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Crónicas de Navidad

¿Cómo hacer que un cliché no funcione?
Crónicas de Navidad
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Una verdad innegable. Las películas de navidad cargan consigo una serie de clichés especiales ¿Por qué especiales? Porque no importa el tiempo que pase, o la cantidad de cintas que repitan la misma situación una y otra vez, hasta el más frío corazón tiende a doblegarse ante un lindo mensaje navideño de amor y familia.

¿La misma fórmula?

En realidad no importa de qué va una película, si no cómo unes las piezas, cómo planteas a los personajes y la forma en que éstos enfrentan la adversidad. Crónicas de Navidad (Clay Kaytis, 2018) parecía ser la propuesta más fuerte de Netflix, pero el desarrollo de la historia quedó más forzado que los chistes de Santa en esta misma cinta.

Los clichés son estructuras narrativas que han demostrado que funcionan. Por ejemplo, el viaje del héroe y la niña inocente junto al hermano problemático que ha perdido la fe en la navidad (lo llamaría la fórmula Dickens) lo hemos visto ya en películas como The Polar Express (Robert Zemeckis, 2004).

En este caso, el desarrollo de los personajes a través de la cinta es sutilmente palpable. Inicialmente no sentí la incredulidad y frustración de Teddy. Tampoco creí en la tristeza de Kate. Ambos personajes pasan por situaciones en las que parece que el guionista simplemente quiso salir del paso.

A mitad de la película, cuando se supone que los personajes deberían llegar al afloramiento emocional, no lo consiguen. Definitivamente Crónicas de Navidad no es la típica cinta navideña con la que todo el mundo suelta unas lagrimitas.

 

¿Jo jo jo?

“Yo no hago jo jo jo” dice Santa. Bueno, estoy de acuerdo. La verdad es que la cinta no me sacó muchos “ja ja ja”. Parece que constantemente intenta forzar los chistes en el momento menos indicado para romper la tensión; incluso me sentí viendo alguna película de Marvel, con la única diferencia que en esta cinta nada hace reír. Sí. Crónicas de Navidad usa mal un mal recurso.

Hablando de recursos extraños, la parte en que Santa está en la cárcel y empieza a usar magia sin ton ni son hasta formar su propia bandita musical es inesperada y entretenida. Creo que de saber que Santa tenía esa clase de poderes al inicio de la cinta podríamos habernos ahorrado la película, ¿no?

Además, como intención del personaje -ya saben, un Santa lleno de personalidad- la actuación de Kurt Russell resulta bastante floja.

 

El Salvavidas

Un aspecto no del todo diferente pero sí usado de manera distinta es la forma en que Santa intenta manipular a las personas para conseguir ayuda y convencerlos de que él es el verdadero Santa.  Por otro lado, la escena de la esfera es la única que logra superar la monotonía del resto de la película.

Entonces, de forma general… el mensaje de “creer” esta vez termina por no creerse.

Ah, eso sí. El jo jo jo rockero de Santa casi al final de la película, sí puede sacarnos una buena carcajada.


¿Y a ti, qué te pareció Crónicas de Navidad?
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