La nueva y reimaginada película de Sebastián Lelio, Gloria Bell, nos presenta una nueva versión de su película chilena de 2013, conocida únicamente como Gloria, que protagonizaba Paulina García y Sergio Hernández.
La producción original cosechó grandes reconocimientos en el Festival internacional de cine de San Sebastián, en el Festival de Berlín y en los Premios Platino. Ahora Lelio rehace este éxito, aunque con un elenco de actores americanos con mucho más renombre.
Gloria Bell fue estrenada el pasado 2018 en el Festival Internacional de cine de Toronto. Este fin de semana la hemos podido ver en las pantallas grandes de España, y así acercarnos a la nueva versión que Lelio creó de esta fascinante mujer.
¿Quién es Gloria Bell?
La cinta nos cuenta la historia de una mujer, divorciada y con dos hijos, interpretada por la popular actriz Julianne Moore. Ella pasa sus noche en discotecas, bailando, bebiendo y disfrutando. En uno de esos bailes conoce a Arnold (John Torturro), con quien comienza una relación sentimental que la llevará por una montaña rusa emocional.
Una historia de amor frustrada
La historia de amor que nos cuenta Gloria Bell tiene personajes muy diferentes y con un mundo interior riquísimo. Sin embargo, el amor degenera en un cariño frustrado y obsesivo que, por desgracia, no se aprecia en la pantalla. La química entre Gloria y Arnold es inexistente. Cuando Lelio nos quiere mostrar la relación que tienen, la hace con una frialdad que no le va bien a las imágenes que consigue. No vemos nunca el dolor de la soledad de la protagonista cuando su amor no está. Tampoco hay cariño cuando están juntos, ni se construye nunca una complicidad entre los protagonistas.
Gloria Bell no logra ser una historia romántica, ya que en ningún momento se conoce el motivo por el que esas dos personas deban amarse. Nunca causa la ternura o la desazón que obtuvo la historia en su anterior versión .
La monotonía de la naturalidad
La película de Lelio nos presenta un guión natural y simpático. En él podemos ver conversaciones realistas que, a muchos, nos podrían resultar comunes. Eso dota a la trama con un toque cómico y familiar.
Por desgracia, no todo en esta película es diversión. Conforme avanza la película, todo se siente repetitivo y cada plano se convierte en un ejercicio de monotonía. Gloria Bell desarrolla la historia sin cambios: la pareja está junta, la pasan bien y él desaparece. Bajo ese esquema transcurre todo el largometraje.
La fotografía no destaca como en sus otras producciones. Nos muestran algunos planos interesantes, hay un juego con el contraluz muy bello, pero nada más, el resto es bastante simple. Además, el montaje nos muestra cambios de plano extraños, y cambios de escena que no aportan a la película.
¿Una película entretenida?
Con Gloria Bell, estamos frente a una típica película para un domingo de lluvia. No es un desastre catastrófico, pero tampoco una película que será recordada de entre la filmografía de Lelio. Una lástima que un director que comenzara sorprendiéndonos, cautivándonos y desconcertándonos con la Gloria original ahora sólo nos entretenga.