Llamarse Olimpia: ¿El Documental Mexicano más importante de 2025?

El documental Llamarse Olimpia sigue abriéndose paso en la industria mexicana con su estreno en el GIFF, y te contamos por qué es importante que tenga mucha difusión.

En el panorama actual del documental mexicano, Llamarse Olimpia ha emergido como un fenómeno clave durante 2025. Dirigido por Indira Cato, el filme se estrenó en la 40.ª edición del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG) y obtuvo el Premio Mezcal a Mejor Película Mexicana, lo cual ha desatado conversaciones sobre su relevancia cultural y política.

Ahora, Llamarse Olimpia se abre paso como uno de los estrenos más importantes del Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF) en 2025.

El documental narra la vida de Olimpia Coral Melo, activista poblana que impulsó la Ley Olimpia para sancionar la violencia digital contra las mujeres, tras haber sufrido la difusión no consentida de un video íntimo. 

Esta cinta busca ser más que un retrato biográfico: se presenta como una herramienta de concientización social y empoderamiento femenino que debe llegar a muchas audiencias y exhibirse en recintos cada vez más grandes.

Llamarse Olimpia
Imagen: Instagram @nosotrastod

Llamarse Olimpia: La lucha personal y el proyecto cinematográfico

Llamarse Olimpia surge del encuentro entre Olimpia Coral Melo y la cineasta Indira Cato, quien se propuso narrar una historia desde la sororidad, no desde el morbo.

Desde hace más de cinco años, Cato admira el activismo de Olimpia en redes sociales y consideró imprescindible contar una fase profunda de su trayectoria: su resurgimiento tras la difusión del video íntimo que marcó su vida 

En palabras de Olimpia Coral Melo para El Heraldo, “la mayoría de los proyectos que me ofrecían buscaban ilustrar escenas del video sexual”, mostrando un enfoque hipersexualizado y objetificante. Ella rechazó esa perspectiva y optó por un documental con enfoque humano y feminista 

Cato por su parte declara que su objetivo fue representar las múltiples dimensiones de esta lucha: “Quería contar esta historia, entenderla, narrar su resurgir de las cenizas tras cosas tan horribles”.

El equipo detrás del documental está conformado en su mayoría por mujeres: música, producción, dirección y narrativa se construyeron con una mirada femenina reivindicativa 

La intención va más allá del mérito cinematográfico: están convencidas de que este documental debe funcionar como un arma de cambio social, sensibilizando a la sociedad para que las leyes como la Ley Olimpia tengan efecto real en la cultura colectiva.

Llamarse Olimpia
Foto: Diario 24 horas

¿Por qué debe tener más difusión?

El pasado 12 de junio de 2025, Llamarse Olimpia se alzó con el Premio Mezcal a Mejor Película Mexicana durante la clausura del FICG, que celebraba su edición número 40.

El jurado, encabezado por la actriz Ilse Salas, destacó la forma humanizada en que el documental retrata a su protagonista y su contribución a un cambio social tangible

En su discurso de aceptación (vía El País), Indira Cato expresó: “Acabamos la película hace dos semanas y ya nos sentíamos ganadoras […] Qué honor retratar a mujeres muy poderosas en una producción hecha por mujeres muy chingonas”.

También subrayó la importancia de incomodar y seguir apostando por narrativas diversas desde el cine

El filme fue estrenado casi inmediatamente después de terminar su realización, y su impacto ha sido inmediato. Fue proyectado en Guadalajara con material de archivo y secuencias poéticas —escenas de árboles, pájaros, ambientes naturales— para evitar retratos victimificantes o cosificantes.

Este documental ya ha comenzado a “resurgir de las cenizas” de una forma simbólica: ha dado voz a mujeres sobrevivientes, ha fortalecido la lucha legislativa y ha contribuido a consolidar la Ley Olimpia, hoy vigente en múltiples estados de México y en expandirse por Latinoamérica.

¿Es Llamarse Olimpia el documental mexicano más importante de 2025? La respuesta parece inclinarse hacia el sí. Con un mensaje potente, relevante y urgente; un enfoque narrativo empoderado y colectivo; y el respaldo del Premio Mezcal, el documental marca un hito en el cine nacional.

Pero su verdadero peso no está solo en premios, sino en su capacidad de transformarse en un instrumento cultural y educativo. Mientras siga circulando, proyectándose en foros públicos y medios, podrá inspirar cambios duraderos en la sociedad mexicana y la región.

Llamarse Olimpia representa mucho más que una película: es un acto de justicia simbólica, un espejo para miles de mujeres que han vivido violencia digital, y un modelo de cómo el cine puede catalizar diálogo, empatía y legislación. Si sigue recibiendo la difusión que merece, podría muy bien quedar como una de las obras documentales más relevantes de la década.

Llamarse Olimpia
Foto: Diario 24 horas