Mientras servicios de streaming como Netflix tienen crisis de suscriptores, un reporte indica que la inflación es el problema más importante para los consumidores
En el último año, plataformas como Netflix, Disney+, y Prime Video han anunciado constantes aumentos de precio en sus planes de servicio, varios de los cuales en unos meses más entrarán en formatos piloto para planes con anuncios y otras variantes que frenen los costos.
Sin embargo, aunque el aumento de precios en sí aún no ha representado un elemento decisivo para que los suscriptores desistan de tales servicios, otros factores como la inflación que se vive actualmente alrededor del mundo podría cambiar eso.
De acuerdo a una encuesta realizada por la firma KPGM, 20% de los consumidores encuestados comentaron que la inflación ya los ha inspirado a cancelar al menos uno de los servicios de streaming con los que contaban; puesto que el aumento de precios en productos de canasta básica y servicios de primera necesidad, ha obligado a varios a ceder en plataformas de entretenimiento que suponen un lujo.
De acuerdo a la encuesta, si la inflación se mantiene al ritmo en el que se encuentra, otro 37% de la audiencia comenta que dejarán también una o más plataformas de streaming, las cuales no consideran completamente necesarias para su entrenamiento o el de sus familias.
Por otro lado, 24% de los encuestados informaron que aunque sienten el impacto de la inflación en sus ingresos y egresos mensuales, no planean cancelar sus servicios de streaming, manteniendo sus hábitos de consumo firmes para fin de año.
La investigación implementada por KPGM abarcó a más de 1,000 encuestados, quienes se encontraban entre las edades 18 a 76, y varían como representantes de distintas generaciones.
Crisis de contenido vs crisis de streaming
En el último año se ha hablado del impacto que la crisis de contenido ha tenido sobre la decisión de los usuarios por mantener uno u otro servicio. Pues empresas como Netflix, arrancaron el año cerrando varias de sus divisiones, acortando propuestas y cancelando varios proyectos.
En palabras de Jane Campion, directora ganadora al Oscar por la cinta The Power of the Dog, Netflix no “piensa más en invertir en talentos nuevos, porque es demasiado arriesgado”, asegurando su apuesta con directores y creativos de renombre, pero acortando con ello la cantidad de contenido producido anualmente.
Más adelante la fusión de Warner Bros. Discovery llevaría a otra crisis de contenido importante en la industria, pues al cierre de varias de sus divisiones, entre las cuáles HBO Max se vio más afectado, el recorte de contenido ya existente y en proceso se volvió un escándalo para los usuarios que esperaban algunos de los títulos suspendidos.
Estas decisiones son resultado también de los problemas que las compañías han enfrentado a partir de la pandemia, pues las deudas que algunas de ellas pudieron haber presentado previo al cierre de la industria en 2020, —como CW y WB—, aumentaron considerablemente para principios de 2022, volviéndose poco rentables y un blanco fácil de compra para otros conglomerados.
Este año se vivió también el mayor número de cancelaciones jamás vista en la televisión por cable, por lo que es preciso apuntar que la crisis no sólo consume a las plataformas de streaming, sino también al medio tradicional.
Aunque no son parte del mismo concepto, la crisis de contenido tuvo un rebote importante contra la crisis de streaming, la cual podríamos definir como el aumento desmesurado de precios y los nuevos planes que pretenden implementarse con anuncios a futuro.
Y es que estas, son decisiones que provienen de situaciones sumamente complicadas en los conglomerados, las cuáles llevaron al despido de más de un centenar de empleados en Netflix, y hasta ahora, poco más de 200 trabajadores de Warner Bros Discovery también.
Una guerra por sobrevivir, no por vencer
Lo que previamente era una competencia por ver qué servicio de streaming resultaba triunfador ante la cada vez más grande oferta de plataformas, rápidamente se ha convertido en una batalla por ver cuál de todos es el que en realidad queda en pie.
Pues el estudio ha encontrado que a pesar de los esfuerzos de cada uno de los servicios, la suspensión de estos ante la escasa propuesta de contenido y el aumento en sus precios es una opción cada vez más viable para los usuarios que no pueden costearse demasiadas plataformas.
De acuerdo al 37% de los usuarios, su decisión por abandonar los servicios de streaming también parte de no contar con opciones más baratas de consumo, habiendo aumentado su gasto en streaming de aproximadamente 30USD a casi 150USD en un lapso de 5 años.
“Con la inflación persistente combinada con los costos en aumento, la fidelidad del consumidor ha sido puesta a prueba” comentó Scott Purdy, líder de KPMG. “Los proveedores deberían pensar más en alejarse de sus decisiones sobre el contenido y pensar en cómo hacer sus plataformas más viables para el bolsillo de sus consumidores, pro ejemplo, ofreciendo combos entre plataformas o alianzas”.
La fuga de contraseñas
La encuesta también examinó la práctica de contraseñas compartidas, la cual a pesar de los esfuerzos de las plataformas por evitarse, sigue siendo una realidad. Pues se estima que alrededor de 100 millones de hogares alrededor del mundo utilizan plataformas y contraseñas compartidas; sin embargo, sólo el 15% de los encuestados admitieron realizar dicha práctica.
“Es una forma de amortiguar gastos, compartir contraseña.” Compartió uno de los usuarios en la encuesta de KPMG “Alguien en mi círculo de amigos puede pagar Disney+, yo puedo pagar Netflix, otro HBO Max, y así, el gasto no es tan absurdo”.
Este año, Netflix había arrojado en la plataforma de Argentina y Brasil la prohibición para compartir contraseñas, con la cuál los usuarios podrían ser acreedores a varias multas o en su defecto a la suspensión total del servicio. Al anuncio de tales medidas, los usuarios de la región mostraron su descontento, puesto que se dio a la par que el más reciente aumento de precios, el cual hoy en día alcanza los $1,423 pesos argentinos en su versión estándar.
Al momento, tanto la inflación como el futuro del streaming permanece incierto, por lo que es demasiado pronto como para pensar de qué forma serán impactadas las plataformas ante la decisión de sus consumidores, y viceversa; puesto que el aumento de precios y pérdida de suscripciones parece ser un círculo vicioso cada vez más difícil de romper.