Sir Winston Leonard-Spencer Churchill es el mejor estadista que ha tenido el Reino Unido. Brillante estratega de guerra, líder innato, historiador, artista y escritor; ganador, incluso, del Premio Nobel de Literatura. Sobre esta figura monumental se centra el guión de Las horas más oscuras; que escribió Anthony McCarten (nominado al Oscar por La Teoría del Todo).
La historia se desarrolla en Mayo de 1940, justo cuando Churchill acaba de obtener el cargo de Primer Ministro y las tropas nazis están invadiendo Europa. Así pues, nuestro protagonista tenía que decidir si debía o no llegar a un acuerdo de paz con el imperio nazi de Adolf Hitler y elaborar una estrategia para evacuar a los más de 300,000 soldados atrapados en las playas de Dunkerque.
Sin duda alguna, el director Joe Wright, -a quien conocemos por Atonement, The Soloist y Pan-, tenía el predicamento de estar contando la otra parte de la historia que Christopher Nolan nos narra espléndidamente en Dunkirk. Esto no era tarea fácil, ya que Nolan nos lleva a las entrañas mismas de aquellos soldados que, probablemente, estaban viviendo sus últimas horas. En cambio, Wright se centra en un momento especifico en la vida de Churchill.
Tal vez si no hubiese contado con la participación de un irreconocible, Gary Oldman, la película no hubiese tenido el mismo impacto. Ya que el Churchill que vemos en Las horas más oscuras, es un personaje absolutamente emotivo que ladra y balbucea los discursos que dicta a su secretaria, Elizabeth (Lily James). Un hombre que siempre está buscando en su cabeza las palabras adecuadas para convencer a sus oponentes y alcanzar sus objetivos, un hombre tempestuoso y a veces imprudente, capaz incluso de poner a dudar al entonces monarca George VI (Ben Mendelsohn) o enfrentarse públicamente al vizconde Halifax (un Stephen Dillane absolutamente detestable).
La historia aquí contada nos da un balance muy claro de su vida como estadista y su entorno familiar. La confianza absoluta que tenía en su esposa Clementine Hozier –Kristin Scott Thomas, quien nos regala otro personaje como los que solo ella sabe interpretar-, quien sin duda alguna fue vital para suavizar el carácter de su marido.
Algo que no podemos dejar pasar es la cinematografía de Bruno Delbonnel (como olvidar Amélie). A través de su lente, Las horas más oscuras toma la apariencia de un cuadro expresionista gracias a la iluminación de claros-oscuro que resalta la intensidad y el aislamiento de los personajes. Logra hacernos cómplices del momento que están viviendo.
Las horas más oscuras es un momento histórico preciso que incluye el famoso discurso “We shall fight on the beaches…” (Vamos a luchar en las playas…). Es una película que se centra en las luchas políticas evitando la tensión y la desesperación, es también una historia que permite el lucimiento de su protagonista.
Tal vez fue la situación más difícil en la que Churchill se pudo encontrar y citándolo podemos concluir: «El éxito no es definitivo, el fracaso no es fatal: lo que cuenta es el coraje para continuar«.
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