Run The World es una serie que brilla por la íntima comedia que maneja y la química de sus protagonistas
Siempre hay algo de encanto en ver sitcoms sobre adultos jóvenes que apenas están descubriendo cómo es vivir de manera independiente, sorteando las adversidades y los obstáculos naturales de los trabajos difíciles, los jefes complicados y las relaciones amorosas. Y eso es justamente lo que nos ofrece Run The World, aunque con una perspectiva totalmente diferente y ya adaptada a las exigencias de las épocas.
Una Fórmula parecida, pero refrescante
Al más puro estilo de Sex and the City, Run the World nos adentra a las vidas y los problemas de un grupo de amigas que viven en la ciudad de Harlem. Whitney (Amber Steven West), una mujer sumamente inteligente pero que debe lidiar con los reparos que tiene la familia nigeriana de su prometido sobre su boda. Sondi (Corbin Reid) una estudiante de posgrado que tiene una relación secreta con su profesor. Ella (Andrea Bordeaux) una chica que está intentando reestructurar su vida en un trabajo que considera muy inferior a lo que merece. Y finalmente está Renee (Bresha Webb), quien debe sobrevivir a la crisis de la mediana edad que tiene su esposo y no morir en el intento.
Run the World se presenta como una propuesta diferente, pero no precisamente por ser vanguardista o muy diferente, sino por su interés en regresar a las sitcoms de los 90 y principios de los 2000 que cautivaron a todas las audiencias. En una época donde el arte está cada vez más ligado a la política y a los comentarios socioculturales, este nuevo show aspira a mostrarnos una comedia íntima, donde el atractivo es conocer a los personajes y divertirnos con sus interacciones y chistes.
A pesar de su sencillez, eso no quiere decir que sea simple. La química que guardan las protagonistas es bastante buena, y aunque lo que más destaca son los diálogos ingeniosos y el espectacular estilo que porta cada una de ellas, la serie se siente aterrizada y se nota su intención de contar una historia sobre pertenencia y el lugar en donde viven.
¿Vale la pena?
Es increíble poder ver el barrio de Harlem desde una perspectiva completamente distinta a como lo han representado anteriormente en el cine y la televisión. Las pintorescas calles, la forma en la que se relacionan con sus vecinos, la rutina que se genera día a día. Todo eso es explorado a través de los ojos de este grupo de amigas que nos muestran lo mucho que ha cambiado la vida y los tiempos, pero que nos sigue uniendo el sentimiento de luchar por construir una identidad y encontrar un lugar al cual llamar hogar.
Eso por sí mismo hace a Run the World una serie diametralmente distinta a Sex and the City o incluso a Living Single, una serie noventera cuyos paralelos con esta nueva historia son innegables, ya que incluso comparten a la talentosa Yvette Lee Bowser como productora ejecutiva.
A pesar de lo pesado que son estas nuevas épocas y la necesidad de tomar posturas específicas, Run the World nos recuerda que aún hay espacio en la televisión para las historias íntimas y divertidas, cuyo mayor propósito es justamente entretener y hacer sentir bien a todo un grupo de personas en búsqueda de un lugar al cual pertenecer y donde ser ellos mismos. Y eso es algo muy necesario en la televisión todavía.