La soltura y honestidad de mostrar los pliegues humanos de un personaje femenino siempre da espacio para muchas situaciones; éstas pueden ir de la comedia al drama, o bien, de la alegría a la tragedia. Este amplio abanico se encuentra mostrado eficzmente en Fleabag, y eso sólo por mencionar la cereza del pastel.
Esta serie producida por la BBC Three y Two Brothers Pictures, para luego ser distribuida al mundo a través de Amazon Prime Video, es otra de esas joyas a las que la «pantalla chica» nos tiene tan acostumbrado en los últimos años.
Su creadora, una genio
La mente creativa detrás de Fleabag tiene un solo nombre: la fabulosa Phoebe Waller-Bridge, una joven de 33 años cuyo cerebro ya debería ser congelado para futuras generaciones. Ella está también detrás de ese gran proyecto llamado Killing Eve, serie televisiva ganadora de múltiples premios.
Es Waller-Bridge, quien, además de haber escrito Fleabag, encarna a la protagonista de esta historia, que parece tan convencional en un principio, pero que evoluciona a un punto de reflexión sumamente interesante. Bueno, para ser sinceros, tampoco es que sea completamente «convencional» al inicio, ya que presenta de forma muy abierta aspectos relacionados al sexo.
No piensen mal, no es un Euphoria con escenas explícitas, sino que hay momentos en la cama que se vuelven más gráficos gracias a las palabras y no a las acciones.
La cuarta pared
La característica más llamativa del estilo que posee esta serie es cómo la protagonista, a quien nunca le dicen su nombre por lo que se asume como «Fleabag«, siempre está hablando a nosotros los espectadores.
Rompe la cuarta pared y hace guiños constantes para hacernos saber qué piensa en determinados momentos, ya sea en una discusión con su rígida hermana Claire; lidiando con su padre y madrastra (una brillante Olivia Colman); en citas con distintos hombres o aguantando al insoportable cuñado (Brett Gelman), entre otros.
La mirada pícara hacia nosotros es lo que refuerza cada situación y profundiza las emociones cuando es necesario. También existen flashbacks del trauma que la acompaña: la muerte de su mejor amiga Boo, los cuales forman espasmos mentales que la afectan directa o indirectamente.
Autenticidad en todo momento
La fórmula de Fleabag en su sinopsis puede que no llame demasiado la atención. No estoy diciendo nada particularmente especial, y, además, no se le puede dar el crédito suficiente a un show que lo es todo en cada minuto: cada broma, cada instante que puede ser de incomodidad cómica así como depresiva, las reacciones sorpresivas y atrevidas que suman una capa de autenticidad increíble; todo eso lo vuelve un producto imperdible de la televisión.
Los ademanes exquisitos de la madrastra, ahora compañera de vida del padre de Fleabag, son geniales. Olivia Colman, ganadora del Óscar, se luce aquí de forma sutil. Su comportamiento pasivo-agresivo tiene ese toque británico que siempre sobresale tan bien.
Una mujer de comportamientos erráticos y que nos queda viendo (a los espectadores) para hacernos guiños y otras muecas. Suena normal pero es compleja: #Fleabag.
Comentamos sobre esta serie que tendrías que estar viendo ya mismo en: https://t.co/nhb2nheJrk #Podcast pic.twitter.com/Tb7zFxs6rP
— Echados Viendo Tele (@echadosviendoTV) June 26, 2019
Claire es un caso de análisis y exposición al mismo tiempo. Con un rostro que denota infelicidad pero al mismo tiempo una seguridad innata muy curiosa, conduce en distintos episodios a situaciones de rivalidad de hermanas; mismas que viajan de lo risible a lo triste y solitario.
Pero el personaje más destacable luego de la protagonista es…
«Hot Priest»
En la segunda temporada, Fleabag busca nuevos elementos que llenen su vida, ahí se topa de casualidad con un sacerdote destinado a casar a su padre con su madrastra. Este «Hot Priest» (bautizado así en redes sociales) es interpretado por un impecable Andrew Scott, a quien seguro recordarán por su papel de Moriarty en Sherlock.
Los cimientos de esta mujer muy libre con su sexualidad se verán amenazados por un hombre célibe, quien posee algo que la atrae demasiado y que al comienzo no sabe el por qué. Religión, creencias, Dios y el amor fungen en una química increíble y realmente interesante entre estos dos.
La resolución es todavía más emocionante, por lo que les recomiendo que vayan a verla ya mismo si es posible.
Veredicto
Si buscan una serie corta (dos temporadas de 6 episodios) que los haga reír, conmoverse, analizarse, evaluar su vida de adultez y al mismo tiempo reflexionar sobre los traumas internos que no manifestamos bien, o que erróneamente escondemos bajo máscaras y actitudes lacerantes, este show es para ustedes.
De paso les dejo un podcast con mi opinión más ampliada:
https://radiopublic.com/echados-viendo-tele-85npPP/ep/s1!cd8e6