La ciudad de piedra

Ciudad Universitaria bajo una perspectiva cinematográfica.

“No estamos poniendo una primera piedra en el primer edificio de la universidad; estamos poniendo una piedra más en la fervorosa construcción de nuestro México”, expresó el arquitecto Carlos Lazo durante su discurso el día de la colocación de la primera piedra de Ciudad Universitaria.

Sobre un terreno rocoso, que se formó de manera natural por la explosión del volcán Xitle hace más de un siglo, se elevó Ciudad Universitaria. De manera natural la universidad y sus espacios han sido testigos directos de injusticias, de narcotráfico y de pérdida. El 3 de mayo del 2017 El cuerpo de Lesvy fue encontrado en las inmediaciones del Instituto de Ingeniería de Ciudad Universitaria. El 13 de junio del 2017, fue hallado a un costado de la Biblioteca central, el cuerpo de Víctor Manuel Orihuela Rojas, alumno de la facultad de odontología. El 29 de noviembre del 2017 Roberto Carlos Villaseñor, estudiante de arquitectura, fue hallado muerto. El 24 de febrero del 2018, entre la facultad de ingeniería y contaduría, ocurrió una riña entre narcomenudistas cuyo resultado fue el de dos hombres muertos.

Pero al mismo tiempo ha sido impulsor de conciencia, de movimientos sociales como el del 68 y la huelga del 99. C.U. puede ser la representación de la juventud contemporánea, como un espacio generador de conciencia y como un espacio de intrascendencia. A lo largo de la historia del cine mexicano; estos espacios han cobrado suma importancia a la hora de rodar nuevos films, un aspecto central fue la arquitectura. Los productores ya no necesitaban set, la universidad era el nuevo lugar donde se contarían las historias.

Literalmente, Ciudad Universitaria cambio el rumbo de la ciudad. La universidad, de alguna forma, sin que se hubiera pensado así, creo de manera paralela un nuevo género cinematográfico por que los jóvenes, en el cine mexicano prácticamente no existían. Hasta los años 50 los personajes en el cine eran las mamás, los charros, las cabareteras, las prostitutas y niños que estaban presentes como carne de cañón melodramática”. Declaró en una entrevista Rafael Aviña acota, autor del libro; Ciudad Universitaria. Toma uno… se filma.

Las películas de las que voy a hablar en este texto son películas que su producción no está muy lejana a la actualidad; y que creo que refleja la representación de C.U. en la juventud.

El Grito (1976)

La primera producción es el documental de; El grito. Las imágenes más notorias y de mayor impacto en la película son de materiales de archivo; dirigida por Leobardo López Aretche y producido por el CUEC.  Lo que destaca de sobremanera es la utilización de las locaciones de Ciudad Universitaria, en una película apoyada y coproducida por la UNAM y varias de sus instancias como: la filmoteca, el CUEC y la Coordinación de Difusión Cultural.

Más de ocho horas de filmación y 40 horas de grabación de audio, fueron editadas porLópez Arrecthe. El resultado fue un documental de 102 minutos en blanco y negro. Casi sin diálogos, nombrando la represión, en el fondo se escuchan canciones que fueron representativas del movimiento. Se escuchan también con dificultad la lectura de fragmentos del texto que escribió Oriana Fallaci (Nada y así sea, 1969); a partir de su experiencia durante los acontecimientos que le toco presenciar. En algunas secuencias se reproducen, los discursos del Comité Nacional de Huelga, los militares, los reclamos al Gobierno y en particular a Gustavo Díaz Ordaz, presidente en turno. Del mismo modo se reproducen algunos fragmentos del Informe Presidencial del 1 de septiembre de 1968.

El primer testimonio documental sobre el Movimiento Estudiantil de 1968 fue la cinta titulada El grito, México 1968; realizada por estudiantes del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC); quienes tomaron el equipo y el material del que se disponía para firmar los acontecimientos. Con dos cámaras de la escuela y cuatro más prestadas; dieron cuenta del movimiento que iniciaría en julio a partir de una riña entre estudiantes en La Ciudadela y hasta los días posteriores a la masacre del 2 de octubre en la Plaza de las Tres Culturas.


Tlatelolco: Verano del 68 (2013)

Dirigida por Carlos Bolado. La narrativa es cronológica, sin saltos en el tiempo. Un tema fundamental fue el romance para el desarrollo de la película. El movimiento pasó a ser la atmósfera de la relación entre ambos personajes. La película prescinde de la seriedad y valor de la memoria. Básicamente expone las desigualdades sociales de la época y lo sola que esta la juventud.

La esencia es una historia de amor. Bolado dirigió una serie de programas documentales sobre 1968 para Canal 11, cuando Sariñana era el director de dicha institución. Con los materiales recabados y la investigación realizada; surgió la idea de trastocar en ficción el 68 con una trama sencilla, pero con un contexto social apantallante y de gran impacto; para sumarse a otros trabajo anteriores como Canoa (Felipe Cazals, 1975), Rojo amanecer (Jorge Fons, 1989), El bulto (Gabriel Retes, 1991) y Borrar de la memoria (Alfredo Gurrola 2010).


Güeros (2014)

Me encantan las películas en donde aparte de contar una historia bien hecha; un protagonista muy importante en el desarrollo de la historia es la ciudad y sus espacios.

La historia surge en un contexto en donde las universidades se encuentran en huelga. Pero es muy importante aclarar algo, esta huelga retoma ciertos elementos del movimiento estudiantil de 1999 en México; pero esta película no busca retratar una huelga o movimiento estudiantil en específico. No hay temporalidad en este Film y eso es algo maravilloso. Tiene ciertos coqueteos con el tiempo, la memoria, la nostalgia de una manera muy bien hecha. Su mismo director, Alonso Ruiz Palacios; declaró que esta película es una celebración a las movilizaciones que llevan a cabo los jóvenes, pero no solo movilización refiriéndose a un actuar social, también refiriéndose a un actuar dentro del joven mismo.

En esta historia la ciudad y sus espacios viven, nos hablan y nos reclaman como suyos. Como sus hijos de generaciones perdidas y confundidas. Como el joven curioso de vida.