La industria del cine en Ucrania no vive un buen momento tras la invasión de Rusia.
Rusia invadió Ucrania después de meses de especulaciones, y esto afectará en diversos sectores a la población que habita el territorio invadido. Una de las industrias que ya está comenzando a resentir el conflicto es la industria de cine y televisión ucraniana, la cual apenas comenzaba a recuperarse luego de sufrir las consecuencias de la pandemia por COVID-19, donde se vieron obligados/as a parar todo trabajo durante meses.
En un reciente artículo de The Hollywood Reporter, se recopilan diversas voces ucranianas que se encuentran preocupadas por el futuro de su industria cinematográfica. Una de ellas es la del productor Nebojsa Taraba, quién está detrás de la serie policiaca Silence: la cual sería distribuida por HBO en Europa central y oriental:
«Hemos estado conversando con nuestros socios en Ucrania y Rusia, también con nuestra protagonista Kseniia Mishina, la cual se encuentra en Ucrania. Todos/as estamos horrorizados/as por lo que está sucediendo. Tememos por las vidas de las personas, esperemos que estén bien».
¿Todo se fue a la basura?
Nebojsa Taraba también explicó que el conflicto “arruinará todo” lo que Ucrania y Rusia han hecho en la última década en la industria del cine y televisión: «Rusia era un mercado realmente en auge antes de esto, los servicios de transmisión estaban abriendo oportunidades y todos los streaming se estaban preparando para aumentar la producción en la región. Ahora, Rusia se ha aislado a sí misma”.
Además, Nebojsa Taraba explicó que el conflicto armado entre ambos países impedirá que ambos colaboren en la producción de programas, pues «necesitamos realizar transferencias financieras entre países, entre compañías de televisión en Moscú y Kiev. Eso simplemente no es posible ahora”.
¿Un cineasta en la lucha?
Dariusz Jablonski, un productor polaco que ha trabajado en varias producciones en Ucrania, dijo que «está en manos de la comunidad internacional ponerle fin a las locuras de Putin», pero también expresó miedo por las represalias que podrían sufrir cineastas ucranianos que se han expresado en contra del régimen ruso.
Jablonski produjo Rhino, una cinta que consiguió fama internacional el año pasado y que fue dirigida por Oleh Sentsov, cineasta que en 2014 fue arrestado por las fuerzas rusas en Crimea mientras protestaba por la anexión de la región por parte de Rusia con el argumento de que planeaba «actos terroristas». En 2019, gracias a esfuerzos de sus colegas como Ken Loach, Pedro Almodóvar y Agnieszka Holland pudo obtener su libertad.
Esta es la razón por la que Jablonski le llamó al cineasta «para que se pusiera a salvo. Le dije: No te dejes matar. Eres muy valioso para el futuro de Ucrania», refiriéndose a la necesidad de que haya gente que alce la voz en contra de las prácticas de Rusia.
Rhino es sólo una de las películas ucranianas que comenzaban a obtener atención internacional. Este año, la película ucraniana Klondike de Maryna Gorbach fue galardonada en el Festival de Cine de Venecia. El cine ucraniano ha estado creciendo desde 2016, cuando el Parlamento decidió implementar una serie de condonaciones de impuestos a las producciones locales. Y apenas en 2020 se había unido a Euroimages, un fondo creado por la Unión Europea para la producción de filmes en la región.
