Muchas veces olvidada, ninguneada de las entregas de premios, el show de FX da clases magistrales de narración. La serie es perfecta, redonda por cualquiera de las aristas desde donde se la analice. Una historia de espías que fue mucho más allá, es la historia de un matrimonio, probablemente la mejor dupla protagónica de la década, que lucha por seguir funcionando, es un drama familiar repleto de secretos. Un show sólido que fue creciendo durante sus seis temporadas para entregar un final memorable y de los más duros de la historia de la televisión.
1. The Leftovers (HBO, 2014-2017)
Damon Lindelof es el maldito amo. El showrunner ya había revolucionado el mundo del entretenimiento años atrás con la inolvidable Lost y en esta década nos regaló un show apocalíptico que de apocalíptico tenía muy poco. El 2% de la población mundial desapareció de la nada, sin dejar rastros, sin ninguna explicación lógica, pero a la serie no le importa el por qué sino que busca contar la historia de los que se quedaron en la Tierra. Un drama sobre la soledad, la pérdida y el duelo que te destrozará el corazón en cada escena. Una primera temporada angustiante que en la balanza pierde ante la magia, las metáforas, la poesía de las últimas dos. The Leftovers no cambió la forma de hacer televisión, pero si a cada uno de los televidentes que sufrieron y sanaron junto a los personajes.