A principios de la década de los 2000, Jessica Alba ganó gran popularidad dentro de Hollywood. Pues luego de haber protagonizado cintas como Honey, Never Been Kissed y Sin City, la actriz volvió uno de los rostros más reconocidos de la industria.
Sin embargo, algunos de sus proyectos se destacaban por una alta sexualización de sus personajes, tales como el que tenía en Dark Angel, serie creada por James Cameron, donde Alba dio vida a Max, una joven que huye luego de que experimentaran con ella para transformarla en un super soldado.
Por eso, durante una entrevista con Who’s Talking to Chris Wallace?, Jessica Alba ha revelado que fuera de cámara tuvo que asumir una «actitud desagradable” para los ejecutivos, con el fin de no volverse un objetivo de personas dentro de la industria que solo la veían como un sex symbol y que buscaban aprovecharse de ella.
¿La objetificación estaba normalizada?
Jessica Alba explicó que durante el tiempo en el que fue nombrada “sex symbol”, entendía su trabajo y su cuerpo como “parte de algo que iba a ayudar a vender más películas”.
“Entendía que necesitaba ayudar a vender el producto. Lo entendía como una decisión de negocio y una estrategia” relató, añadiendo que por tal motivo, intentaba mantenerse lejos de una imagen sexualizada de sí fuera del set.
“Podía distanciarme de la sexualización al verlo como parte del negocio. Pero eso no siempre cambiaba la forma en que otras personas pensaban de mí” compartió, asegurando que constantemente tenía que enfrentarse a comentarios sobre su cuerpo tanto en producciones como en giras de prensa y encuentros con fanáticos.
Jessica Alba comentó que no consideraba que “hubiera algo malo con adueñarte de tu propia sexualidad” aunque aseguró que ser un sex symbol más allá de las cámaras no le hacía sentir tan cómoda. “Me ponía demasiado nerviosa por el tema, y me sentía demasiado incómoda conmigo misma”, explicó, señalando en específico lo arriesgado de ser una mujer atractiva entre ejecutivos y personalidades en el medio.
Por ello, añadió que para alejarse de la imagen de “mujer sexy” que reflejaba en las pantallas, en el set y en las juntas de producción, intentaba imitar una “energía mucho más masculina” con la que pudiera ahuyentar la idea de ser un objeto ante los acosadores dentro de la industria.
¿Jessica Alba evitó el acoso?
Jessica Alba continuó explicando que poco después de haberse convertido en madre se dio cuenta de que podía “adueñarse de su feminidad” y su sexualidad fuera de las cámaras, pues no lo hacía antes por miedo a los depredadores dentro de los sets.
“En aquel entonces sentía que tenía que ponerme una armadura de masculinidad para que no me volviera un objetivo de los depredadores en Hollywood, habían muchos en la industria, [lo noté más] entre los 12 y los 26 años”.
Jessica Alba
Por ello, Jessica Alba tendía a “decir demasiadas groserías” con la intención de parecer “poco atractiva” y “conflictiva” para quienes tuvieran otras intenciones con ella.
“Fui una guerrera. Me enfrenté a esa energía fingiendo ser una chica dura. Decía groserías como marinero e intentaba lucir lo menos vulnerable posible para que nadie pudiera aprovecharse de mí” puntualizó, explicando que mientras “menos agradable” era para otras personas, menos abordada era por potenciales acosadores.
Previamente el actor Jensen Ackles dijo que era “horrible” trabajar con Jessica Alba en Dark Angel, y que constantemente discutían. Sin embargo, el actor excusó el comportamiento de Alba por la “gran presión” que tenía al liderar la serie, añadiendo que se encuentran en buenos términos ahora.
