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GREEN ROOM

Estar en el lugar y momento equivocados siempre da historias dignas de apreciar.
GREEN ROOM
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El tercer largometraje de Jeremy Sauliner está lleno de tensión y una estética impecable para el género de horror.

Ahora disponible en “agregados recientemente” de Netflix, puedes disfrutar de esta cinta que te tendrá al borde del asiento.

La premisa es básica y casi tomada del encabezado de la nota roja. La habitación verde, se desenvuelve con un dinamismo y autenticidad que resalta el miedo de sus protagonistas.

¿De qué se trata?

Embarcados en un tour por la costa oeste de E.U. una banda de punk trata de conseguir nuevos shows. La suerte no les favorece; la dura rutina de estar de gira, los tiene hambrientos y cansados.

Después de su última desilusión en Oregon, el organizador del evento les promete un mejor foro. Así, en la espesura del bosque, llegan al bar donde abrirían un show.

Bajo la advertencia de que el lugar era frecuentado por neo-nazis de la región, la banda acepta el trato. La necesidad de conseguir algo de dinero para terminar la gira es más grande.

Así, convencidos de que sólo tocarían y se irían, se preparan para salir al escenario. La audiencia no esconde sus preferencias extremistas, pero logran terminar la presentación sin inconvenientes.

Apresurados y motivados por su pago, alistan sus cosas para salir lo más pronto posible. Ya con un pie fuera del recinto, regresan por el celular de la guitarrista, que olvidó conectado en el camerino.

Para horror de todos, cuando Pat (Yelchin) entra sin tocar la puerta, descubre que la banda estelar había asesinado a una chica. El caos explota y a partir de ese momento, comienza una espiral de violencia fuera de serie.

Los empleados, la banda asesina y varios asistentes, tratarán de que “el incidente” (y sus testigos) no crucen las puertas del bar. Desesperados y con pocos recursos a su favor; la banda y la mejor amiga de la chica muerta (Poots), tratan de escapar de los sádicos planes de Darcy (Stewart) y sus súbditos.

¿Qué la hace interesante?

Al igual que los protagonistas, la historia no cuenta con muchos recursos, pero utiliza todos a su favor.

Es bastante simple: estar en el momento y lugar equivocados; pero la genialidad con la que está escrita, la vuelve muy entretenida y sobre todo auténtica. La forma en que se justifican las ideas que se desarrollan, es completamente plausible y no escatiman en la crudeza del realismo; y tanto la manera en que los nazis planean ocultar el crimen, como las reacciones de la banda de Pat, hacen que la audiencia se identifique con ellos.

El ritmo es excelente; la frialdad y voz de Patrick Stewart, contrasta de maravilla con la interpretación de Yelchin; y la vagueza y resignación de Poots, sirve como amalgama dentro de este rompecabezas de horror. Las tres historias que se entrelazan, aunque cortas, no dejan cabos sueltos y se complementan entre sí a la perfección.

En un género saturado de fenómenos paranormales, esta cinta nos recuerda que no hay nada más aterrador que la realidad.

En conclusión…

Si gustas de las películas de horror, las escenas gore; eres fanático de las producciones del estudio A24, seguramente disfrutarás de Green Room.

Es una excelente opción en el catálogo de Netflix, para esta temporada de sustos, terror y sangre.

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