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Capitana Marvel: Lecciones para machos

Más allá de hablar sobe los valores cinematográficos, ésta es una invitación a pensar
Capitana Marvel: Lecciones para machos
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Como era de esperarse, tras su primer fin de semana de estreno Capitana Marvel (Anna Boden, Ryan Fleck, 2019) continuó dividiendo opiniones. En este texto, las críticas no interesarán mucho porque lo que pretendo explorar, más que gustos y valores cinematográficos, tiene que ver con otro tipo de análisis acaso más político.

Parto de que existe una mirada machista del cine. Alguien más atinado se referiría a ella como un modo de ver cine típico de las sociedades patriarcales. Sin embargo, evitaré este último nombre porque hay un consenso más o menos generalizado —un sentido común— sobre lo que se entiende por “macho”. Por eso, y porque “macho” es un término que reúne y separa, que provoca.

Capitana Marvel sirve, en este sentido, para evidenciar claramente algunos rasgos de esa mirada machista. Espero que seguir escribiendo sobre este tema en distintos foros permita que seamos conscientes cada vez más sobre por qué nos gusta lo que nos gusta, y desde dónde miramos y opinamos sobre las películas que vemos.


1. No tolera a las mujeres en la calle

Una mirada machista del cine se incomoda al ver que las mujeres tienen un protagónico fuera del espacio doméstico. No las tolera en el espacio público. Asume que lo normal y lo natural es que estén en la casa. Una protagonista que escapa de ese papel pierde valor. El personaje de Carol Danvers se enfrenta a ese obstáculo, dentro de la historia, constantemente. Nadie cree que ni ella, ni su amiga Maria, puedan ser buenas pilotas. Una mirada machista del cine, llevémosla al extremo, concluiría que si hubiera sido un hombre quien llevara a la doctora Lawson en esa importante misión, no habría habido ningún accidente.


2. No tolera a las mujeres que no cumplen sus deseos

Una mirada machista del cine busca satisfacer sus deseos en la pantalla. Todos sus deseos: desde sexuales hasta políticos.

Si se llega a conceder, según la mirada machista, que la mujer tenga peso en el espacio público, al menos debe cumplir con ciertos estándares. El cuerpo femenino debe mostrarse a los espectadores. Y no sólo eso: esté vestido o no, su cuerpo debe entregarse a ellos. En Capitana Marvel hay un intento por emancipar a la protagonista de esta tiranía. Gran parte de la cinta, la vemos con unos jeans y una chamarra holgada. Su cuerpo le pertenece a ella misma y no está allí como un regalo para el espectador ni para ningún otro personaje.


3. No tolera que una mujer modifique sus lealtades

Una mirada machista exige que las mujeres sean consistentes en sus alianzas y decisiones. Carol Danvers, en cambio, es una mujer que sospecha constantemente de sus autoridades, aun de quienes se presentan como sus amigos. Esta sospecha recurrente y generalizada, que en un hombre podría ser ponderada positivamente como audacia, la mirada machista suele desestimarla. Danvers no teme en replantear sus alianzas o sus estrategias una y otra vez. Una mirada machista se apresura a juzgar estos cambios como errores y pruebas de que ellas no son capaces para la tarea.


4. No tolera que las mujeres elijan cómo resolver sus problemas

Para la mirada machista, hay una forma como las mujeres resuelven los problemas, y otra como lo hacen los hombres. La de ellas suele asociarse con las palabras y el corazón; la de ellos, con la fuerza y la inteligencia. Una mujer superpoderosa, por eso, siempre resultará mucho más chocante que un hombre superfuerte.

Esta actitud se encarna en Capitana Marvel en el personaje de Yon-Rogg (Jude Law). Aparente aliado en un primer momento, la trama irá mostrándolo como alguien controlador y posesivo. En la “batalla final”, Yon-Rogg desea que Carol luche con él en los términos que él le impone. Sin embargo, Danvers se libera de ese yugo y decide ignorar los códigos de su adversario. No se trata de cambiar unas reglas por otras, sino de poder elegir cómo hacer frente a una dificultad. Esa estrategia no tiene por qué repetirse. La exigencia de coherencia y consistencia, ¡de orden!, también suele ser atributo de una mirada machista.


5. No tolera a las mujeres solas

La mirada machista del cine se incomoda cuando ve que una mujer tiene autodeterminación y autonomía afectiva. Exige un romance, no importa si es fallido o exitoso. Uno de los grandes aciertos de Capitana Marvel es precisamente ése: prescindir de toda trama romántica. No hay “pérdidas necesarias”, ni sacrificios por amor como sí ocurre en Wonder Woman.

6. No tolera que las mujeres se levanten

La mirada machista desea que, si la mujer está en el espacio público, se encuentre constantemente amenazada y dé la impresión de que necesita ser rescatada. Esta vulnerabilidad femenina, que tanto encanta y complace a la mirada machista, poco aparece en Capitana Marvel, de ahí el énfasis que la cinta pone, más que en los tropiezos, en el acto de levantarse.

 


 

¿Qué opinan de estas lecciones, cinéfilos y cinéfilas? ¿Creen que influyeron en la valoración de la película?¿Cuáles añadirían a la lista?
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