David Lynch es uno de los cineastas más enigmáticos de Hollywood. Con un estilo único que marcó a cineastas como Christopher Nolan, el director es reconocido por crear historias surreales, sorprendentes y extrañas. Cintas que pueden no tener una explicación lógica, pero que de alguna manera capturan e hipnotizan al espectador.
Aunque en su currículum destaca la infame adaptación de Dune de 1984, el director hizo historia en la televisión con Twin Peaks, una serie estrenada en 1990 que, usando como excusa el misterio de un homicidio en un pequeño pueblo, hace toda una exploración sobre los pecados, los secretos y los intereses de las personas de un pequeño pueblo.
Y películas como Inland Empire, Mulholland Drive, Lost Highway, Eraserhead e incontables videos musicales, David Lynch pasó a la historia como un director de culto que marcó una forma de hacer cine.
David Lynch anunció que muy probablemente tendrá que retirarse debido a una fuerte enfermedad derivada de su adicción al tabaco. Y con un impresionante currículum bajo la manga, les contamos aquí las claves para entender su cine.
A David Lynch no le interesan los premios de Hollywood
En 2006, David Lynch apareció en Los Ángeles paseando a una vaca con correa. Lynch no dio muchas más explicaciones excepto “El queso nace de la leche. Sin queso no habría Inland Empire” y esa fue la campaña publicitaria que utilizó para que Laura Dern fuera nominada a un Oscar por su trabajo en la cinta.
Está de más decir que no alcanzaron la nominación ese año, pero ese nunca fue el objetivo de David Lynch. A lo largo de 40 años de carrera, el director solamente logró obtener 48 nominaciones y 25 premios.
The Elephant Man, Blue Velvet y Mulholland Drive fueron las cintas que más llamaron la atención de los premios más importantes, y fueron estas cintas las que le dieron a David Lynch tres nominaciones como Mejor Director y una a mejor guion adaptado. Sin embargo, el cineasta no ganó la codiciada estatuilla de Hollywood hasta 2019, cuando fue condecorado con un Oscar honorífico.
Según Laura Dern, durante esa ceremonia, David Lynch le dijo sobre su Oscar que “era muy bonito, pero no son nuestras ideas. Tenemos suerte si las atrapan”.
David Lynch siempre estuvo interesado en hacer arte que resonara con la gente, que fuera una exploración sensorial de luces, sonidos e interpretaciones. Los premios y las condecoraciones vienen en segundo plano, pues su huella ya permeó los lugares más importantes de la historia del cine.
Las características del cine de David Lynch
Como buen cineasta de autor, David Lynch tenía ciertos patrones que repite constantemente en su cine. Para entender su cine, es bueno hablar sobre cómo el cineasta se esmeraba por construir una atmósfera específica que siempre tiene tintes fantasmagóricos.
En su cine, es común ver ciudades de noche con luces que agobian. El uso de efectos de sonido tensos, que mezclados con música psicodélica crean siempre una sensación de peligro o misterio, pero también incluye jazz y rock que acompañan escenas con colores vibrantes (usualmente rojo o azul) que pueden sentirse como una película de atracos.
Al frente de sus historias casi siempre están mujeres que buscan ayuda o bien,hombres en crisis a punto de cambiar su vida por completo. Y ellos siempre deben enfrentarse a sueños proféticos o situaciones sin explicación que no sólo desdibujan lo que es verdad y lo que no en sus historias, sino que presentan e insinúan dimensiones alternas que impactan sus arcos narrativos.
Colaboradores asiduos
Para capturar todos estos detalles, David Lynch armó un equipo de colaboradores que son tan geniales como él. El compositor Angelo Baladamenti trabajó con él haciendo la música de Twin Peaks, Blue Velvet y Wild At Heart, siendo él quien logra capturar vibras específicas que son una constante en el cine de Lynch.
Además de él, otra de las estrellas que se han convertido en sus musas es Kyle MacLachlan. El actor comenzó a colaborar con David Lynch en Dune y luego en Blue Velvet, pero la producción que catapultó al actor a la fama fue Twin Peaks y ha estado involucrado en la secuela, la precuela, el cortometraje y el libro que nacieron a raíz de la serie.
Aunque a principios de los 90 MacLachlan dijo que no le gustaba ser estereotipado como “el chico Lynch”, con el paso del tiempo su relación fue mejorando, y ahora el actor alaba la habilidad artística del cineasta en cada oportunidad que tiene.
Pero su mejor amiga y colaboradora sin duda es Laura Dern. Además de Blue Velvet, Inland Empire y Wild At Heart, la actriz ha colaborado en proyectos como Industrial Symphony No. 1, un experimento musical que hizo David Lynch y también en Mysteries of Love, un documental sobre Blue Velvet en donde Dern alabó también la habilidad del cineasta.
Laura Dern y David Lynch son tan cercanos, que fue la única persona que pudo convencerlo para hacer un cameo en The Fabelmans, la cinta de Steven Spielberg. Ella no fue todo, tuvo que llegar una bolsa de Cheetos para que el cineasta dijera que sí, pues ya había rechazado al director de Tiburón más de 5 veces.
David Lynch: Lo mejor para entender al cine, es no entenderlo
La característica más importante del cine de David Lynch es que nunca te va a dar una respuesta directa sobre su trama o mensaje. El cineasta se ha negado rotundamente a explicar a detalle sus intenciones o lo que planeaba hacer con películas específicas, pues siempre ha celebrado la ambigüedad y que cada persona tenga su propia interpretación de los eventos que ve en pantalla.
Todas sus producciones tienen detalles extraños y surreales. Algunos proyectos, como Inland Empire, parecen ser de hecho pequeñas historias auto-conclusivas que se juntan con un eje temático ambiguo en una cinta. Otros, como Mulholland Drive, parece que dan pistas sobre su mensaje y detalles en el metraje, pero nadie entenderá lo mismo de estas historias.
Para él, los finales ambiguos son importantes porque capturan la esencia de la vida misma. Como lo dijo en 2017 en una entrevista sobre Twin Peaks:
“Lo que importa es lo que piensas que pasó. Muchas cosas en la vida simplemente pasan y tenemos que llegar a nuestras propias conclusiones sobre eso.
Puedes leer un libro que te hace preguntarte muchas cosas, y quieres hablar con el autor pero ya lleva muchos años muerto. Por eso todo depende de ti”.
David Lynch, Film School Project