Diversas mujeres han dejado huella en la historia que compone al séptimo arte, por lo que hoy repasamos algunas directoras de cine que debes conocer.
Como uno más de los organismos que nos componen socialmente, la historia e industria cinematográfica se ha dialogado desde una perspectiva patriarcal: una narrativa creada por y para los hombres.
Cuando nos remontamos al origen del séptimo arte, solemos escuchar y mencionar a los Hermanos Lumière o Georges Méliès, pero omitimos a figuras como Alice Guy: quien a partir de cortometrajes como El hada de los repollos (La Fée Aux Choux) de 1896, fue pionera de las narrativas ficcionales, el uso de efectos especiales y todo lo referente a la composición del lenguaje cinematográfico -planos, iluminación, montaje, caracterización, etc-. Además de fundar la profesión de productor/a.
En la actualidad el panorama no ha cambiado demasiado, si bien han existido algunos avances en materia de representación, aún queda un largo camino para contraponerse a la desigualdades históricas entre hombres / mujeres, situación que entre otros factores, hemos visto reflejada durante las temporadas de Premios.
En 78 ediciones de los Golden Globes, apenas dos mujeres han ganado el galardón a Mejor Dirección: Barbra Streisand en 1984 y Chloé Zhao el pasado domingo 28 de febrero-. Algo similar con los Premios Óscar, donde sólo Kathryn Bigelow ha triunfado en la susodicha categoría.
Por lo que en un humilde intento de oposición a la histórica narrativa patriarcal, te recomendamos el trabajo de algunas cineastas.
Sofia Coppola
En 1998, Sofia Coppola se sentó por primera vez en la silla de dirección gracias a su labor en el cortometraje Lick the Star, hasta la actualidad ha dirigido un total de 7 filmes, entre los cuales podemos vislumbrar temáticas recurrentes como la exploración de entornos aristócratas abordados desde su perspectiva femenina.
Ya sea centrándose en la vida de María Antonieta en Francia, una joven en Tokio, o un grupo de mujeres que habitan en un internado, Coppola desmitifica los contextos de ostentosidad demostrando su artificialidad, al mismo tiempo que explora las preocupaciones/ alegrías que sus protagonistas experimentan a nivel individual como colectivo en distintas épocas de su vida: desde la adolescencia hasta la adultez.
Greta Gerwig
Tras su debut actoral en la película LOL (2006) de Joe Swanberg, su participación en filmes como To Rome with Love de Woody Allen, o sus habituales colaboraciones con el realizador Noah Baumbach en clásicos del mumblecore como Frances Ha -la cual coescribió con el susodicho cineasta-, la actriz estadounidense haría su debut como directora en 2017 bajo el largometraje: Ladybird, filme que le supondría una nominación a Mejor Dirección en los Premios Óscar.
Sus obras tienden a abordar temáticas relacionadas a la vida cotidiana, el crecimiento y la maduración emocional de la mujer. Como ella ha declarado en diversas ocasiones, las historias que componen sus narrativas, se encuentran fuertemente correlacionadas con sus experiencias personales, por lo que presiona a sus actrices y actores para que incorporen sus personalidades al labor interpretativo, de manera que su estilo de dirección / escritura, se adecua según las personas con quienes trabaja.
Niki Caro
La neozelandesa inició su carrera de dirección en la publicidad: donde tuvo a su cargo anuncios para empresas como Nike. Su primera experiencia lejos de los comerciales fue en la televisión, donde dirigió un episodio de la serie Another Country (1992).
Ya sea que hablemos de su ópera prima: Memory & Desire (1998), La leyenda de las ballenas (2002) o el live action de Mulan (2020), la filmografía de Caro gira en torno a una temática en común: mujeres protagonistas que se revelan contra el status quo dictado por el patriarcado, ya sea una chica japonesa que huye para casarse clandestinamente, una joven maorí que prueba ser la líder de su tribu, o una adolescente capaz de derrotar al ejercito de Bori Khan.
Jennifer Kent
Similar a lo sucedido con Greta Gerwig, esta cineasta comenzó su carrera en el ámbito actoral, donde participó en diversas producciones de su país natal, como la serie australiana: Murder Call. Su inspiración para convertirse en directora de cine surgió al ver Dancer in the Dark de Lars von Trier, con quien la realizadora trabajó como ayudante durante el rodaje de Dogville.
Para 2005 dirigió su primer cortometraje: Monster, el cual sería adaptado a la pantalla grande casi diez años después, bajo el título de The Babadook: cinta que fuera calificada como una de las mejores óperas primas del 2014, gracias a su tratamiento temático de los miedos infantiles, los traumas adultos y conflictos sobre la maternidad, enmarcados en el contexto del cine de horror.