En este artículo:
- Ben Lamm, CEO de Colossal Bioscience, la empresa que “trajo de vuelta” a los lobos gigantes, habló sobre asesorar la producción de Jurassic World Rebirth.
- Asegura que todavía no es posible clonar dinosaurios, pero espera que la cinta sí ayude a entender mejor la ingeniería genética y sus posibles beneficios.
- También habló sobre por qué es tan difícil traer de vuelta a estas creaturas prehistóricas.
La franquicia Jurassic Park siempre ha estado en la frontera entre la imaginación cinematográfica y la especulación científica, y Jurassic World: Rebirth no se quedó atrás.
Con el estreno de Jurassic World: Rebirth, la saga da un giro nostálgico y ambicioso al traer de vuelta no solo a los dinosaurios, sino también a una estética ochentera inspirada en cintas como Los Goonies, Tiburón e Indiana Jones.
Pero más allá del entretenimiento, esta entrega también ha captado la atención de científicos reales que están experimentando con tecnologías de edición genética en el mundo moderno.
Uno de ellos es Ben Lamm, CEO de Colossal Bioscience, una empresa que saltó a la fama tras anunciar que había traído de vuelta una versión moderna del lobo gigante (dire wolf), y que se volvieron parte esencial del equipo de producción de la nueva cinta.
En entrevista con CBR, Lamm compartió su experiencia colaborando con el equipo de Jurassic World: Rebirth y reflexionó sobre cuán científicamente precisa es la película, así como el potencial educativo de su narrativa genética.

¿Cómo la ciencia real ayudó a Jurassic World Rebirth?
Aunque Lamm es un empresario biotecnológico, su participación en Jurassic World: Rebirth comenzó como la de cualquier fan. «Hicimos una videollamada con Gareth [Edwards], y lo dejamos ver detrás del telón. Le mostramos un montón de cosas», compartió.
La conversación fue tan fructífera que el director lo conectó con Universal Pictures. «Ellos dijeron: ‘Nos encantaría ir a tu laboratorio y filmar contenido contigo y con Gareth, hablando sobre las diferencias entre la película y las tecnologías reales, y darnos un recorrido por el laboratorio’.» El equipo de la película incluso filmó en las nuevas oficinas de Colossal en Dallas, en lo que Lamm describe como «los primeros días de Jurassic Park, donde estás asegurándote que todo marche bien”.
Pero el rol de Lamm en la nueva cinta no se limitó a ser un simple consultor, el empresario y científico cree que Jurassic World Rebirth sí ayudará a que más gente entienda lo que se está logrando en la vida real.

La misión genética inspirada por Jurassic Park
Uno de los aspectos más fascinantes de la entrevista fue escuchar a Lamm hablar sobre los límites reales de la clonación de especies extintas. «
Tengo una aleta fósil de plesiosaurio en mi oficina, y está hecha de roca sólida, y siempre me hace pensar que lo que la gente no siempre se da cuenta sobre los dinosaurios es que, muchas veces, meten a los mamuts en esa categoría solo porque ambos parecen prehistóricos.
Pero nosotros estábamos construyendo las pirámides al mismo tiempo que los mamuts caminaban por la Tierra.»
Según Lamm, es prácticamente imposible recuperar ADN de dinosaurios, porque «nadie ha recuperado nunca nada de un dinosaurio que no estuviera fosilizado, es decir, hecho piedra. Así que no hay ADN, no queda material orgánico.» Sin embargo, eso no lo desanima: «Soy un tipo que odia la palabra ‘imposible'», aseguró.
Lo que sí considera realista, es cómo Jurassic World: Rebirth presenta la ingeniería genética. «En la película, como en Jurassic Park, tomamos ADN. Hacemos ingeniería genética, como lo explica el Sr. ADN, y luego clonamos. Así obtenemos un animal. Nosotros hemos usado ese conocimiento tribal del mundo de Jurassic Park para explicar lo que hacemos.»
Además, Lamm elogió la inclusión de una subtrama sobre salud humana en Rebirth: «¡Dios mío! Eso es perfecto para nosotros, porque es parte de nuestra misión.»
Aunque Jurassic World: Rebirth no puede ser considerada 100% científicamente precisa, su narrativa está mucho más cercana a la realidad de lo que parece.
Gracias a colaboraciones con expertos como Ben Lamm, la película ofrece una visión emocionante y educativa sobre las posibilidades (y límites) de la ingeniería genética. En palabras del propio Lamm: «Creo que esta película nos ayudará a explicar mejor todo el tema de la edición genética. Y eso ya es un gran paso.»
