Han pasado más de dos décadas desde que Danny Boyle y Alex Garland estrenaron 28 Days Later en 2002, la película que redefinió el cine de zombis con su mezcla de horror visceral, comentario social y estética de cine independiente británico.
Con el tiempo, la franquicia se expandió con 28 Weeks Later (2007) y este 2025 volvió a tomar fuerza con el lanzamiento de 28 Years Later, dirigida por Boyle y escrita nuevamente por Garland, consolidando el regreso de una saga que reinventó el género zombie.
Ahora, apenas unos meses después, se estrena el tráiler de 28 Years Later: The Bone Temple, cuarta entrega que llegará a los cines el 16 de enero y que busca demostrar que este universo todavía tiene mucho que contar.
La cinta está dirigida por Nia DaCosta, conocida por su trabajo en Candyman (2021), y escrita otra vez por Garland. En palabras de la propia DaCosta, sumarse a esta franquicia no significó intentar replicar lo que ya había hecho Boyle, sino encontrar su propia voz dentro de este mundo apocalíptico: “Voy a hacer esta película a mi manera. No voy a intentar hacer una película de Danny Boyle, porque eso es imposible. Él es único. Y, además, no me interesaba hacerlo”.

¿Cómo The Bone Temple expande la historia de 28 Days Later?
28 Years Later: The Bone Temple comienza justo después de los eventos de la película anterior, presentando de nuevo a Spike (Alfie Williams), un personaje que DaCosta describió en entrevista con Rolling Stone como “el hilo conductor” entre ambas entregas. Esta vez, Spike se ve obligado a unirse al culto violento de Sir Jimmy Crystal (Jack O’Connell), un líder carismático y perturbador que viste a todos sus seguidores —los llamados Jimmies— con trajes idénticos de terciopelo rubio.
La dinámica entre los personajes expande el universo de la franquicia y lo lleva hacia terrenos inesperados. Por un lado, Jimmy y su culto representan el surgimiento de nuevas estructuras de poder en medio del caos; por otro, aparece el enigmático Dr. Kelson (Ralph Fiennes), acompañado de Samson (Chi Lewis-Parry), un portador Alfa del virus de la rabia al que nunca intenta matar, sino que mantiene bajo control mediante sedantes.
Para DaCosta, esta relación entre científico y criatura es uno de los ejes centrales de la película: “Hemos visto a Samson arrancando cabezas, pero Kelson es un excéntrico que simplemente hace lo que quiere. Esa dinámica es una gran parte de la historia”.
Lo interesante es que DaCosta no pretende hacer una secuela convencional, sino un relato que se sienta como un “pariente incómodo” de la película original: “Esta cinta es como el primo raro y trastornado de 28 Years Later, del que quizá te avergüences un poco porque tiene intereses cuestionables”
La directora asegura que cada facción del relato tiene un estilo visual y narrativo propio:
“Lo divertido fue poder filmar con un estilo diferente para cada personaje. Tenemos el mundo de los Jimmies, el de Kelson, cada quien haciendo sus cosas. Y a Spike moviéndose entre ambos”.
Nia DaCosta, Rolling Stone

¿Revolucionará el género de zombies otra vez?
La magnitud del proyecto es innegable. 28 Years Later y The Bone Temple se filmaron prácticamente de manera consecutiva, algo que habla del compromiso de Boyle, Garland y los productores por revitalizar la franquicia a gran escala. Además, la presencia de DaCosta, una directora con un estilo muy personal, aporta una nueva mirada en un género que suele repetirse con fórmulas predecibles.
Lo que distingue a The Bone Temple de otras cintas de zombis, e incluso de 28 Weeks Later, es su disposición a explorar no solo el terror de los infectados, sino también la forma en que los humanos reconstruyen sociedades distorsionadas en medio de la catástrofe. El propio O’Connell lo resume así:
“La naturaleza es la fuerza imparable al final del día. El mundo seguirá su curso natural con o sin humanos. Pero no creo que los infectados sean puramente antagonistas en nuestra película. Definitivamente te hará reflexionar sobre eso”.
Nia DaCosta, Rolling Stone
Este enfoque conecta con uno de los grandes temas que Boyle y Garland ya habían planteado en 2002: ¿qué nos hace verdaderamente humanos cuando todo se derrumba? DaCosta retoma esa pregunta y la lleva hacia un terreno filosófico.
El resultado es una cinta que promete ir más allá del simple gore o los sobresaltos. Aunque DaCosta confiesa que disfruta del horror corporal y los efectos viscerales, también aclara que su interés como directora está en el impacto emocional: “No había un mandato de que la película debía ser súper sangrienta, pero sí hay momentos fuertes. Para mí lo importante es qué quiero que la gente sienta”.
En un panorama en el que los zombies parecen haber perdido fuerza frente a otras tendencias de terror, The Bone Temple podría convertirse en un recordatorio del poder que tiene este subgénero para explorar la condición humana.
